La brillante promesa de un nuevo milenio está empañada por amenazas ambientales sin precedentes para el futuro de la humanidad, advirtió el Worldwatch Institute en su informe anual, divulgado hoy.
En su 17 informe anual sobre el Estado del Mundo, el grupo de expertos con sede en Washington dijo que sólo unos pocos problemas ambientales del siglo XX fueron resueltos y que se están creando muchos nuevos.
"Cuando lanzamos esta serie de evaluaciones anuales en 1984, esperábamos poder comenzar el nuevo siglo con un informe optimista, que revelara que la salud de la Tierra está mejorando", dijo Lester Brown, presidente y fundador de Worldwatch.
"Desafortunadamente, la lista de las tendencias que preocupaban entonces al Instituto (reducción de los bosques, erosión de los suelos, vaciado de los acuíferos y extinción de especies) es ahora más larga e incluye el aumento de la temperatura y los arrecifes de coral", agregó.
En el informe de 276 páginas, titulado "Estado del Mundo, 2000", se señala que el empobrecimiento biológico de la Tierra aumenta a medida que crece la población humana.
El número de especies de aves, mamíferos y peces en peligro de extinción se expresa ahora en porcentajes de dos cifras y llega a 11 por ciento de las especies de aves, 25 por ciento de las especies de mamíferos y 34 por ciento de las especies de peces, precisó Worldwatch.
En el informe, que será traducido a 30 idiomas, se indicó que pocas semanas antes de que comenzara el año 2000 la población del mundo llegó a los 6.000 millones de habitantes.
"Pero en un mundo en el cual 1.200 millones de personas pasan hambre, 1.200 millones no tienen acceso a agua limpia y casi 1.000 millones de adultos son analfabetos, llegar a esa marca demográfica no es motivo de celebración", se afirmó.
El capítulo dos del informe analiza las "sinergias" entre tendencias ambientales y sociales y la creciente posibilidad de que haya "sorpresas".
"El deterioro ambiental con frecuencia es considerado gradual y predecible, pero si pensamos eso nos estamos paseando dormidos por la historia", escribió Chris Bright, uno de los autores del informe.
"A medida que aumenten las presiones sobre los sistemas naturales de la Tierra, podría haber algunas sorpresas desconcertantes. Las tendencias interactúan, fortaleciéndose unas a otras y provocando cambios abruptos", agregó.
En octubre de 1998, por ejemplo, el huracán Mitch azotó América Central. Aluviones de barro cubrieron aldeas enteras, la mitad de la población de Honduras fue desplazada y ese país perdió 95 por ciento de su producción agrícola.
Sin embargo, el informe señaló que aunque el Mitch fue el cuarto huracán más fuerte que pasó por el Caribe en el siglo XX, gran parte del daño fue ocasionado por la deforestación.
Si las raíces de los árboles hubieran contenido el suelo de las laderas, menos aldeas habrían sido sepultadas por el barro.
"El recalentamiento planetario, causado por la quema de combustibles fósiles, y las tormentas más destructivas asociadas con el mismo podrían explicar la fuerza e intensidad del huracán Mitch", opinó Bright.
Algunas de las mayores sorpresas podrían provenir del cambio climático, según el informe. Las temperaturas sin precedentes de los años 90 son parte de la tendencia al calentamiento del siglo XX.
Sólo en las últimas tres décadas, entre 1969-71 y 1996-98, la temperatura global promedio aumentó 0,44 grados y se prevé que aumentará más.
Desde los Andes peruanos hasta los Alpes suizos, las temperaturas más altas están derritiendo los glaciares. Las dos plataformas de hielo a los lados de la Antártida están retrocediendo.
Sólo en 1999, se rompieron 3.000 kilómetros cuadrados de la capa de hielo antártica occidental en un período de un año.
Una de las tendencias menos visibles que determinan el futuro de la Tierra, según Worldwatch, es el vaciado sin precedentes de los acuíferos, causado por poderosos mecanismos que permiten extraer agua subterránea con una rapidez que supera la recarga natural mediante lluvia y nieve.
La extracción excesiva se concentra en China, Estados Unidos, India, Africa septentrional y Medio Oriente, y llega a 160 mil toneladas anuales de agua, según el informe.
Si se tiene en cuenta que se necesitan unas 1.000 toneladas de agua para producir una tonelada de granos, la extracción excesiva equivale a 160 millones de toneladas de granos, o sea la mitad de la cosecha de granos de Estados Unidos, agregó Worldwatch.
En el informe se analiza la propagación de enfermedades infecciosas, y en particular la del VIH (virus de inmunodeficiencia humana)/sida (síndrome de inmunodeficiencia adquirida) en Africa subsahariana.
"Unos 23 millones de africanos comenzaron el año con una sentencia de muerte impuesta por el sida", escribieron los autores del informe.
Por primera vez en la era moderna, la expectativa de vida, un indicador de desarrollo básico, está disminuyendo en una región importante, y el futuro económico de 800 millones de personas en Africa subsahariana se ve amenazado.
En algunos países, la epidemia del VIH está disminuyendo la expectativa de vida en 20 años o más. En Zimbabwe, antes de la propagación de la epidemia, la expectativa de vida era de 65 años. Se calcula que en el 2010 será de 39 años.
"Con más de un quinto de la población adulta infectada por el virus, Africa está perdiendo a muchos de los agrónomos, ingenieros y maestros necesarios para sustentar el desarrollo", señaló Worldwatch.
A juicio de Brown, los mayores desafíos del siglo XXI serán estabilizar el clima y la población.
"Si no podemos estabilizar ambos, no podremos salvar ningún ecosistema en la Tierra. Todo cambiará", afirmó.
Estabilizar la población con rapidez depende de que las parejas se limiten a tener dos hijos, un objetivo alcanzable según Brown.
Unas 34 naciones industrializadas ya alcanzaron la estabilidad de la población y varios países en desarrollo se están acercando, a ella, incluyendo a Barbados, China, Corea del Sur, Sri Lanka, y Tailandia, según el informe.
"Sabemos cuál es la clave para estabilizar la población: brindar acceso universal a servicios de planificación familiar y educar a niñas y mujeres", afirmó Worldwatch.
Estabilizar el clima requiere la voluntad política de remplazar los combustibles fósiles por células solares, energía eólica y otras formas de energía renovables, añadió.
La transición hacia el predominio de esas fuentes de energía ya comenzó, según los autores del informe.
La quema de carbón, por ejemplo, no aumentó entre 1990 y 1998, mientras el uso de la energía eólica y las células fotovoltaicas creció, 22 y 16 por ciento por año, respectivamente.
Dinamarca obtiene ocho por ciento de su electricidad de la energía eólica. En el mundo en desarrollo, India, con una capacidad de generación de 900 megavatios, es sin duda el líder en esta área.
"Pero la transición no está avanzando con la rapidez necesaria para evitar un cambio climático potencialmente destructivo", según Worldwatch.
Aumentar en forma radical el uso de la energía eólica depende de una reestructuración de los sistemas trbutarios que reduzca los impuestos al ingreso y a los salarios, y aumente los gravámenes sobre actividades que dañan el ambiente, como la quema de combustibles fósiles.
Dinamarca, España, Finlandia, Gran Bretaña, Holanda y Suecia ya comenzaron a aplicar reformas trributarias de ese tipo. (FIN/IPS/tra-en/dk/ks/at/mp/en/00