VENEZUELA: La nueva Constitución nace en medio de la tragedia

Venezuela estrena esta semana su Constitución, pero el nacimiento de una nueva República Bolivariana pasa casi desapercibido en un país estremecido por las lluvias que constituyen la peor catástrofe del siglo.

La Asamblea Constituyente anunció que a partir de este miércoles pondría en efecto medidas del régimen transitorio, necesario para que el Estado se adapte a la nueva carta fundamental, aprobada en un referendo el día 15.

Esta semana los constituyentes también proclamaron la Constitución, ordenaron su publicación en la Gaceta Oficial y además asumieron atribuciones legislativas para aprobar el presupuesto del año 2000.

Pero las actividades de la Asamblea, que acapararon la atención de los venezolanos en las semanas previas al referendo, pasaron casi desapercibidas para una población impactada por la catástrofe natural.

Miles de muertos, unos 150.000 damnificados y casi 400.000 personas afectadas, además de destrozos multimillonarios, son el saldo provisional de una catástrofe cuyas verdaderas dimensiones aumentan día a día.

Las lluvias atípicas para esta época del año atribuidas al fenómeno climatológico de "La Niña", adquirieron mayor intensidad al amanecer del miércoles 15, cuando 10,9 millones de venezolanos habían sido convocados a votar.

La Constitución fue aprobada con 71 por ciento de los votos, pero el presidente Hugo Chávez, principal promotor del proceso constituyente, suspendió los festejos populares debido a que las lluvias provocaban los primeros daminificados.

La persistencia en las precipitaciones desencadenó la catástrofe la madrugada del jueves 16. El impacto de las avalanchas de agua, lodo y piedras en Caracas y el litoral vecino del estado de Vargas desplazaron por completo el debate sobre los resultados del referendo.

La ANC participó de la emergencia generada por las lluvias canalizando algunas instrucciones para enfrentar la tragedia.

Desde este martes, otorgó al Poder Ejecutivo atribuciones para adoptar medidas extraordinarias con el fin de enfrentar la catástrofe.

La Asamblea consideró la posibilidad de un decreto de economía de guerra que permitiera al gobierno recurrir a recursos extraordinarios, incluso privados. Y también amplió el margen de acción del ejecutivo frente a las negociaciones relacionadas con la deuda externa.

Más allá de la tragedia, la Asamblea está forzada a definir estructuras de transición que permitan evitar vacíos de poder judiciales y legislativos más allá del 30 de enero, cuando vence el mandato de los constituyentes.

Y tendrá que determinar las condiciones para efectuar las "megaelecciones" previstas para fines de febrero, cuando los venezolanos deben elegir presidente, parlamentarios, gobernadores y alcaldes de acuerdo a lo dispuesto por la nueva carta fundamental.

En los breves espacios que los medios dedican a la actualidad política desde que comenzó la tragedia, algunos analistas han comentado que un aplazamiento de esos comicios es prácticamente inevitable.

Chávez, quien asumió el poder en febrero y espera competir ahora por una nueva elección bajo la Constitución debutante, está a la cabeza de la operación de rescate, y es poco probable que pueda dejar su puesto para hacer campaña.

La Constitución, que reemplaza a otra de 1961, anuncia en la primera línea del artículo 1 que este país se llama ahora República Bolivariana de Venezuela.

El mandatario ha planteado que la Constitución debe servir como herramienta para "refundar" la democracia venezolana, y tras el triunfo en el referendo proclamó la llegada de "un nuevo tiempo". (FIN/IPS/lc/dg/ip/99

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