Los 10,9 millones de electores convocados al referendo constitucional de este miércoles en Venezuela definirán un resultado que tendrá gran impacto sobre el futuro político de este país.
El día siguiente a ese proceso comicial los venezolanos ya tendrán claro si el futuro será regido por una nueva Constitución o si se mantiene vigente la actual, que data de 1961.
Cualquiera de esos dos resultados tendrá consecuencias importantes para los habitantes de este país rico en petróleo y recursos naturales, pero asediado por una crisis social que mantiene a 80 por ciento de la población en situación de pobreza.
Todas las encuestas realizadas en los últimos días atribuyen una preferencia entre 65 y 76 por ciento a favor de la nueva Constitución, redactada por una Asamblea Constituyente de 131 miembros, considerada clave para el proceso de cambios impulsado por el presidente Hugo Chávez.
El mandatario ha asumido personalmente la campaña en favor del "Sí", advirtiendo a sus seguidores que se trta de "la batalla más importante".
Chávez, un teniente coronel retirado que en febrero de 1992 encabezó un fallido golpe de Estado, fue elegido presidente en diciembre del año pasado, y desde entonces ha acumulado una marca de victorias electorales.
En abril logró que los electores aprobaran en forma aplastante la convocatoria a una Asamblea Constituyente, donde sus partidarios conquistaron una amplia mayoría tras un contundente triunfo en las elecciones del 25 de julio.
El mandatario ha dicho a sus seguidores que la aprobación de la nueva Constitución es vital para impulsar el proyecto de cambios requerido por Venezuela, y ha asegurado que la alternativa del "No" representa el caos para el futuro.
Chávez descartó la posibilidad de aceptar la Constitución de 1961 cuando asumió el poder en febrero de este año y la calificó de "moribunda". En los últimos días reiteró que es "un cadáver", descartando un triunfo del "Sí" en el referendo.
El triunfo del "No" significaría que sigue vigente la Constitución rechazada por Chávez, y por lo tanto genera incógnitas sobre el resultado de su proyecto político si se viera derrotado.
Los partidarios de un rechazo a la nueva Constitución tuvieron un inesperado protagonismo hace dos semanas, pero las encuestas sugieren que no fue suficiente para contrarrestar el favoritismo del "Sí".
De confirmarse los resultados de las encuestas, la nueva Constitución sería la número 26 desde 1811, cuando la primera carta fundamental se escribió en medio del fragor de las luchas por la independencia de España.
El triunfo del "Sí" determinaría la vigencia inmediata de la nueva "ley de leyes" venezolana, según ha dicho Chávez.
La Asamblea Constituyente, que fue elegida para un período de seis meses hasta el 3 de febrero del 2000, asumiría la tarea de evitar vacíos de poder durante este período de transición, incluso en el campo legislativo.
El Congreso actual, que está en receso de fin de año, quedaría desactivado, y eventualmente sería reemplazado por una comisión nombrada por la Asamblea Constituyente, e integrada por miembros de esa Asamblea y de la sociedad civil.
La Asamblea ya dictó algunas "disposiciones transitorias" para poner en práctica la nueva Constitución, pero tiene pendientes los "actos constituyentes" que deberán abordar los mecanismos para generar una nueva institucionalidad.
La aprobación de la nueva Constitución plantearía la necesidad de elegir nuevamente al presidente, cuyo período aumentaría de cinco a seis años con la novedad de la reelección inmediata. Chávez dijo que ya se prepara para participar en esa contienda.
Además, sería necesario elegir gobernadores regionales y a los integrantes del nuevo parlamento, que dejaría de ser un Congreso bicameral para transformarse en una asamblea unicameral.
Los comicios se llevarían a cabo en a fines de febrero o en marzo del 2000, según ha trascendido. (FIN/IPS/lc/ag/ip/99
