La viabilidad de la Unión Cristiano- Demócrata (CDU) de Alemania como fuerza opositora eficaz en el parlamento quedó en cuestión tras la renuncia esta semana de su líder honorífico, el ex canciller (jefe de gobierno) Helmut Kohl.
La partida de Kohl de la jefatura del partido que condujo durante 25 años no impedirá la continuación de una investigación parlamentaria sobre su aceptación de donaciones ilegales y no declaradas para la CDU.
Sin embargo, la prolongación de la investigación podría acabar con la eficacia del partido como fuerza opositora y esto podría ser perjudicial para la democracia alemana, ya que no existe otra oposición viable, advirtieron analistas.
Una auditoría interna de la CDU halló 4,5 millones de dólares en fondos no declarados además del millón de dólares que Kohl admitió haber aceptado ilegalmente.
Algunos analistas opinaron que la CDU decidió utilizar a Kohl como chivo expiatorio y despojarlo de su título honorario en la esperanza de que esta medida contribuyera a contener el escándalo de corrupción.
Hace sólo dos semanas parecía imaginable que la CDU destituyera al hombre que fue canciller durante 16 años y pasó a la historia como "el arquitecto de la reunificación alemana", en referencia a la fusión de Alemania Oriental y Occidental, hace 10 años.
Trascendió que Kohl recibió un ultimátum del comité ejecutivo de su partido durante una sesión extraordinaria, para que revelara la fuente de las donaciones secretas o renunciara.
El PDC consideró que el obstinado silencio de Kohl era perjudicial para el partido. "Kohl es una carga para nosotros… Esto no se trata de lealtad personal, sino de lealtad al país y al partido", habría declarado Friedrich Merz, miembro de la CDU.
"Necesitamos romper con el pasado", expresó Wolfgang Schaeuble, el actual presidente del partido. Schaeuble sobrevivió el martes a una moción de censura tras admitir que recibió dinero del traficante de armas Karl-Heinz Schreiber, acusado de pasar fondos a Kohl a través de intermediarios.
La renuncia de Kohl el martes no parece haber apaciguado la ira reinante dentro de su partido y en contra de éste.
El porcentaje de aprobación de la CDU cayó ocho puntos en una semana, según una encuesta realizada por el semanario Die Woche. Sólo 29 por ciento de los encuestados expresaron su respaldo al partido opositor.
Una encuesta televisiva realizada el día después de la renuncia de Kohl reveló que 56 por ciento del público está insatisfecho y pretende que la CDU tome más medidas para acabar con la corrupción arraigada y sistémica.
En otra encuesta, 57 por ciento de los entrevistados opinaron que Schaeuble debería renunciar, y sólo 30 por ciento consideraron que tiene derecho a permanecer en su cargo.
El miércoles, un miembro del órgano ejecutivo de la CDU, Christa Thoben, sugirió que Kohl debería seguir el ejemplo del anterior ministro del Interior del partido, Manfred Kanther, y renunciar a su escaño en el parlamento. "No hay ningún escaño indispensable", dijo Thoben.
Kohl mantiene su mandato parlamentario, a diferencia del ex ministro Manfred Kanther, presidente del partido en el estado de Hesse, quien fue obligado a renunciar a su escaño la semana pasada luego que las autoridades de la CDU en Hesse lo acusaran de desviar 3,5 millones de dólares de fondos partidarios a cuentas bancarias en Suiza y Liechtenstein.
Pero Kohl considera que la renuncia a su asiento en el parlamento equivaldría a reconocerse culpable de corrupción.
El ex canciller apenas se muestra en público últimamente, y no asistió a la sesión parlamentaria extraordinaria del martes ni a ningún encuentro partidario.
"Nunca pretendí ser un santo", declaró en una rara aparición ante la Cámara de Comercio de Hamburgo, pero aclaró que nunca estuvo abierto a la corrupción. "Todos los que me conocen saben esto", afirmó.
Sin embargo, varios analistas sostuvieron que la crisis no está superada y que Kohl será obligado a revelar el nombre de los donantes y a renunciar a su escaño.
"La CDU nunca resolverá este tipo de problemas. El partido se sumerge más y más en la crisis, y la imagen de casi todos sus líderes está deteriorada. La confianza se derrite como manteca al sol", dice un editorial publicado en el diario Die Welt, en general favorable a la CDU.
"Kohl era la CDU y la CDU era Kohl", señalaron columnistas de periódico de todo el país. Aunque la mayoría de las autoridades partidarias son protegidas de Kohl, sólo dos miembros del comité ejecutivo del partido votaron contra su destitución y uno se abstuvo. (FIN/IPS/tra-en/ys/sm/mn/mlm/ip/00