ALEMANIA: Población harta de escándalo de corrupción

La población de Alemania está harta de las marchas y contramarchas del escándalo de corrupción que apunta contra el ex canciller (jefe de gobierno) Helmut Kohl.

Hace cuatro semanas, Kohl fue acusado de haber violado la ley al no informar del origen de aportes a su partido, la Unión Cristiano Demócrata (CDU), superiores a los 10.000 dólares.

El domingo, los medios de comunicación anunciaron que Kohl había declarado que estaba dispuesto a revelar los nombres de los donantes secretos.

Pero tanto la oficina de Kohl como la CDU, a la que presidió durante 25 años, negaron haber divulgado esa declaración, cuyos autores aún no se han identificado.

El incidente revela la ira existente entre los dirigentes y las bases de la CDU por las consecuencias que tendrá el escándalo político para el partido que gobernó a Alemania durante 16 años hasta que Kohl fuera derrotado en las elecciones de 1998.

La sede de la CDU en Bonn, cuyos números telefónicos y de fax estaban incluidos en la transmisión que envió la presunta declaración por fax, entabló una querella judicial contra los responsables.

Kohl reconoció que al no haber informado sobre los aportes "quizá haya" violado la ley. Pero para desazón de sus partidarios y opositores, al parecer no estaría arrepentido.

En los discursos que ofreciera en recepciones del capítulo del CDU en Bremen y en la Cámara de Comercio e Industria la semana pasada, Kohl defendió su actitud de no querer revelar los nombres de los donantes.

El escándalo de la financiación ilegal afectó el apoyo popular de la CDU que descendió unos 15 puntos a menos de 30 por ciento.

Durante el gobierno de Kohl, Alemania Oriental y Alemania Occidental se unieron en un solo país, poniendo fin a la división que existía desde la segunda guerra mundial.

"Es hora de prestarle atención al hecho de que la crisis de la CDU se podría extender a una crisis de la democracia partidaria", advirtió el viernes el diario conservador Frankfurter Allgemeine Zeitung.

Aparentemente conscientes de los riesgos involucrados, el partido Socialdemócrata, dirigido por el canciller Gerhard Schroeder, limitó sus críticas a Kohl y la CDU.

La última novedad en la controversia ha sido la denuncia de la cadena de televisión estatal ARD de que el fallecido presidente francés François Mitterrand habría donado unos 15 millones de dólares, canalizados por la entonces empresa pública francesa Elf Aquitaine, al CDU para apoyar la reelección de Kohl en 1994.

En ese entonces, Francia procuraba el apoyo de Alemania para la unión monetaria europea.

El conservador Kohl y el socialista Mitterrand mantenían una excelente relación que, según analistas independientes, ayudó a olvidar antiguos resquemores entre Alemania y Francia.

Sin embargo, el dirigente de la CDU Bernhard Vogel considera improbable que Mitterrand haya llegado tan lejos. "¿Qué sentido tendría que una compañía francesa inyectara fondos a Alemania para asegurar la reelección de Kohl?", preguntó.

El Parlamento accedió a ampliar la investigación sobre el escándalo de financiación para incluir a Elf Aquitaine. "Aún no tenemos ninguna evidencia al respecto, pero debemos investigarlo", dijo Volker Neumann, presidente de la comisión investigadora del Parlamento.

Neumann dijo que la comisión, que ya investigaba si Elf pagó para que el gobierno alemán le vendiera una refinería de la antigua Alemania oriental en 1992, espera la cooperación del gobierno francés para la investigación.

Pero Kohl niega la denuncia de ARD. Una investigación del gobierno francés sobre prácticas ilícitas en Elf no halló hasta el momento un vínculo con la financiación ilegal del CDU, declaró este lunes un portavoz de la fiscalía francesa. (FIN/IPS/tra-en/raj/mn/aq/ip/00

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