El Centro Bancario Internacional de Panamá, cuyos activos superan los 36.158 millones de dólares, se prepara para atraer capitales y actividades financieras y de seguros de América Latina y el Caribe.
El vicepresidente de la Asociación Bancaria de Panamá, Mario De Diego, dijo a IPS que los desafíos que enfrenta el sector exigen ampliar el abanico económico a las actividades financieras internacionales, bancarias y no bancarias.
De Diego recalcó que una nueva ley de valores, aprobada en julio de 1999, creó el marco jurídico para modernizar los mercados de capitales y otorgarle a Panamá una nueva "ventaja comparativa regional" como centro financiero.
"Creemos que hay muchos mercados en el Caribe que deberían desarrollarse en Panamá, como los fondos de inversiones, fondos mutuos", puntualizó.
El uso del dólar como moneda de cursos legal en Panamá ha sido hasta ahora un factor clave en el éxito del sistema, en el que participan unos 120 bancos, de los cuales 60 son netamente nacionales y concentran el 40 por ciento de los activos totales del Centro Bancario Internacional.
Entre esas ventajas, De Diego mencionó las tasas de interés bancario, que no dependen de una autoridad monetaria sino de las condiciones del mercado, las cuales están vinculadas a las tasas de referencias internacionales Libor o Prime.
Pese a ello, consideró que la globalización de los mercados exige una verdadera modernización, para trabajar en una especie de sinergía con las bolsas de valores, las empresas de seguros y de reaseguros de América Latina.
Un informe de la calificadora internacional de riesgo Standard and Poor's señaló a fines del año pasado que los principales bancos latinoamericanos "se han mantenido, por lo general, relativamente bien", pese a la presión causada por la crisis asiática, la debacle económica rusa y la devaluación en Brasil.
Una de las tendencias en el mercado es que las reaseguradoras invierten cada vez más en América Latina, como medio para diversificar sus ingresos por primas.
En la actualidad, los países latinoamericanos ceden en promedio el 15 por ciento de sus primas directas a las reaseguradoras, la mayor parte de las cuales son riesgos industriales y comerciales.
La cesión promedio de primas en reaseguros en 1999 fue de 36 por ciento en Colombia y de 19 por ciento en México.
De allí que algunos bancos y entidades financieras en Panamá hayan adoptado el concepto operativo de "Bancaseguros", que expresa la sinergía potencial entre productos de la banca y los seguros, para vender servicios financieros adicionales a sus usuarios y clientes.
De Diego estimó que todos los esfuerzos e iniciativas deben estar dirigidos a la consolidación del sistema, que en 1982 sufrió una reducción de sus activos totales en unos 10.000 millones de dólares, a causa de las crisis de la deuda externa que golpeó a la mayoría de los países latinoamericanos.
Los activos del Centro Bancario Internacional disminuyeron ligeramente en 1999, respecto del año anterior, período en el que la cartera de préstamos extranjeros se redujo en 2.415 millones de dólares.
Los analistas del sistema atribuyeron el hecho a las dificultades de las economías latinoamericanas, lo que se reflejó en una baja en las operaciones de reexportación de mercaderías desde la Zona Libre de Colón, en el litoral atlántico panameño.
Las actividades de la Zona Libre de Colón decrecieron en 11,4 por ciento en 1999, debido a problemas económicos que azotaron a Colombia, Venezuela y Ecuador, usuarios además de la banca internacional en Panamá.
Sin embargo, De Diego aclaró que esa realidad fue compensada con un aumento del total de activos líquidos en el Centro Bancario Internacional en unos 665 millones de dólares y un incremento en los préstamos internos del orden de 1.254 millones.
Informes oficiales indican que de noviembre de 1998 a noviembre de 1999 los depósitos internos de particulares aumentaron en 802 millones de dólares, de los cuales 543 millones correspondían a plazos fijos, mientras que los ahorros internos crecieron en 200 millones y alcanzaron 1.643 millones de dólares.
De acuerdo con De Diego, la globalización de los mercados y la consolidación de capitales ha producido un fenómeno de fusión de bancos y la apertura de nuevos servicios, en procura de la competitividad y expansión empresarial.
Un ejemplo de ello es la reciente fusión del Banco General y el Banco Comercial, que en conjunto suman activos de 2.300 millones de dólares y patrimonios de 241 millones.
El Banco Bilbao Vizcaya completó en 1999 la adquisición del Banco Ganadero de Colombia y el Banco Santander compró el Banco Central Hispanoamericano, que previamente se convirtió en dueño del Banco de Santa Cruz de la Sierra, de Bolivia.
De Diego reveló que los bancos nacionales empiezan a extender sus operaciones a América Central. En ese grupo figuran el Banco Aliado y el Panabank, que adquirieron el Banco de Nicaragua y esperan abrir sucursales en otros países del área.
Con anterioridad, el Global Bank, de capital panameño, compró el Banco Confederado de América Latina, cuya mayor paquete accionario pertenecían a la Confederación Latinoamericana de Cooperativas.
El economista Marcos Fernández interpretó el proceso de concentración de la banca local como una respuesta a varios factores en el mercado, entre ellos un conjunto de normas internacionales que exigen tener capitales en los bancos.
Al respecto, De Diego dijo que el dinamismo de la banca de capital nacional está vinculado a su recurso humano calificado y a las oportunidades de inversión que ofrecen las extensas áreas del canal de Panamá.
Esa áreas son aptas para el desarrollo de turismo internacional, operaciones navieras, portuarias y de ensamblaje, que podrían dar impulso a la economía de Panamá en los próximos años, si las mismas son aprovechadas a plenitud.
De Diego insistió que la Asociación Bancaria de Panamá apoyará las acciones encaminadas al fortalecimiento, diversificación de operaciones y a la creación de nuevas oportunidad en este sector, que aporta alrededor de 12 por ciento del producto interno bruto de Panamá. (FIN/IPS/dc/ag/if/00