(Arte y Cultura) CUBA: La inesperada visita de Paul McCartney

Nadie anunció su llegada, no quedó una sola imagen gráfica para la historia y muy pocas personas pudieron verlo personalmente. Pero aún así, el paso de Paul McCartney por Cuba no pasó desapercibido.

El ex integrante de Los Beatles estuvo sólo unas horas en Santiago de Cuba, 967 kilómetros al este de La Habana, y su presencia se convirtió de inmediato en leyenda.

McCartney recorrió las calles de Santiago, disfrutó de la música cubana, aceptó que le gritaran John (Lennon) y firmó autógrafos. Y antes de irse escribió "Viva la Revolución" y prometió volver.

La noticia de la presencia de McCartney en Cuba, donde Los Beatles fueron señalados por la política oficial como símbolos de la "ideología imperialista" y canciones como "Yesterday" y "Michelle" permanecieron censuradas hasta 1966, circuló como pocas veces sucede en la isla.

En Santiago, los fanáticos corrieron en su búsqueda, mientras que en La Habana, una semana después, los amantes del cuarteto siguen debatiéndose entre la incredulidad y la nostalgia.

"Hoy no es el Día de los Inocentes", fue lo primero que pensó María Gattorno, considerada el alma de la comunidad rockera de Cuba desde que en 1988 creó el único espacio fijo para los cultores del rock en la isla conocido como El Patio de María, cuando el día 15 escuchó el informe de una radioemisora local.

"Los rockeros de hoy prefieren Metalica, pero en sus camisetas llevan a Lennon", dijo a IPS la promotora cultural, quien dice haberse perdido "el gran alegrón" de su vida.

Gattorno asegura que en Cuba "los Beatles son tomados como un modelo, un punto de partida en la música que implica ruptura y rebeldía".

La periodista Dixie Edith lamentó que "Paul haya pasado así, de sorpresa, en lugar de haber venido a algunos de los coloquios internacionales que se hacen en Cuba cada año sobre la trascendencia internacional de Los Beatles".

Los organizadores de los coloquios, auspiciado por la Unión Nacional de Escritores y Artistas, una entidad vinculada al gobierno, han invitado reiteradamente sin éxito a los ex integrantes del cuarteto de Liberpool.

Ahora, cuando la censura cedió el paso a lo que el novelista cubano Leonardo Padura llama "beatlemanía a posteriori", el avión privado de McCartney aterrizó en el aeropuerto internacional de Santiago de Cuba.

Ante el pedido de identificación, se escuchó en la torre de control: "Es Paul McCartney con dos de sus hijos". Después de un largo silencio, el controlador volvió a preguntar, "¡¿Quién?!". "McCartney, el de los Beatles", le respondieron.

El propio músico británico contó después que cuando abrió la puerta de la aeronave, la voz había circulado por todo el terminal aéreo y un numeroso grupo de personas se había reunido para saludarlo.

Del aeropuerto se fue a recorrer el centro histórico de Santiago de Cuba y visitó el castillo del Morro, declarado Patrimonio Histórico de la Humanidad por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco).

En la fortaleza dejó la única prueba de su paso por la isla cuando escribió en el libro de visitantes: "Muchas gracias. Viva la Revolución".

McCartney visitó el antiguo Cuartel Moncada, lugar donde Fidel Castro inició en 1953 la lucha contra la dictadura de Fulgencio Batista, y también el Arbol de la Paz, donde en 1899 España firmó su capitulación ante Estados Unidos.

Para cerrar con broche de oro su estadía, llegó hasta la Casa de la Trova para escuchar durante casi una hora sones, boleros y guarachas, y compartir con José Aquiles y René Urquijo, veteranos representantes de la música tradicional cubana.

"Yo sé, yo conozco esta música", dijo McCartney cuando alguien quiso explicarle cómo se hace la clave en la música cubana (el toque que marca el ritmo).

A Urquijo y a Aquiles les afirmó que visitando Santiago estaba cumpliendo el sueño de conocer una ciudad que le habían recomendado por su "hospitalidad y alegría, su belleza arquitectónica y por ser una cuna de música".

Antes de irse compró discos compactos de los cubanos Benny Moré y Eliades Ochoa, y sus hijos completaron la colección con discos de agrupaciones famosas en la isla, como los Van Van, la orquesta Aragón, Adalberto Alvarez y su Son, y NG la banda.

Al margen del acoso de la prensa, McCartney no dejó opiniones sobre la música cubana, no dijo si la conocía ya en tiempos del cuarteto de Liverpool, ni comentó de la influencia de Los Beatles en los compositores de la isla.

Los que estuvieron con él contaron después que el ex integrante de los Beatles comentó que éste había sido un encuentro personal muy necesario con Cuba y anunció que no sería el último.

"Quizás la próxima vez sea en La Habana", dijo McCartney. (FIN/IPS/da/ag/cr/00

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