La justicia de Alemania inició una investigación sobre el ex canciller Helmut Kohl, quien admitió haber recibido más de un millón de dólares en contribuciones ilícitas para su partido durante su gobierno (1982-1998).
Se trata de la primera vez en la historia de Alemania que un ex canciller (jefe de gobierno) es investigado por el manejo de donaciones ilegales.
Las leyes alemanas establecen que los partidos deben publicar la identidad de todos los individuos o empresas que realicen donaciones superiores a 10.000 dólares.
En una entrevista televisiva, Kohl dijo que el dinero fue utilizado para apoyar a su Unión Democrática Cristiana (UDC) en la antigua República Democrática Alemana, pero se rehusó a revelar el origen de los fondos, arguyendo que así lo había prometido a los donantes.
Su silencio generó especulaciones sobre posibles favores políticos a cambio de las donaciones, pero Kohl, considerado "el canciller de la unificación" por haber integrado Alemania oriental con Alemania occidental, negó enfáticamente haber violado las normas financieras partidarias.
Los fiscales examinarán en primer lugar si Kohl puede ser acusado de abuso de confianza, reveló Bernd Koenig, portavoz del Ministerio de Justicia, en Bonn.
La investigación se abrió el lunes, luego que venciera el plazo el viernes para que el parlamento federal (Bundestag) tomara alguna medida para bloquearla, explicó Koenig.
Kohl, quien fue sustituido en 1998 por Gerhard Schroeder, a la cabeza de una coalición de socialdemócratas y verdes, sigue siendo miembro del Bundestag, por lo tanto éste tendría que levantar la inmunidad parlamentaria del ex canciller para que pueda ser procesado.
El portavoz de la fiscalía se negó a brindar detalles sobre la investigación o su posible duración. El cargo de abuso de confianza puede ser penado con una multa, hasta cinco años de prisión, o ambas penas.
Varios líderes de la UDC, que perdió buena dosis de popularidad desde que estalló el escándalo, hace casi dos meses, exhortaron a su antiguo líder a revelar el nombre de los donantes.
Los demócratas cristianos también podrían ser multados por hasta 3,7 millones de dólares por violar las normas financieras del partido. Esta podría ser la base para una acusación de abuso de confianza contra Kohl, explicaron expertos legales.
En otros países europeos abundaron los escándalos financieros en la década de 1990, pero nada semejante había ocurrido en Alemania.
Felipe González, ex primer ministro de España, debió adelantar las elecciones un año y fue derrotado por la derecha en 1996 tras una campaña anticorrupción que se concentró en el desvío secreto de fondos hacia el partido Socialista mediante falsas consultorías en el grupo Filesa, de Barcelona.
En Bélgica, hace dos años, Willy Claes, ex secretario general de la alianza militar OTAN y dos ex ministros fueron acusados de aceptar sobornos y derivarlos a las arcas de sus partidos o a sus propias cuentas bancarias.
También se descubrió que políticos belgas aceptaron sobornos superiores a 3,5 millones de dólares de la firma aeroespacial francesa Dassault y la fabricante italiana de helicópteros Agusta, a cambio de contratos de venta a las Fuerzas Armadas.
Luego, el pasado noviembre, el ministro francés de Finanzas Dominique Strauss-Kahn debió renunciar tras una investigación sobre pagos recibidos de un fondo de seguro estudiantil de salud poco antes de la victoria de su partido, en las elecciones parlamentarias de 1997.
Medios de prensa alemanes advirtieron que el inicio de una investigación penal contra el ex canciller Kohl perjudicará a su partido y a todo el país, mientras los demócratas cristianos procuran distanciarse de su antiguo líder.
"Además de una posible pérdida económica, Kohl causó daños políticos", afirmó el diario financiero Handelsblatt. "Esto tiene un gran impacto no sólo sobre los demócratas cristianos, sino también sobre Alemania, tanto a nivel nacional como internacional", agregó.
Sin embargo, varios periódicos señalaron que el comienzo de una investigación penal -la tercera en la larga carrera política de Kohl- no significa la inminencia de un fallo condenatorio.
"La investigación aún está muy lejos de una acusación oficial. Y una acusación no significa una sentencia de condena", señaló el tabloide Bild, bajo el título "La hora más oscura de Kohl". (FIN/IPS/tra-en/raj/mn/mlm/ip/99