La popularidad de los cantantes de música pop de Vietnam crece en detrimento de las canciones patrióticas del pasado, aunque los protagonistas de ese cambio sostienen que su éxito no se traduce en las ganancias que les atribuye la prensa.
El gobernante Partido Comunista aún no se ha habituado a que los cantantes de moda que se ganan el apoyo de los jóvenes de Vietnam, donde el fenómeno de la cultura pop tiene apenas una década de existencia.
"Ganamos mucho menos dinero de lo que los medios de comunicación han informado", dijo Quang Huy, de 31 años, uno de los cantantes más exitosos de Vietnam.
"Francamente, muchos artículos de los periódicos están completamente equivocados cuando dicen que 'los cantantes ganaron mucho dinero fácil' o 'son sumamente ricos"', agregó.
El periódico Nhan Dan, del Partido Comunista, informó a comienzos de octubre que los cantantes de música pop ganaban hasta 700 dólares por cada presentación, cifra considerable en un país donde el ingreso anual promedio por persona es de alrededor de 300 dólares por año.
"Esas cifras son absurdas. No tienen correspondencia con la calidad artística", dijo el compositor Nguyen Duc Toan en el mismo artículo.
Luego de las declaraciones de Toan, el Ministerio de Finanzas aseguró que fijaría un impuesto especial a los cantantes, y el Ministerio de Cultura e Información prometió prestar más atención al contenido de las canciones.
"Pedir a los cantantes que paguen impuestos es razonable…(Sin embargo) los medios no reflejaron una imagen completa y justa de la vida de los cantantes", dijo My Linh, de 24 años, otra popular cantante.
"Yo misma he tenido que pagar hasta 20 por ciento de mis ganancias en impuestos al terminar las presentaciones", agregó.
El año pasado, Hong Nhung, otro miembro de la emergente aristocracia pop, donó 14.000 dólares a una obra de caridad para enfermos de dengue, sugiriendo riquezas que la mayoría de los vietnamitas apenas pueden imaginar.
Muchos residentes de Hanoi opinan que comentarios como los de Toan podrían tener cierto grado de verdad.
La entrada a un concierto importante de uno de los principales cantantes del país oscila entre seis y 13 dólares.
"Los precios de las entradas son exorbitantes. Nunca voy a los conciertos. Son demasiado caros", dijo Hanh, una periodista de 23 años.
Sin embargo, Hanh todavía es fanática de los cantantes que en los últimos 10 años combinaron la destreza occidental y una fuerte dosis de romance para ganarse a los jóvenes vietnamitas, mientras las generaciones mayores se preguntan de qué se trata todo.
"Los cantantes de música pop se merecen el dinero que ganan. A los jóvenes les encanta su música porque sus canciones hablan de sentimientos, amor y relaciones humanas. ¿Cómo se puede medir eso?", preguntó.
Antes de la apertura de la economía a fines de la década del 80, las relaciones personales y las emociones parecían ser un tema inadecuado para el entretenimiento popular.
En su lugar, marchas vigorizantes con títulos como "Jóvenes, únanse" y "Amo a mi patria" cumplían el papel patriótico asignado a la música, el arte y la literatura.
Ly, un empresario de 48 años, recuerda un enfrentamiento que tuvo con las autoridades a mediados de los años 80. Cuando caminaba por una calle del pueblo de Hong Gai, en el noreste de Vietnam, cantando una triste canción tradicional, fue abofeteado y reprendido por un policía.
"Antes, nadie se atrevía a cantar canciones que expresaran tristeza o las penas de la vida. Las autoridades nunca dijeron a la gente que no cantara esa clase de canciones, pero todos sabíamos que tendríamos problemas si lo hacíamos", contó.
Las cosas han cambiado mucho. VTV, uno de los canales de televisión estatales, transmite un programa a la hora del almuerzo en el que se enseña a cantar "karaoke" e incluye a muchos artistas occidentales.
También se transmiten fragmentos del canal de música MTV (Music Television), que muestran videos con letras e imágenes mucho más provocativas de lo que los comisarios culturales permiten producir a los músicos nacionales.
Muchos piensan que el gobierno ha reconocido que la liberalización de la economía debe estar acompañada por liberación cultural. La aparición de la televisión satelital e Internet hace que el avance de los valores culturales occidentales sea aun más inevitable.
"Es demasiado tarde para retroceder. Una vez que la puerta se abre, ya no se puede cerrar", dijo un periodista de Hanoi respecto de los cambios de la última década.
Más de la mitad de la población de Vietnam nació después del fin de la guerra contra Estados Unidos en 1975. Mientras sus padres combatieron lo que a su juicio era la agresión imperialista estadounidense, ellos adoptan las importaciones culturales de ese país.
La enorme popularidad de la película de Hollywood "Titanic", distribuida completamente en videos pirata, y de la omnipresente canción "My heart will go on" de Celine Dion el año pasado, refleja la demanda vietnamita de romances bien presentados.
Sin embargo, muchos jóvenes de Hanoi recalcan que todavía les gustan algunas canciones del pasado.
"Me gustan varias canciones escritas durante la guerra. Me dejan sentimientos profundos en el corazón y me hacen sentir más optimista", dijo Dung, un programador de computadoras de 22 años.
Sin embargo, agregó que "es imposible e inaceptable obligar a los jóvenes a escuchar las canciones de la generación anterior. Todos deben tomar sus propias decisiones, especialmente en la vida espiritual". (FIN/IPS/tra-en/nnp/js/at/aq/cr/00