Colombia anunció una ofensiva diplomática para lograr que el Congreso de Estados Unidos apruebe una ayuda económica de 1.300 millones de dólares para la lucha contra el narcotráfico y programas de desarrollo.
El monto de la asistencia, anunciado el martes por el presidente Bill Clinton, representa más de la mitad de lo solicitado por el gobierno de Andrés Pastrana a la comunidad internacional para financiar el llamado "Plan Colombia".
Sin embargo, Amnistía Internacional entiende que la ayuda estadounidense puede conducir a un recrudecimiento de la guerra civil colombiana.
Esto fue respondido por el embajador de Colombia en Estados Unidos, Luis Moreno, quien declaró a radio Caracol desde Washington que el aporte contribuirá a resolver los problemas más graves que afronta el país y "no a empeorarlos".
Moreno dijo que la ofensiva diplomática, que comenzará en los próximos días, buscará aclarar y eliminar las preocupaciones de algunos congresistas estadounidenses y activistas de derechos humanos sobre una eventual intervención directa de Washington en Colombia.
Esta ayuda será "única y exclusivamente para la lucha contra las drogas, como lo que ha solicitado Bogotá", precisó.
El diplomático agregó que el narcotráfico contribuye a la financiación de las distintas formas de violencia y, en la medida en que el país sea exitoso en reducir la producción y la venta de drogas ilícitas, "obviamente se estará restando fuerza a estos actores violentos.
Carlos Salinas, de Amnistía Internacional, insistió el miércoles, en declaraciones a la emisora Radionet, que la ayuda militar estadounidense "va a escalar un conflicto, cuyo signo esencial son las violaciones a los derechos de la población civil".
Afirmó, además, que son responsables de estas acciones "las fuerzas de seguridad, los grupos armados de oposición y los aliados del Ejército, los paramilitares (de derecha)".
El aumento de la ayuda militar estadounidense, de unos 300 millones de dólares anuales hasta ahora, fue promovido a mediados de 1999 por el jefe de la oficina de política nacional contra las drogas de Washington, Barry McCaffrey.
El funcionario consideró que los vínculos entre la guerrilla y el narcotráfico colocan a Colombia como un país de riesgo para la seguridad hemisférica.
Esta opinión representa una peligrosa transición de una política tendiente originalmente a la disminución de la oferta de sustancias ilícitas" al "concepto de enemigo encarnado en las organizaciones insurgentes", advirtió Ricardo Vargas, de Acción Andina, que trabaja sobre el tema de las drogas en la región.
Vargas dijo a IPS que identificar la guerrilla con el narcotráfico "hace funcional la justificación política para borrar las fronteras entre la lucha contra las drogas y el conflicto armado", y puede representar un alto costo social para Colombia.
Agregó que el volumen de la ayuda militar aprobada por Washington para la lucha antidrogas, que sitúan a Colombia como el tercer mayor receptor mundial de este tipo de asistencia después de Israel y Egipto, incidirá sobre la construcción de la autonomía que la nación requiere para resolver sus conflictos.
Por su parte, Iván Ríos, portavoz de las insurgentes Fuerzas Armadas revolucionarias de Colombia (FARC), dijo este miércoles que la prometida ayuda de Estados Unidos es un pretexto para intensificar el conflicto armado en el país.
El presidente Pastrana indicó que el anuncio de Clinton es un primer paso para fortalecer el combate antidrogas, no solo con el aporte de Estados Unidos sino con el resto de la comunidad internacional.
El Plan Colombia, que Pastrana explicará al Congreso estadounidense el día 26, requiere de una inversión de 7.500 millones de dólares, de los cuales Colombia aportará cerca de cuatro millones.
En tanto, el canciller Guillermo Fernández sostuvo que la ayuda dispuesta por Clinton y la visita que realizará este viernes a Colombia su secretaria de Estado, Madeline Albrigth, son muestras del compromiso de Washington para con el proceso de paz colombiano. (FIN/IPS/yf/dm/ip if/00