AMBIENTE: Activistas cuestionan mercado de gases invernadero

El mercado internacional de "gases invernadero" establecido por el Banco Mundial no logrará ninguna reducción efectiva de esas emisiones, responsables del recalentamiento planetario, advirtieron grupos ambientalistas.

La institución financiera multilateral sostiene que su "Fondo Prototipo de Carbono" (FPC), lanzado el martes, promoverá la transferencia de tecnología "sana" al Sur en desarrollo.

El FPC funciona como un fondo de inversión colectiva, pero sus valores no son acciones y bonos, sino toneladas de carbono.

El dióxido de carbono y otros gases invernadero se generan principalmente a partir de la quema de combustibles fósiles, como el petróleo y el carbón.

La mayoría de los científicos atribuyen a esos gases el aumento de la temperatura promedio del planeta, con graves consecuencias para el clima, la salud y las actividades económicas.

Cuatro gobiernos y nueve grandes empresas del Norte industrial ya comprometieron 85 millones de dólares para el fondo, convirtiéndose en inversores en esfuerzos para reducir la emisión de gases invernadero en los países pobres.

Las inversiones elegibles incluyen esfuerzos para la promoción de fuentes renovables de energía (como la solar), la mejora de la eficiencia de proyectos ya existentes y la sustitución de tecnologías "sucias" por "limpias", por ejemplo, cambiando lámparas de luz incandescente por fluorescente.

El FPC tiene un tope máximo de 150 millones de dólares y sus operaciones comenzarán en abril. El Banco espera invertir el capital en unos 20 proyectos durante los próximos tres años.

La reducción de emisiones resultante será verificada en forma independiente y luego transferida a los inversores del fondo bajo la forma de certificados.

En una etapa posterior, los inversionistas podrán convertir esos certificados en licencias para emitir determinada cantidad de dióxido de carbono.

De este modo, podrán utilizar los certificados para cumplir su compromiso de reducir las emisiones de gases invernadero, adoptado en el Protocolo de Kioto, en 1997.

El protocolo exige que los países reduzcan sus emisiones al menos en 5,2 por ciento respecto de 1990 para el año 2012.

Las normas que regirán el intercambio de emisiones serán acordadas en una reunión este año de los países signatarios de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático.

Muchos ambientalistas censuraron al Banco Mundial por tratar de influir en el resultado impulsando un enfoque del problema basado en su propio modelo de mercado.

Los críticos también consideran que el intercambio de emisiones permite que países ricos "compren" sus reducciones en el exterior en lugar de hacerlo a nivel doméstico.

Por otra parte, los partidarios del intercambio sostienen que este sistema tiene un sentido económico, porque los proyectos para la reducción de carbono son más baratos en el Sur en desarrollo.

"Hay muchas oportunidades de reducir las emisiones de gases invernadero en países en desarrollo, a un costo de cinco a 15 dólares por tonelada de carbono, frente a un costo de 50 dólares en los países industrializados", destacó Ken Newcombe, funcionario del Banco Mundial y administrador del FPC.

La diferencia de costos "ofrece la oportunidad de relaciones comerciales mutuamente beneficiosas", destacó Newcombe.

El Banco actuará de intermediario en las negociaciones, y cobrará por ello unos 20 dólares por tonelada de carbono, según el funcionario.

Los gobiernos que ya comprometieron recursos para el fondo son Finlandia, Holanda, Noruega y Suecia. Entre los inversores del sector privado se encuentran Mitsubishi y Mitsui de Japón, varias empresas de energía de ese país, y la compañía belga Electrabel.

Entre los participantes potenciales se encuentran Statoil y NorskHydro, de Noruega, la francesa Gaz de France, el Environment Banc and Exchange de Estados Unidos, y SK Power, de Dinamarca.

Se trata de "firmas con importantes recursos para invertir, pero también con intereses en el mercado de emisiones de carbono, porque son industrias de energía en gran escala", observó Charles Feinstein, jefe de la Unidad de Cambio Climático Global del Banco Mundial.

Algunos países ya cumplieron los compromisos asumidos en el Protocolo de Kioto, pero para los que aún no lo hicieron, sistemas como el FPC constituyen una "opción indolora", destacó Charlie Kronick, director de la Red de Acción Climática, una organización no gubernamental británica.

"Tal como está definido actualmente, este régimen de intercambio permitirá una reducción conceptual de la contaminación, por la que un país podrá adquirir las emisiones no utilizadas de otro", explicó Kronick.

El problema es que "las emisiones evitadas en realidad se vuelven a lanzar a la atmósfera, y de hecho no tiene lugar ninguna reducción", observó.

El mundo sólo puede mantener el nivel actual de quema de combustibles fósiles -que liberan unos 6.000 millones de toneladas de carbono por año- durante menos de 40 años, antes de causar un gran desastre al ecosistema planetario, según el grupo ambientalista Greenpeace.

Dados los altos intereses involucrados, muchos ecologistas son partidarios de la intervención directa del Estado para promover las fuentes renovables de energía.

Una de las ideas propuestas es el retiro de unos 300.000 millones de dólares en subsidios al uso y la explotación de combustibles fósiles en todo el mundo. (FIN/IPS/tra-en/ef/aa/mlm/en/00

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