/BOLETIN-AMBIENTE/ VENEZUELA: Autoridades demuelen viviendas tras la catástrofe

Cuadrillas de demolición destruyen viviendas en zonas de riesgo de Venezuela, luego del peor desastre natural del siglo en el país, mientras las autoridades tratan de convencer a los habitantes de mudarse a regiones menos pobladas y más seguras.

El director de defensa civil, Angel Rangel, planteó este lunes que en la capital venezolana aproximadamente un millón de personas viven "en zonas inestables", en especial en los "cerros", como se denomina a las riesgosas laderas donde se instalan las áreas marginales conocidas aquí como "barrios".

Las lluvias atípicas atribuidas al fenómeno meteorológico de La Niña provocaron deslizamientos y avalanchas de lodo y piedras el 16 de diciembre.

Las primeras víctimas fueron habitantes de esos escarpados barrios, que en algunos casos vivían en las riberas de las vertientes transformadas en torrentes por las precipitaciones.

En Caracas y sus alrededores desaparecieron algunos de estos barrios y otros quedaron devastados, mientras que el costero estado de Vargas, separado de la capital por una verde cadena montañosa seriamente afectada por las lluvias, quedó semidestruido por aludes.

El presidente venezolano, Hugo Chávez, se convirtió en el primer promotor de la reordenación del territorio tras la tragedia, criticando a gobiernos anteriores por permitir los asentamientos ilegales, y al mismo tiempo ofreciendo planes de reubicación en la zona sur de este país.

"No volvamos a construir" en zonas peligrosas, pidió el mandatario el domingo, cuando reiteró a más de 100.000 afectados por el desastre su disposición a cooperar para "reubicarlos en sitios seguros".

Chávez planteó que si no se puede conseguir espacio disponible cerca de la capital "será en otro sitio" del país.

El gobierno de Chávez tiene como una de sus prioridades estimular la desconcentración demográfica del país estimulando la migración hacia el sur del territorio con el fin de disminuir la presión de la población sobre la franja costera, en el norte, donde 80 por ciento de la población habita en centros urbanos.

El mandatario reiteró en su discurso del domingo que la estrategia considera la generación de asentamientos con vivienda, trabajo, educación y salud. La gran cantidad de damnificados tras la tragedia natural fue determinante para acelerar la puesta en marcha de ese plan.

Pero aún no están claras sus posibilidades de éxito.

El director de Defensa Civil y las autoridades locales de Caracas, que han participado en inspecciones de barrios y han ordenado la demolición de zonas inestables, suelen enfrentarse con la resistencia de los pobladores, que en algunos casos llevan décadas ocupando sus casas.

"Los cerros de Caracas están plagados de viviendas construidas sin ningún criterio de ingeniería", comentó Rangel, al referirse al problema durante una entrevista televisada.

El jefe de la Defensa Civil venezolana ha dicho que los planes de desalojo de zonas de riesgo proseguirán pese a la resistencia de algunos pobladores. "Preferimos tener 10.000 disgustados antes que 10.000 víctimas", sostuvo.

En los barrios Blandín y Gramovén, en el extremo oeste de la capital, los especialistas dijeron que sería necesario derribar unas 1.500 casas. Las cuadrillas encargadas marcan las casas en situación de riesgo con pintura, y luego actúan las cuadrillas de demolición.

El alcalde de Caracas, Antonio Ledezma, asistió el domingo a la demolición de otra treintena de casas en las afueras de la capital, asegurando que el proceso va dirigido a "prevenir males mayores". "Es preferible actuar a tiempo, en medio de tanta tristeza", dijo.

"Hagamos de esta crisis una oportunidad", planteó Ledezma.

Las autoridades han asegurado que de ahora en adelante se aplicarán las normas urbanísticas para ordenar el territorio y prevenir la reinstalación de estos barrios en zonas peligrosas.

Pero esos planes deberán demostrar su efectividad en el tiempo, cuando comiencen a diluirse los efectos de la tragedia y a disminuir las lluvias extraordinarias que en las últimas semanas siguieron anegando barrios.

El prestioso arquitecto Marcos Negrón, especialista en "teorías urbanas", ha sido uno de los principales cuestionadores de las políticas de reordenación territorial que se concentran en el desarrollo del campo en vez de darle prioridad a un desarrollo más sostenible de los espacios urbanos.

La política de desconcentración de población se orientó siempre "a no hacer inversiones en la ciudad" para impedir el asentamiento de los más pobres.

"Lo que pasó, es que las migraciones vinieron igualmente y se metieron en las quebradas, los cerros, donde pudieron", comentó Negrón en una entrevista publicada por el diario El Globo, de Caracas.

Negrón ha pronosticado en varias oportunidades que las personas enviadas hacia otras regiones del país van a volver, a pesar de las buenas intenciones.

Algunas personas afectadas han confirmado esta tesis, al asegurar que no les interesa vivir lejos de la capital y que no saben cómo hacer producir un campo. Las autoridades han dicho que nadie será obligado a irse al sur del país, pero tampoco podrán volver a las zonas de alto riesgo.

"Se trata de salvaguardar la vida de los ciudadanos", ha explicado el jefe de Defensa Civil.

Y los venezolanos, por ahora, están conscientes de lo que significa esa frase, pues se estima que hasta 30.000 personas murieron en la tragedia de diciembre, principalmente porque sus casas, pobres o no, estaban construidas en zonas peligrosas. (FIN/IPS/lc/mj/dv en/00

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