Casi todos en Washington celebrarán mañana a medianoche, pero John Koskinen estará trabajando en un centro de monitoreo de posibles desastres electrónicos causados por el cambio de fecha en computadoras.
Cuando comience el 1 de enero del año 2000, cierta cantidad de computadoras que usan dos cifras para contar los años interpretarán que comienza el año 00, anterior al 99, y la llamada falla del milenio afectará servicios controlados por esas máquinas.
Koskinen preside desde marzo de 1998 el Consejo sobre Conversión del Año 2000. El y varios funcionarios clave del gobierno se encontrarán dentro de una habitación con paredes de vidrio, en un puesto de comando dotado de alta tecnología para analizar información enviada desde todo el mundo.
El puesto de comando está a pocas cuadras de la Casa Blanca, y su valor se ha estimado en 50 millones de dólares.
Embajadas estadounidenses y grupos internacionales transferirán la información al Departamento de Estado estadounidense, que la procesará y sintetizará para que se ampleada por Koskinen y su plantel de 200 expertos.
El Consejo de Conversión también recibirá datos provenientes de centros de información en sectores clave de transporte aéreo, electricidad, banca, venta minorista, combustible, medicamentos y telecomunicaciones.
En todo el mundo se ha trabajado para evitar la fala del milenio, pero persiste la incertidumbre sobre la gravedad de los efectos que pueden producirse por imprevisiones.
Koskinen declaró que "casi no hay riesgo" de fallas catastróficas causadas por el efecto del cambio de fecha en computadoras, pero está seguro de que habrá problemas.
"Es un desafío nacional, el más significativo desde la Segunda Guerra Mundial, porque afectará a todos al mismo tiempo", expresó.
"No tenemos evidencia que nos haga pensar que habrá fallas en escala nacional. Las redes de suministro de energía funcionarán, y los sistemas de comunicaciones no se bloquearán. Pero esto no exceptúa problemas locales. Nadie puede dar garantías, porque el problema es muy complicado", añadió.
El Centro Internacional de Cooperación Y2K de las Naciones Unidas, en Nueva York, mantiene desde el miércoles una página en Internet llamada Vigilancia del Estado Global (GSW, por sus iniciales en inglés), para recoger datos de gobiernos nacionales y mantener informado al público de lo que ocurre en el mundo.
La denominación Y2K, que se ha popularizado para referirse a la falla del milenio, significa "año 2000", empleando la inicial de la palabra inglesa "year" (año), y la K (por "kilo") como sinónimo de "mil".
La página es un mapa del mundo que mostrará a las naciones que aporten información en color verde, amarillo o rojo, según exista tranquilidad, situación de alerta o problemas, indicando la hora en la cual se recibieron los últimos datos de cada gobierno.
La imagen en el mapa de cada país estará vinculada con su página nacional en Internet sobre la falla del milenio, donde se podrán ver datos adicionales.
Información aportada por países que representan 99,5 por ciento del tráfico aéreo mundial indicó un "alto grado de preparación" para el cambio de fecha, según la Autoridad Internacional de Aviación Civil.
Datos recibidos desde los 25 principales aeropuertos del mundo y las 50 mayores aerolíneas, responsables de 84 por ciento del movimiento de aviones y 85 por ciento de la circulación de pasajeros, respectivamente, indicaron que sus sistemas informáticos estaban listos para enfrentar el problema.
En un informe divulgado en septiembre de la comisión especial del Senado estadounidense sobre la falla del milenio se había señalado, sin embargo, que la mitad de los 161 países investigados corrían riesgos entre medianos y graves de sufrir fallas en sus áreas de telecomunicaciones, energía y transporte.
Por lo general se piensa que los países industrializados correrán pocos riesgos, pero en aquel informe se afirmó que cerca de un tercio de ellos podría experimentar problemas de telecomunicaciones, energía y abastecimiento de agua.
El año pasado la firma consultora tecnológica y gerencial Cap Gemini publicó un Indice del Milenio para los mercados de Estados Unidos y Europa occidental, en el cual señaló que podrían correr riesgos serios Alemania, Bélgica, Dinamarca, Finlandia, Francia, Gran Bretaña, Italia, Holanda, Noruega, España y Suecia.
"Es casi imposible elaborar con exactitud un panorama de la situación mundial en relación con el problema de la fala del milenio", apuntó Howard Rubin, presidente del Departamento de Ciencias de la Computación de la Universidad de Nueva York.
"Hechos y cifras sobre la preparación en el mundo son publicados en informes y citados por los medios de comunicación, muchos de ellos no están confirmados o son contradictorios", explicó.
"Es evidente, de todos modos, que ninguna autoridad nacional, institución comercial o sociedad se encuentra aislada e inmune a los efectos potenciales de la falla sobre el flujo mundial de datos y transacciones comerciales", agregó.
Las investigaciones más recientes sobre la preparación de firmas pequeñas y medianas en Francia, por ejemplo, revelaron un progreso demasiado lento para que se pudiera enfrentar con eficacia la falla del milenio.
Un informe oficial francés indicó que entre cinco y siete por ciento de las firmas que emplean entre diez y 199 personas no estarían preparadas.
Según ese informe, 21 por ciento de las compañías que tienen menos de diez empleados y 24 por ciento de los empresarios individuales no planeaban consultar a un técnico antes del 31 de diciembre.
La prevención de la falla del milenio ha sido uno de los mayores proyectos del mundo. Consultores financieros del Grupo Gartner estimaron que el gasto global por el problema del Y2K superó los 600.000 millones de dólares, una cifra mayor que el producto interno bruto de Canadá en 1997.
Los daños causados en 1995 por el horrendo terremoto en Kobe, Japón, se evaluaron en unos 100.000 millones de dólares. La guerra de Vietnam (1962-1975) costó 500.000 millones.
La Segunda Guerra Mundial costó 4,2 billones de dólares, siete veces más que lo gastado para prevenir la falla del milenio.
El primer ministro japonés, Keizo Obuchi, pidió al pueblo de su país en octubre que almacenara víveres y agua como precaución, a pesar de las reiteradas afirmaciones de que Japón estaba listo para el Y2K.
Kathy Hotka, vicepresidenta de la Federación Nacional de Vendedores Minoristas de Estados Unidos, dijo que le preocupaba la posibilidad de que las personas irrumpieran poco antes de fin de año en los comercios para hacer compras de emergencia, como en caso de huracanes o fuertes nevadas.
Hotka también especuló que la gente podría emplear masivamente los teléfonos a medianoche del 31 de diciembre para comprobar si funcionan, causando un monumental bloqueo del sistema.
Sin embargo, son los efectos posteriores los que dan más dolores de cabeza.
Según el Instituto de Ingeniería Eléctrica y Electrónica estadounidense, "los problemas en las computadoras por el Y2K causarán fallas y mal funcionamiento de sistemas durante la próxima década".
"Todo lo que pase tras la medianoche del 31 de diciembre será adjudicado a la falla del milenio. Si un camión vuelca en una autopista, se le echará la culpa al Y2K", apuntó James Witt, director de la Agencia Federal de Administración de Emergencia de Estados Unidos.
"El pánico de la gente podría causar los mayores problemas", añadió. (FIN/IPS/tra-en /gm/ego/mp/sc ip/99)