Alemania confirmó que cancelará 100 por ciento de la deuda bilateral de una treintena de los países más pobres del mundo, equivalente a 5.000 millones de dólares.
La iniciativa comenzará a concretarse este año, informó la ministra de Desarrollo Heidemarie Wieczorek Zeul. "Planeamos cancelar deudas por un valor de 9.000 millones de marcos (5.000 millones de dólares)", explicó.
La cifra incluye préstamos comerciales que aún no fueron pagados. Además, Alemania apoyará la iniciativa de cancelación de la Unión Europea y contribuirá con 306 millones de dólares, dijo Wieczorek Zeul.
Alemania es acreedora de 6.100 millones de dólares de préstamos otorgados a países pobres, lo cual la ubica en tercer lugar detrás de Japón, con 10.500 millones de dólares, y de Francia, con 11.700 millones.
Aunque no precisó cuales países se beneficiarán con la cancelación de la deuda, un funcionario del Ministerio de Desarrollo dijo que los mismos están incluidos en la iniciativa de los Países Pobres Fuertemente Endeudados (PPFE).
La PPFE es un vehículo internacional para la reprogramación y cancelación de la deuda externa, gestionada por el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial.
Los 41 países que califican para beneficiarse con la iniciativa deben comprobar su capacidad para cumplir con rigurosas condiciones económicas antes de que se les cancele la deuda.
Esos países deben aplicar una estrategia de reducción de la pobreza integral y participativa, señaló Wieczorek Zeul.
"Queremos asegurarnos de que grandes sectores de la población en los países en desarrollo realmente se beneficien de la cancelación de la deuda mediante mejores oportunidades de educación, atención médica y planificación médica adecuada", agregó.
La idea del perdón de la deuda es darle a los países fuertemente endeudados "espacio para maniobra en el ámbito financiero" para que millones de niños y niñas de todo el mundo puedan tener un futuro, indicó.
La confirmación de la cancelación de la deuda de los países más pobres por parte de Alemania tiene lugar tres meses después de que el presidente estadounidense Bill Clinton prometió lo mismo en las reuniones del Banco Mundial y el FMI celebradas en Washington en septiembre.
Con anterioridad, Canadá había prometido cancelar la deuda de los países más pobres. Gran Bretaña siguió el ejemplo el mes pasado.
La organización no gubernamental Jubileo 2000, que aboga por la cancelación de la deuda externa de los países más pobres para este año, elogió el "gesto magnánimo" británico, pero advirtió que "aún no queda claro" si la actitud salvará las vidas de niños y niñas.
La organización calcula que 19.000 niños y niñas mueren diariamente por el peso que implica la deuda, según el último informe anual del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef).
A medida que el mundo en desarrollo se liberaba del poder colonial, los países nuevos se hallaban a sí mismos a merced de la deuda con ofertas de grandes préstamos a muy bajas tasas de interés.
Muchos países de América Latina aceptaron la oferta, y cuando los intereses subieron y los precios de las materias primas bajaron, no pudieron mantener el ritmo de pago.
Los países de Africa, que se independizaron mucho más tarde, tampoco pudieron evitar la trampa de la deuda. Sin control sobre sus propios recursos, necesitaban créditos e inevitablemente aceptaron los préstamos ofrecidos con ansiedad por los gobiernos ricos, el Banco Mundial y el FMI.
Poco después, las condiciones de los préstamos se convirtieron en una carga para la población, que descubrió que no se beneficiaba con los créditos internacionales.
La resistencia inicial tomó la forma de huelgas y manifestaciones cuando la primera suba de precios de los productos básicos respondió a la aplicación de varios programas basados en los modelos de ajuste estructural del FMI y el Banco Mundial.
Mientras la deuda y los ajustes continuaban, surgió una respuesta más coordinada de parte del pueblo.
Esa oposición llevó a gobernantes del mundo en desarrollo a proponer diversas alternativas a los Programas de Ajuste Estructural del FMI. Por ejemplo, la Comisión Económica de las Naciones Unidas para Africa propuso en 1989 el Marco Alternativo Africano a los Programas de Ajuste Estructural (AAF-SAP).
Luego adoptada por la Organización de Unidad Africana y con el apoyo de la Asamblea General de la ONU, la cancelación de la deuda era un elemento clave del AAF-SAP. Pero el plan fue ignorado por el Banco Mundial, el FMI y las potencias occidentales.
Un funcionario del Ministerio de Desarrollo negó que Alemania vacile en concretar la cancelación de la deuda.
El plan fue acordado en primer lugar en la cumbre celebrada en Colonia por el Grupo de los Siete países más ricos (Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña, Italia y Japón).
En una clara diferencia con el anterior gobierno conservador neoliberal, el actual gobierno de coalición entre socialdemócratas y el Partido Verde, en el poder desde octubre de 1998, ha liderado la iniciativa de cancelación de la deuda.
No obstante, debido a los complicados mecanismos involucrados, la mayoría de los 41 países que califican en principio para la PPFE deberán esperar antes de beneficiarse con la cancelación de la deuda.
Hasta el momento, sólo Bolivia, Burkina Faso, Costa de Marfil, Guyana, Malí, Mozambique y Uganda fueron beneficiados por la PPFE, por un total de 3.400 millones de dólares de reducción de la deuda. (FIN/IPS/tra-en/raj/mn/aq/dv/00