No sólo las estadísticas sobre educación ofrecidas por 41 gobiernos de Asia-Pacífico, sino también los orígenes de esas cifras serán examinados en una conferencia de evaluación de los progresos educativos de la última década que comenzó hoy en esta capital.
De hecho, la calidad y credibilidad de las estadísticas sobre diversos aspectos de la educación en la región más poblada del mundo, desde la tasa de inscripción hasta el porcentaje de alfabetos, son esenciales para el éxito de esta conferencia, que terminará el día 20.
Durante años, una "cultura de publicación de progresos" dominó los esfuerzos de evaluación de los logros educativos, que consistían en "llevar a los ministros a un lindo hotel y preguntarles si podían mejorar sus cifras", dijo Jim Irvine, asesor regional de Unicef (Fondo de las Naciones Unidas para la Educación).
Además, debido a la dificultad para verificar y comparar los logros reportados, esa práctica producía estadísticas oficiales no sólo deshonestas, sino casi inútiles para medir los progresos reales e ir más allá de los promedios nacionales.
"Luego de la era del activismo en los años 90, empieza ahora la etapa del análisis", explicó Víctor Ordóñez, director de la Oficina Principal para Asia y el Pacífico de la Unesco (Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura), con sede en Bangkok.
"Por primera vez, disponemos de estadísticas del mismo tipo, y esperamos que sean precisas y más útiles que nunca antes", expresó este lunes en la apertura de la conferencia.
El uso de cifras confiables "es la base de lo que tratamos de hacer aquí, que de otro modo no tendría sentido, sabiendo que todo se basa en un engaño", destacó Irvine.
"Algunos gobiernos se esforzaron por ser honestos, y otros tuvieron tanto temor de presentar discrepancias que simplemente no publicaron sus informes", añadió.
Ciertos gobiernos presentaron un borrador de informe en mayo de 1999 pero no tuvieron el definitivo para diciembre de 1999, en vísperas de la conferencia de Bangkok.
La falta de credibilidad de las estadísticas fue uno de los factores que condujeron a la iniciativa Educación Para Todos, lanzada en 1990 en la Conferencia Mundial sobre Educación, en Tailandia.
La iniciativa establece seis objetivos en materia de educación, relativos a la tasa de inscripción escolar, el gasto público, la proporción entre alumnos y maestros, la tasa de repetición, y la proporción entre mujeres y varones alfabetos.
Los países representados en la conferencia no sólo deben presentar 18 indicadores estadísticos nacionales, sino también datos subnacionales que indiquen las diferencias entre las áreas urbanas y rurales y entre niños y niñas, así como cifras sobre los subdistritos y aldeas más pequeños.
En 1996 se realizó una primera revisión de la iniciativa Educación Para Todos en una conferencia celebrada en Ammán, Jordania, pero muchos gobiernos ofrecieron datos viejos, estimaciones poco confiables y ningún dato subnacional.
Esto a menudo resultaba en cifras "infladas" o en falsas proclamaciones de éxito, y muchas estadísticas eran incoherentes o indignas de cualquier credulidad.
Por ejemplo, en la conferencia de Ammán de 1996, Pakistán informó que su relación entre la inscripción escolar de varones y niñas era de 36 a 25, pero en la conferencia sobre educación de la Asociación de Asia Meridional para la Cooperación Regional (SAARC), celebrada ese mismo año, sostuvo que la relación era de 71 a 46.
Las cifras provisionales ofrecidas por Pakistán antes de la conferencia de Bangkok señalan una relación de 71 a 62 entre la inscripción escolar de varones y niñas.
India ofreció las mismas estadísticas sobre inscripción escolar en las conferencias de Amman y SAARC (98 varones cada 76 niñas), pero los expertos opinan que se trata de cifras demasiado optimistas, dada la situación real en el terreno.
En las estadísticas provisionales de India para la conferencia de Bangkok, citadas por funcionarios de las Naciones Unidas, la tasa de inscripción escolar era de 77 varones cada 64 niñas.
"Para los expertos del mundo, esto es un escándalo o un progreso excepcional", destacó Irvine.
En el sudeste asiático, Indonesia informó que la tasa de inscripción escolar de los varones en 1996 era de 100 por ciento, aunque "todos sabemos que esto no es así", dijo un experto.
Varios ejemplos ponen de relieve la importancia de las estadísticas en materia de educación.
"Las reformas son impulsadas por la transparencia", y la necesidad de producir determinadas estadísticas pueden empujar a algunos gobiernos a la acción, destacó Ken Vine, especialista en educación del Banco Asiático de Desarrollo.
Bangladesh, por ejemplo, logró una virtual paridad de géneros en menos de una década con la ayuda de escuelas administradas por organizaciones no gubernamentales (ONG), lo cual redujo a la mitad la brecha entre la inscripción escoalr de varones y niñas entre 1991 y 1998, destacó James Jennings, director de educación de Unicef/Bangladesh.
Sin embargo, advirtió, hay que tomar con cautela estos datos, porque en Bangladesh no existen estadísticas sobre registros de nacimientos.
Los indicadores no sólo deben ofrecer un panorama de lo que los gobiernos dicen que están haciendo, sino también de los grupos marginados que aún deben alcanzar, advirtieron analistas en educación.
Después de todo, el programa "Educación para Todos se trata de llegar a los que nunca se llega", concluyó Ordóñez. (FIN/IPS/tra-en/js/mlm/ed-dv/00