La Unión Europea (UE) tomó en Helsinki "decisiones históricas" para resolver los problemas que enfrentaron durante décadas a Chipre, Grecia y Turquía.
La cumbre del fin de semana resolvió darle algo a cada uno de los tres, e incluyó a Turquía en una lista de países candidatos a ingresar a la UE tras haberla rechazado en Luxemburgo hace sólo dos años.
La UE designó a 13 candidatos en un esquema común que, al menos sobre el papel, colocó a todos en pie de igualdad.
Al mismo tiempo, la UE estipuló que toda disputa será resuelta pacíficamente de acuerdo con la Carta de las Naciones Unidas y, en caso de ser necesario, las diferencias irresueltas se plantearán ante la Corte Internacional de La Haya.
Agregó que el Consejo Europeo deberá examinar las disputas, en relación al ingreso a la UE, e intentará resolverlas a través del tribunal a más tardar a fines del 2004.
El primer ministro turco Bulent Ecevit llegó a Helsinki desde Ankara a mediodía del sábado pasado. Se declaró complacido por la candidatura de su país, a la cual describió como histórico derecho natural.
Pero "no podemos aceptar la presunción de que nuestros problemas con Grecia deban ser ventilados en La Haya, a más tardar en el 2004".
Ecevit tambien protestó por la decisión del Consejo Europeo de no suspender la candidatura de la dividida Chipre, cuyo trámite de ingreso está relativamente avanzado, pese a que siguen sin resolver los problemas entre la parte septentrional ocupada por Turquía y el sur greco-chipriota internacionalmente reconocido.
El primer ministro griego Costas Simitis decidió en una reunión de gabinete realizada la semana pasada reservar el derecho al veto de Atenas sobre la candidatura de Ankara hasta después de las conversaciones en Helsinki.
Simitis y el canciller griego, George Papandreou, recomendaron que a Turquía se le imponga un detallado "mapa de ruta" que le fije condiciones específicas que deba cumplir antes de obtener la admisión a la UE.
Esas condiciones incluyen los problemas de Chipre, aquellos entre Grecia y Turquía en el Egeo, y la actitud turca respecto de las minorías y los derechos humanos.
Las intensas gestiones diplomáticas de Simitis con el presidente de turno de la UE, el finlandés Paavo Liponen, no arrojaron los resultados que Atenas pretendía.
Sin embargo, fueron suficientes para el primer ministro socialista, quien está bajo presión de Estados Unidos y la UE para flexibilizar su actitud respecto del ingreso de Turquía, y pese a que las elecciones nacionales griegas serán en cuatro meses.
Simitis buscó el sábado a Ecevit para estrecharle la mano y presentarle un simbólico ramo de olivo. "Creo que la candidatura de Turquía contribuirá a mejorar la cooperación en la región, y espero que sea el comienzo de una nueva relación entre Turquía y la UE, y entre Turquía y Grecia", declaró.
Respecto de Chipre, el Consejo Europeo insistió que un acuerdo facilitaría el ingreso de la isla a la UE, pero si al final de las negociaciones de acceso no se logró un acuerdo, el consejo decidirá sobre la admisión sin ese requisito previo. Se limitó a declarar que tendrá en cuenta "todos los factores relevantes".
Ecevit declaró el domingo que la cláusula es "absolutamente perjudicial", agregando que "…cualquier cambio (en la política turca) está fuera de cuestión".
En Nueva York, donde se están llevando a cabo tratativas de acercamiento bajo los auspicios del secretario general de la ONU, Kofi Annan, el presidente de la secesionista república turco- chipriota, Rauf Denktash, acusó a la UE de adoptar la decisión equivocada debido "al chantaje griego".
El mandatario greco-chipriota, Glafcos Clerides, elogió la decisión de Helsinki y declaró que "deja completamente en claro que la solución de los problemas será por medios pacíficos, y Turquía deberá demostrar que acepta e implementa los derechos humanos".(FIN/IPS/tra-en/wj/ak/ego/aq/ip/99