Timor Oriental, el primer nuevo estado del siglo XXI, necesita con urgencia financiación bilateral y multilateral para asegurar su supervivencia como país independiente.
Lenta y dolorosamente, con un sorprendente poder de recuperación, los timorenses comienzan a reconstruir sus vidas con la ayuda internacional.
Sin embargo, los analistas advirtieron que la asistencia internacional no ayudará a Timor Oriental a crecer económicamente si los recursos nacionales y la atención de los responsables de las políticas se limitan al prolongado conflicto con Indonesia.
"El capital privado no entrará en un ambiente como ese. Sería muy fácil para una Indonesia hostil desestabilizar a Timor Oriental con ataques fronterizos o continuar apoyando activamente a las milicias contrarias a la independencia u obstruirle el acceso por aire y por mar", dijo Andrew MacIntyre, profesor de la Universidad de California, en San Diego.
"A Timor Oriental claramente le interesa mantener buenas relaciones con Indonesia", dijo MacIntyre.
"A pesar de la violencia y la tensión pasadas, Timor Oriental necesita con urgencia buscar una forma de coexistencia diplomática y, si es posible, de cooperación. Probablemente la relación bilateral con Indonesia nunca sea cercana, pero podría ser funcional", agregó.
El 30 de agosto, 78,5 por ciento de los timorenses votaron por la independencia en un referéndum supervisado por la ONU. El territorio había sido ocupado por Indonesia en 1975, y anexado al año siguiente.
El anuncio del resultado del referéndum el 4 de septiembre fue seguido por una ola de violencia por parte de las milicias apoyadas por el ejército indonesio, que resultó en la devastación casi total de las ciudades e hizo que la mitad de la población huyera de sus hogares.
Desde entonces, la realidad geopolítica de Timor Oriental recayó en el líder independentista Xanana Gusmao, que muchos consideran será el primer presidente del nuevo estado.
El 30 de noviembre, Gusmao viajó de Dili a Yakarta acompañado por el timorense ganador del premio Nobel de la Paz, José Ramos Horta, y se reunió con el nuevo presidente de Indonesia, Adurrahman Wahid.
Ambos líderes acordaron dejar atrás dos décadas de derramamiento de sangre y comenzar una nueva época de relaciones entre la futura nación y su ex ocupante.
"Comenzamos ahora una nueva relación entre Timor Oriental e Indonesia y nos comprometemos a hacer lo mejor que podamos para crear una buena relación de amistad y cooperación entre los dos países", dijo Gusmao a los periodistas en Yakarta.
"Los dos países pueden mirar al futuro y olvidar el pasado", señaló Wahid.
Wahid agregó que intentará cumplir un pedido de Gusmao para que se reanuden los vuelos entre Dili y Denpasar, en la isla indonesia de Bali.
"Hablaré con las compañías. Si pueden hacerlo, les pediré que abran los vuelos de Bali a Dili una vez por semana", declaró.
Como gesto de buena voluntad, Wahid firmó el viernes los documentos para la liberación de los últimos 18 presos políticos timorenses detenidos por el gobierno indonesio. Llegaron a Dili al día siguiente, transportados por la Cruz Roja.
Sin embargo, la mayor prueba para Wahid y su credibilidad en su país y en el exterior dependerán en gran medida de su capacidad para llevar a la justicia a los generales responsables por la masacre en Timor Oriental.
Indonesia rechazó la idea de un tribunal internacional para crímenes de guerra en Timor Oriental y dijo que puede investigar y juzgar ella misma a los responsables de la violencia en su ex provincia.
La reconstrucción de Timor Oriental costaría, según cálculos del Banco Mundial, entre 260 millones y 300 millones de dólares. La ONU, representantes timorenses, instituciones financieras multilaterales y gobiernos extranjeros se reunirán en Tokio esta semana para discutir esa financiación.
Aunque la Autoridad Transitoria de las Naciones Unidas en Timor Oriental administrará el territorio hasta que se establezca un estado independiente en dos o tres años, aún no se sabe en qué fecha se retirarán las fuerzas del foro mundial.
"Una pregunta básica para los donantes de Timor Oriental, y particularmente para la misión de la ONU, es cuándo deberían partir. De igual importancia es saber quién lo decidirá", observó Peter Timmer, profesor de estudios de desarrollo de la Universidad de California.
"¿Cuando se haya seleccionado a un gobierno representantivo mediante elecciones honestas será hora de que la ONU vuelva a casa? ¿O deberían utilizarse criterios económicos de modo que la agenda de la ONU no se habrá cumplido hasta que, por ejemplo, el ingreso por persona haya llegado a su punto previo más alto?", agregó.
Timor Oriental tenía un ingreso anual por persona de 431 dólares en 1996 y 30 por ciento de las familias vivían por debajo de la línea de pobreza, el doble del promedio en Indonesia.
Xanana Gusmao proyecta una sociedad libre y abierta con una economía basada en la agricultura, el comercio, la minería y el turismo.
"Esa proyección cae bien a los donantes occidentales y recalca la estabilidad política como principal criterio para la partida de la administración provisoria de la ONU, en lugar del regreso a los niveles económicos previos", dijo Timmer.
MacIntyre dijo que debido a eso, es imperativo que Timor Oriental trabaje para construir una amplia y diversa red de apoyo internacional.
"Cuanto más amplia sea la red de apoyo internacional, especialmente entre países ricos, mayor será el acceso de Timor Oriental a la ayuda económica", agregó.
Aunque se prevé que Australia, Estados Unidos, Japón y Portugal harán grandes aportes financieros a Timor Oriental en la reunión de Tokio, MacIntyre dijo que el territorio no debe descuidar a sus vecinos más pequeños como Filipinas y Tailandia.
"Filipinas podría ser un aliado natural para Timor Oriental por ser la otra nación católica de la región y, además, por su fuerte compromiso con la democracia", comentó.
"De manera similar, el compromiso de Tailandia con la democracia podría dar lugar a una solidaridad natural por la difícil situación de Timor Oriental dentro de ASEAN (la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático)", dijo.
"Esto será importante para que Timor Oriental evolucione hacia un estado realmente independiente por su propio derecho en lugar de depender, por ejemplo, de Australia", concluyó MacIntyre. (FIN/IPS/tra-en/si/js/at/aq/ip/99