Temores e interrogantes rodean las operaciones de la única central nuclear de México, que dos organismos internacionales, ex trabajadores de la planta, ecologistas y el gobierno evalúan de forma contradictoria.
En la central Laguna Verde, que produce menos de cinco por ciento de la electricidad del país, reina la inseguridad y el peligro de un accidente similar al ocurrido en Chernovyl, Ucrania, en 1986, opinan expertos, pero otros afirman que es un ejemplo de eficiencia.
Desde que la central de dos reactores nucleares que funcionan las 24 horas del día comenzó a operar en 1991 nunca fue evaluada de forma independiente y pública como reclaman la organización ambientalista internacional Greenpeace y habitantes del estado de Veracruz, en el Golfo de México, donde se encuentra la central.
"Hay un clima de misterio y corrupción alrededor de Laguna Verde", dijo a IPS Alejandro Calvillo, portavoz de Greenpeace en México.
El grupo ambientalista obtuvo este mes un informe reservado de la World Asociation of Nuclear Operators (WANO), en la que se califica las condiciones de seguridad en Laguna Verde con cuatro, en una escala de uno a cinco, en la cual la calificación uno se otorga a las plantas seguras y cinco a las más peligrosas.
"Estamos alarmados con lo que pueda pasar. Es necesaria una auditoría independiente, pero no sabemos con exactitud por qué el gobierno la rechaza", señaló Calvillo.
Bernardo Salas, quien trabajó más de seis años en la central como ingenero de protección radiológica, dijo a IPS que en la planta "hay una inseguridad total, los funcionarios compran equipo de mala calidad, no hay mantenimiento adecuado de la infraestrucutra y los cuidados son deficientes".
El experto, quien fue despedido de Laguna Verde en 1996 por denunciar las irregularidades, envió hace más de dos años un informe al Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), dependiente de la Organización de las Naciones Unidas, sobre los peligros que representa Laguna Verde.
"Las respuestas que recibí es un acuse de recibo, nada más, lo que me hace dudar de la seriedad del organismo", manifestó.
El director de la OIEA, el egipcio Mohamed Elbaradei, visitó Laguna Verde en octubre pasado, y declaró que "la planta está muy bien mantenida". Pero Salas y Calvillo dudan de la evaluación de la OIEA.
El portavoz de Greenpeace recordó que poco antes del accidente de Chernobyl, la OIEA evaluó positivamente la seguridad de esa planta y demandó al gobierno que tome en serio la última evaluación de WANO, grupo integrado por operadores de plantas nucleares, para evitar un accidente con consecuencias terribles.
Portavoces de la estatal Comisión Federal de Electricidad consideraron infundadas las advertencias de los ecologistas y ex trabajadores de Laguna Verde, y aseguraron que las auditorías internas demuestran que la central está en perfecto estado.
Motivos estratégicos y de seguridad impiden a las autoridades de la central entregar información técnica a los particulares, indicaron.
Según el físico Antonio Martínez, miembro de la Federación de Sociedades Científicas, lo reactores de Laguna Verde tienen un potencial explosivo mucho mayor que el de Chernobyl.
"Vivimos cerca de una bomba" y al gobierno no le importa, señaló Mirna Benítez, de la organización Madres Antinucleares de Veracruz.
Laguna Verde, cuyo costo de construcción ascendió a unos 4.000 millones de dólares, formó parte de un programa gubernamental de desarrollo de la energía nuclear, que en 1976 planeaba poner en funcionamiento 30 plantas, lo que nunca sucedió.
Greenpeace tiene registrados numerosos accidentes ocurridos dentro de Laguna Verde, el último en octubre pasado, el número de trabajadores expuestos a radiactividad y denuncias de corrupción, pero el gobierno desconoce su validez.
Bajo anonimato, 24 ingenieros que trabajan en Laguna Verde, enviaron en marzo del año pasado a la prensa una denuncia sobre supuestas irregularidades administrativas que se cometen en la planta, lo que traería una "degradación de la protección radiológica y la seguridad nuclear".
El gobierno removió a varios funcionarios de Laguna Verde en julio pasado, pero no modificó el secreto que rodea a su operación. (FIN/IPS/dc/ag/en/00