El Tratado de Complementación e Integración Minera entre Argentina y Chile, que debe entrar en vigencia en marzo, generará millonarias inversiones extranjeras en la frontera de los dos países.
Las inversiones previstas ascenderán a 10.000 millones de dólares en 10 años, incluyendo unos 2.000 millones que aportaría este año un consorcio canadiense, dijo el diputado chileno Carlos Vilches.
El tratado fue aprobado este martes por 89 votos a favor, dos en contra y cinco abstenciones por la Cámara de Diputados de Chile en su sede de Valparaíso, 120 kilómetros al oeste de Santiago.
Se espera que en marzo, luego del receso parlamentario de febrero, el Senado ratifique el acuerdo, suscrito en diciembre de 1997 por el entonces presidente argentino, Carlos Menem, y el mandatario chileno Eduardo Frei.
El tratado minero ya tuvo en Argentina la aprobación de los senadores y está pendiente el pronunciamiento de los diputados, que también debe ser favorable por el buen clima que existe en ambos países para los proyectos de integración.
El ministro chileno de Relaciones Exteriores, Juan Gabriel Valdés, destacó que este acuerdo permitirá desarrollar el potencial minero argentino en la extensa frontera con Chile de la cordillera de los Andes, de unos 5.000 kilómetros de extensión.
Mientras Chile tiene una historia económica vinculada a la minería desde el siglo XIX, Argentina, que construyó su potencial exportador con base en la ganadería y la agricultura, mantiene prácticamente inexplotados sus yacimientos cordilleranos.
Valdés señaló que uno de los mayores inconvenientes para el desarrollo minero argentino está en los altos costos que implica para los inversionistas la lejanía entre los Andes y los puertos de exportación de ese país en el Atlántico.
El tratado de complementación e integración elimina restricciones para la circulación de productos mineros entre los dos países, posibilitando así los embarques argentinos hacia terceros países a través de los cercanos puertos chilenos.
Facilita igualmente la libre circulación de insumos para la explotación minera, como explosivos, químicos y equipos, lo cual amplía el mercado para los industriales chilenos que trabajan en ese campo.
De acuerdo con estudios y prospecciones geológicas, en el lado argentino de la cordillera de los Andes existen yacimientos de cobre y oro, abundantes también en el sector chileno, además de otros minerales, como molibdeno y hierro.
Vilches recordó que están en desarrollo en el área fronteriza los proyectos mineros de Los Pelambres y Pachón y que este año compañías canadienses pondrían en marcha, con una inversión de 2.000 millones de dólares, dos proyectos en Pascua Lama.
El Tratado de Complementación e Integración Minera tendrá aplicación en toda la frontera, con excepción del área de Campos de Hielo Sur (llamados Hielos Continentales por Argentina), cuya delimitación se llevará a cabo en los próximos años.
La solución final del conflicto territorial de Campos de Hielo Sur, en junio de 1999, marcó el punto culminante del proceso de normalización de relaciones e integración que Chile y Argentina iniciaron en agosto de 1991.
El tratado minero es visto como otro paso fundamental en esa dirección, no sólo por sus implicaciones bilaterales, sino también por su potencial para los intercambios en el Mercado Común del Sur (Mercosur), del cual Chile es miembro asociado.
La puesta en marcha de este tratado corresponderá a los dos nuevos mandatarios de ambos país, Fernando de la Rúa, quien asumió el cargo en Argentina en diciembre, y Ricardo Lagos, que será investido presidente de Chile el 11 de marzo.
El mandatario electo chileno reiteró, tras su triunfo en la segunda vuelta de la elección presidencial del domingo, su propósito de que su país se convierta en miembro pleno del Mercosur durante su gestión, que culminará en 2006.
El tratado minero aparece como una buena señal para la integración, con buenos réditos para Chile, que contará con nuevas ofertas de empleo para su fuerza laboral minera también al otro lado de la frontera.
En ese sentido, el tratado prevé también criterios para resolver cuestiones tributarias, aduaneras, laborales, previsionales, sanitarias y ambientales, además del uso de recursos naturales e infraestructura en ambos países.
Uno de los aspectos fundamentales, según se indicó, es el que se refiere a las situaciones jurídicas en torno a la propiedad minera, las concesiones, el empleo de recursos hídricos, el uso de servidumbres (derechos de paso) y los depósitos de desechos. (FIN/IPS/ggr/mj/if/00