El vicepresidente de Estados Unidos, Albert Gore, quien aspira a ser el candidato a la Presidencia del gobernante Partido Demócrata, es cuestionado por sus vínculos con una compañía petrolera que pretende explotar tierras indígenas en el nordeste de Colombia.
Como parte de su campaña electoral, Gore intenta captar el voto de los ecologistas y con ese fin se jacta de su participación en tratados ambientales, como el Protocolo de Kioto, y de su libro "The Earth in Balance" (La Tierra en Equilibrio).
Mientras Gore comenzó a fines de enero su campaña electoral en el estado de New Hampshire, activistas del Grupo de Trabajo en Defensa de los U'was planean seguirlo con protestas con el objetivo de presionarlo para que emplee su poder e inste a la firma Occidental a retirarse de un proyecto petrolero en tierras reclamadas por los indígenas u'was.
Los más de 5.000 indígenas que viven en la selva húmeda de la Amazonia ubicada junto a la cordillera de los Andes y próxima a la frontera con Venezuela consideran que el petróleo es la "sangre de la madre tierra" y amenazan con suicidarse en masa si la petrolera continúa sus operaciones.
"Estaremos presentes para dejar en claro que Gore debe usar su influencia para salvar a los u'was", dijo Stephen Kretzmann, coordinador de la campaña a favor del grupo indígena de la organización Amazon Watch.
La declaración financiera que hiciera Gore en 1998 reveló que posee entre 250.000 y 500.000 dólares en acciones de Occidental heredadas de su padre.
La familia Gore y la compañía con sede en Los Angeles han estado vinculadas desde hace generaciones. El padre del vicepresidente trabajó para Armand Hammer, el fundador de Occidental, y los fondos de la firma formaron la base de la fortuna familiar.
"Uno empieza a atar todos los cabos y resulta difícil creer que (Gore) no tenga peso en la compañía. Vamos a descubrir si su inquietud por el ambiente y los derechos humanos es más fuerte que sus vínculos con el petróleo", dijo Kretzmann.
Grupos ambientalistas y de derechos humanos intentan desde hace dos años que Gore presione a Occidental por el problema de los u'was. Las organizaciones Sierra Club y Amazon Coalition pidieron su intervención.
Accionistas con más de 800 millones de dólares en acciones de Occidental pidieron a la compañía que reevaluara el proyecto, durante la asamblea general anual de la firma el año pasado.
Los u'was ocuparon los titulares internacionales por primera vez en 1996 cuando amenazaron con cometer suicidio colectivo si Occidental no cesaba su actividad en las tierras que reclaman como suyas.
Existe un precedente de 300 años a la amenaza de suicidio. A fines del siglo XVII, una comunidad de u'was se suicidó arrojándose de un precipicio para evitar la autoridad de recaudadores de impuestos y misioneros españoles.
El sitio que Occidental pretende explotar se encuentra fuera de la reserva que el Estado reconoce a los u'was. Pero la tribu sostiene que el lugar se halla en territorio tribal ancestral.
En un acto de protesta, unos 200 u'was instalaron un campamento permanente desde noviembre en el lugar donde Occidental perforó su primer pozo de exploraciones, conocido como Gibraltar 1.
El día 19, miles de soldados colombianos fuertemente armados rodearon el campamento.
"Con este acto, Occidental y el gobierno colombiano insisten en ignorar nuestros derechos territoriales sobre tierras que hemos ocupado durante miles de años", según una declaración que los u'was divulgaron el día 20.
El Grupo de Trabajo de Defensa de los U'was sostiene que la exploración en la proximidad del territorio indígena dañará la selva tropical y pondrá en peligro a la tribu porque seguramente incrementaría la violencia derivada del petróleo que sufre la región.
En el contexto de la guerra civil del país, las instalaciones petroleras colombianas se convirtieron en fortalezas militares y constituyen un imán para los guerrilleros de izquierda.
Los ambientalistas señalaron que el oleoducto de Caño Limón, situado al norte del territorio que reclaman los u'was, fue atacado más de 600 veces en los últimos años por los guerrilleros, lo que causó el derrame de más de 2,1 millones de barriles de petróleo sobre la tierra y ríos aledaños.
Tres ciudadanos estadounidenses que trabajaban con los u'was fueron asesinados en marzo por miembros de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, el mayor grupo insurgente del país. (FIN/IPS/tra-en/dk/lv/aq/en-ip/00