México se apresta a exaltar este sábado los atributos del mariachi, el centenario grupo que identifica a la música y la cultura popular de este país en el mundo, a la que algunos expertos atribuyen origen francés.
Cada 29 de enero desde hace 10 años decenas de famosos mariachis celebran el Día Mundial de esa pequeña orquesta que preserva el canto vernáculo mexicano.
La fecha fue proclamada por músicos y cantantes que decidieron rendir tributo cada año al famoso mariachi de la mejor manera que conocen los mexicanos: la fiesta.
En un amplio salón del sur de la ciudad de México, Estampas de América, Monumental de Tlaxcala y Mi País integran la cartelera para el gusto de los amantes del baile y las canciones rancheras.
La ocasión volvió a poner sobre el tapete la vieja polémica sobre la procedencia del grupo musical.
El investigador Jean Meyer sostiene que "la etimología fantasiosa y fantástica hace derivar la palabra mariachi de la francesa mariage (matrimonio) y la sitúa en el tiempo de la intervención francesa" en México (1864-67).
Araceli Medellín, otra investigadora del tema, defiende la procedencia mexicana de los mariachis, cuya existencia se remonta, asegura, a mucho antes de la llegada de los franceses.
Historiadores, cronistas y escritores descartan el origen francés del mariachi, en virtud de testimonios sobre la existencia de ese grupo incluso desde la época prehispánica.
Algunos autores sostienen que el vocablo proviene de una lengua autóctona de la región de Cocula, en el occidental estado de Jalisco, considerado popularmente "la capital del mariachi".
El término ha referido históricamente una vibrante y alegre música que habría tenido su cuna en Jalisco, cuya famosa capital, Guadalajara, representa cabalmente la imagen del país.
El Documento de Rosamorada, escrito por el sacerdote Cosme Santa Anna el 7 de mayo de 1852, es considerado prueba irrefutable del origen mexicano del mariachi.
"En la plaza y frente de la iglesia se hallan dos fandangos. Esto es en todos los años en los días de la resurrección del Señor y ya sabemos cuántos excesos se cometen en esas diversiones, que generalmente se llaman por estos puntos mariachis", dice el documento.
Diversas crónicas relatan que el mariachi original es anterior a la llegada de los conquistadores españoles a México. Según esas versiones, se tocaba entonces una flauta, una caja o tambor y cascabeles de semillas.
Tras la conquista por parte de los europeos, el mariachi incorporó la guitarra, el violín, el arpa grande o arpón y el guitarrón. Y hacia el siglo XX comenzó a utilizar la trompeta.
Otros testimonios dan cuenta de cómo los hacendados de Jalisco agasajaban con música de mariachi al dictador Porfirio Días, quien gobernó hasta desencadenar la revolución campesina de 1910.
Díaz quedó fascinado con el mariachi y pronto lo hizo debutar en un acto oficial ante funcionarios extranjeros.
Esos episodios marcaron la incursión de "la cultura provinciana y popular a la capital del país y a las élites sociales", señala Meyer.
Más allá de la polémica, la música de mariachi es la cura ideal para la nostalgia, el despecho o cualquier otro daño causado por un mal amor. Y eso nadie lo discute en México.
Las letras de "Ella", "El rey" o "Paloma querida" ilustran el sentimiento de los mexicanos, que inspiró a José Alfredo Jiménez, a quien el filósofo español Fernando Savater calificó como el "poeta más importante de México".
La música de mariachi cobró notable éxito, en México y el extranjero, como acompañamiento de los cantantes Lucha Reyes, Lola Beltrán, Pedro Infante o Jorge Negrete, entre otras leyendas del género ranchero local.
La fiesta del Día Mundial del Mariachi fue programada para no dar tregua a los fanáticos del baile y las canciones mexicanas, como un reconocimiento más a los artistas que preservan el canto vernáculo, señalan los organizadores. (FIN/IPS/pf/00