El ex futbolista argentino Diego Maradona comenzó hoy a superar la crisis de hipertensión por la que fue hospitalizado el martes en Uruguay, pero seguirá internado. Mientras, continúan las investigaciones y especulaciones sobre su adicción a las drogas.
El médico uruguayo Frank Torres precisó este miércoles que la salud de Maradona evoluciona muy favorablemente y que el paciente dialoga y colabora con el personal de la unidad de cuidados intensivos, se alimenta en forma adecuada y responde bien al tratamiento recibido.
Torres se negó a brindar más detalles que el contenido en el escueto informe médico, leído ante decenas de periodistas y curiosos.
El resto de la información sobre la salud del deportista es reservada y "nuestro deber como profesionales es respetar los derechos de cualquier paciente", sin importar su nombre, dijo de manera terminante.
Las versiones sobre que la crisis había sido producida por una sobredosis de drogas fueron tan insistentes que la jueza uruguaya Adriana de los Santos intervino de oficio y ordenó a la policía obtener los resultados de los análisis practicados por los médicos para comprobar la veracidad de esa especie.
Todo el esfuerzo de los médicos que lo asisten, de familiares y de su representante, Guillermo Cópola, para despejar cualquier duda sobre las causas declaradas del problema de salud de Maradona parece en vano.
Una gran mayoría de periodistas locales y del exterior, la propia justicia uruguaya y la opinión pública no se conforman con las explicaciones dadas por los médicos para justificar la internación.
Los comentarios son muchos y todos contribuyen a la confusión. Los propios médicos no niegan ni confirman que hayan encontrado alguna sustancia tóxica en el organismo de Maradona y se amparan en el derecho del paciente a mantener en reserva la información sobre su salud.
Maradona es hipertenso, está excedido de peso y consumió muchos alimentos con sal en los últimos días, pero el cuadro de presión alta en un organismo predispuesto se puede desatar también por la ingesta de drogas, explican distintos médicos sin conocer el caso en detalle.
El ex astro del fútbol mundial, próximo a cumplir 40 años, fue galardonado en diciembre en Argentina como el mejor deportista del siglo XX, premio que algunos periodistas cuestionaron por su controvertido comportamiento en la vida privada.
La popularidad de Maradona trasciende todavía las fronteras de su país, pese a que ya dejó de practicar el deporte de manera profesional. Su arte en los campos de juego lo convirtió en el futbolista más famoso del mundo de todos los tiempos y Argentina es ahora sinónimo de su nombre.
El estigma de Maradona es su confesada adicción a la cocaína, un problema que, al mismo tiempo que lo colocó en el centro de los más escandalosos capítulos de la historia del fútbol, le dio la oportunidad de mostrar también su capacidad de redimirse en inolvidables regresos.
Maradona se sintió descompuesto el martes, luego de cuarto días de haber llegado al balneario uruguayo de Punta del Este, 140 kilómetros de Montevideo, por lo cual decidió atenderse en el sanatorio Cantegril, donde llegó junto a Cópola.
Los médicos resolvieron, entonces, su internación con el diagnóstico de crisis de hipertensión y arritmia ventricular.
Al conocerse el hecho comenzaron a divulgarse las versiones más insólitas, como si la calma típica de este enero estival por excelencia en Uruguay estuviera operando como un dique de contención.
"Maradona está en coma", "está inconsciente", "internado por sobredosis de cocaína" y "Maradona llegó en ambulancia" fueron algunas de las primeras informaciones que se largaron a rodar, hasta que el parte médico de la tarde del martes explicitó las reales causas de la dolencia.
La hipertensión es un mal hereditario. Los padres de Maradona lo sufren y él mismo tuvo problemas con anterioridad que lo obligaron a internarse.
Una de esas crisis de hipertensión la sufrió en Chile, en 1997, cuando participaba en un programa de televisión. En esa ocasión también se agitó el fantasma de la cocaína.
Su madre, que viajó de urgencia el martes a Uruguay desde Buenos Aires por las versiones acerca de una sobredosis, negó enfáticamente esa posibilidad una vez que lo vió y que habló con los médicos.
"No es cierto que haya sido una sobredosis, eso lo hubiera matado, y si hubiera sido por drogas yo me hubiera callado la boca", admitió.
"Lo que tiene Diego es un problema de hipertensión, por el que ya nos dio tres sustos, igual que su padre… no entienden que deben comer sin sal", agregó.
El médico que lo atiende insistió en que la enfermedad de Maradona la contrae una de cada 10 personas, pero cuando se lo interrogó acerca de la visita del fiscal y de la policía de narcóticos al sanatorio, se amparó en el secreto profesional médico para no responder.
Este miércoles se supo que los médicos rechazaron las pretensiones del ex futbolista de comer carne con sal. Mientras, afuera del sanatorio, muchos periodistas están más interesados en conocer los resultados de la investigación judicial que en la evolución de la salud de Maradona. (FIN/IPS/mv/dm/cr/00)