Expertos asociados con el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) desarrollan una herramienta similar a los estudios de impacto ambiental o social para evaluar los potenciales efectos de un proyecto sobre la propagación del VIH.
Miles de obreros participaron en la construcción del nuevo aeropuerto de Malasia en Sepang, al sur de Kuala Lumpur, pero los planificadores del proyecto olvidaron evaluar el impacto que el flujo de miles de trabajadores solteros en un área limitada tendría sobre su conducta sexual y por ende sobre la propagación del VIH (virus de inmunodeficiencia humana, causante del sida).
Si el impacto se hubiera medido de alguna manera, se habrían podido estimar las consecuencias humanas y sanitarias del proyecto del gigantesco aeropuerto, antes de su puesta en práctica.
Del mismo modo, el "puente de la amistad" que une a Tailandia con Laos facilitó los lazos comerciales pero también es una avenida para la transmisión del VIH.
Pocos planificadores consideran la manera en que un proyecto afectará la propagación del VIH, aunque la pandemia del VIH/sida tiene sus consecuencias humanas y económicas más graves en los países en desarrollo.
En los casos en que el impacto del VIH es considerado, con frecuencia se lo estudia luego de finalizado el proyecto, cuando ya es demasiado tarde.
Esto contrasta con el ahora habitual uso de evaluaciones del impacto ambiental y hasta social de un proyecto antes de su realización por parte de los planificadores gubernamentales y de desarrollo.
"En el caso del VIH/sida no hay vuelta atrás", dijo Nay Htum, director regional de la oficina del PNUD en Asia y el Pacífico y secretario general adjunto de la ONU. "No se puede quitar con un cepillo, ni con un equipo de control de la contaminación ni se puede limpiar", agregó.
"El VIH/sida es para siempre. Afecta la vida de la persona y sus allegados. Incluso con el tipo de impacto que tiene no sólo sobre la salud humana sino sobre la vida y la esperanza de vida de una persona, no tenemos ningún requisito para intentar identificar las posibles consecuencias de un proyecto", lamentó.
Es por eso que un equipo multidisciplinario de 15 investigadores de cuatro universidades asiáticas están desarrollando una herramienta de Evaluación del Impacto del VIH para buscar la manera de medir el efecto de los movimientos de población y de ambientes que lleven a comportamientos de alto riesgo sobre la propagación del VIH/sida.
El proyecto, anunciado durante el congreso sobre VIH/sida realizado en octubre en la región de Asia y el Pacífico, implica la colaboración entre la oficina regional del PNUD y las universidades asiáticas para asegurar que el modelo sea aplicable en toda la región, donde se registraron 18 por ciento de las infecciones de VIH.
Los participantes son el Grupo de Investigación y Acción sobre Sida (AARG) de la Universidad de Ciencias de Malasia, la Universidad Mahidol de Tailandia, el Instituto Internacional para Ciencias de la Población de India y la Universidad del Pacífico Sur en Fiji.
Los funcionarios del PNUD señalaron que hay ejemplos en todo el mundo de proyectos que trajeron muchos beneficios a las comunidades y facilitaron el acceso a otras partes del país o la región, pero también facilitaron el movimiento de personas y ayudaron a propagar el sida.
"Siempre que hay movimientos de población, aumenta el potencial de transmisión del VIH", dijo P Sundramoorthy de la Universidad de Ciencias de Malasia, investigador principal del proyecto Evaluación del Impacto del Sida.
Sundramoorthy dijo que esto se aplica incluso a los proyectos más simples, como la construcción de una carretera hacia una aldea rural aislada.
Algunos proyectos tuvieron efectos devastadores en Africa luego de la propagación más rápida del VIH. Los agricultores no pueden producir alimentos para sus comunidades, no hay maestros para educar a las generaciones futuras y directores de empresas enferman y no son reemplazados.
"Si pudiéramos calcular el impacto antes (de poner en marcha el proyecto), se podrían tomar medidas para disminuir los efectos negativos", declaró Angeline Ackermans, funcionaria del programa del PNUD en Kuala Lumpur.
Ackermans citó el caso de un proyecto de desarrollo rural en Ghana, que implicaba el traslado de estudiantes de la capital a la zona rural. "Al término del programa, resultó que el intercambio había ido más allá del conocimiento", explicó.
Los investigadores esperan tener un conjunto de herramientas claras y eficientes al terminar la Evaluación, para que los políticos, las organizaciones no gubernamentales, las de desarrollo, y los donantes puedan usarlas al estudiar un proyecto.
"Queremos estar seguros de que el modelo es fácil de usar pero de base científica, en el sentido de que sea adecuado para medir los costos cuantificables y los no cuantificables del VIH/sida", explicó Sundramoorthy.
Los cuantificables incluyen los costos médicos y económicos de la pandemia, y los no cuantificables incluyen el daño social, cultural y económico que sufren las comunidades.
El modelo de evaluación que se está desarrollando "cubrirá todo proyecto que implique movimiento de población", puntualizó Choo Keng Kun, de AARG.
El modelo servirá para analizar grupos específicos de personas como los trabajadores y residentes de una nueva comunidad, aquéllos que se quedan en su lugar, los desplazados, quienes están en tránsito, y otras comunidades externas que entran en contacto con los desplazados y los que están de paso.
Luego, el modelo analizaría sus características culturales y socioeconómicas para determinar las conductas de riesgo respecto del sida. "Tratamos de encontrar todo tipo de indicadores", agregó Choo.
Los indicadores de conducta de riesgo incluirían, por ejemplo, el consumo de drogas de una comunidad, y su comportamiento respecto de la prostitución.
Los investigadores analizarían también la tasa de contagio de enfermedades de transmisión sexual en las comunidades afectadas, la frecuencia promedio de cambio de parejas, y el grado de control social, por ejemplo, a través de la religión.
"Tratamos de anticiparnos al impacto, para que los gobiernos y otros responsables de desarrollar proyectos también se hagan cargo de los costos", explicó Choo.
Estadísticas sobre desempleo entre los jóvenes y las mujeres solteras, sobre venta de servicios sexuales, de alcohol, pornografía, y drogas, ubicación de la zona donde se expenden y modos de acceso, pobreza relativa y prevalencia de portadores de VIH en el área, son datos esenciales para construir el modelo.
El objetivo final de la Evaluación, que podría no ser el instrumento "perfecto", es obtener información económica que aliente a las personas y los gobiernos a tomar medidas contra la pandemia, explicó Nay Htun, del PNUD.
"Hay quienes dicen que ponerle un precio a la vida humana es obsceno. Nadie puede asignarle un valor a la vida. Es sagrada", señaló Nay Htun.
"Pero a través de los cálculos, se puede mostrar que, al menos en términos económicos definidos estrechamente, debe ser inaceptable para un país y para el desarrollo económico del mismo" el hecho de que haya gente que muere de sida, concluyó. (FIN/IPS/tra-en/an/js/at-ceb-mlm/he/99