Millones de venezolanos convocados al referendo constitucional que se realizará este miércoles pondrán su voto en máquinas capaces de leerlo en segundos, y el proceso estará bajo la lupa de observadores internacionales.
La Organización de Estados Americanos (OEA), que actuó como observadora en numerosas votaciones realizadas en Venezuela en los últimos años, confirmó que su delegación de 13 observadores incluirá a cinco ingenieros y dedicará especial atención al funcionamiento de esas máquinas.
El referendo sobre el proyecto de nueva Constitución ha estado precedido por una intensa polémica acerca de la confiabilidad de la automatización del escrutinio, ya que se detectaron algunos errores en la anterior aplicación del sistema.
La utilización de las máquinas, fabricadas por la firma Election System & Software, permite al Consejo Nacional Electoral (CNE) emitir con rapidez informes oficiales sobre los resultados, y se supone que evita la posibilidad de fraude al eliminar el procesamiento manual de los votos.
Sin embargo, denuncias sobre incoherencias en los resultados de algunas de las mesas de votación automatizadas que funcionaron el 25 de julio, cuando fueron elegidos los integrantes de la Asamblea Constituyente, fueron objeto de una investigación parlamentaria.
Controles manuales de los resultados de aquella votación pusieron en evidencia fallas de lectura en un pequeño porcentaje de las máquinas. A partir de esa comprobación hubo diversos llamados a volver al sistema manual de votación y escrutinio, y una fuerte presión sobre los organizadores de los comicios.
Según algunos análisis técnicos, problemas en el marcado de las boletas y suciedad en los lectores de las máquinas pudieron haber contribuido a producir algunas distorsiones.
La empresa española Indra, responsable de la automatización del proceso, ha estado en el centro de esa polémica y dedicó los últimos días a realizar una intensa campaña para demostrar su inocencia y ofrecer garantías sobre la pulcritud del referendo.
"El pueblo de Venezuela puede tener la seguridad de que el voto no será manipulado por nadie", comentó el representante local de Indra, Juan Navarro. La empresa ha destacado que no tiene ninguna vinculación política en Venezuela.
Están habilitados para votar por "Sí" o "No" al proyecto de la Constituyente, de 131 integrantes, unos 10,9 millones de ciudadanos, en una población total de unos 23 millones. Un triunfo del "Sí" dejaría sin efecto la Constitución vigente desde 1961.
Los electores acudirán a 10.435 mesas en 8.286 centros de votación, cuya seguridad será garantizada por unos 70.000 efectivos de las fuerzas armadas. Más de 90 por ciento de los votantes emplearán el sistema automatizado.
Los cuestionamientos al funcionamiento de las máquinas han obligado al CNE a ser especialmente cuidadoso en los detalles técnicos relacionados con el referendo.
Millares de máquinas fueron sometidas a revisiones y reparaciones, y el CNE aumentó las exigencias para la impresión de las boletas.
El CNE anunció que 48 horas después del referendo realizará una auditoría para evaluar el proceso de automatización.
Intervendrán como observadores de la votación, además de los delegados de la OEA, representantes de instituciones políticas y organismos electorales de otros países de la región, al igual que organizaciones de la sociedad civil venezolana.
Las encuestas sobre intención de voto indicaron que una amplia mayoría de los consultados (entre 65 y 75 por ciento) apoyarían el "Sí", cuyo abanderado es el presidente Hugo Chávez. Según los sondeos, la abstención podría ser 45 por ciento. (FIN/IPS/lc/mp/ip/99