PHILLIP FEARNSIDE: La Amazonia brasileña aún aguarda su destino

La situación actual inspira pesimismo respecto del futuro de la Amazonia de Brasil, pero hay esperanzas, porque el destino de esa región depende básicamente de decisiones humanas, según dice Phillip Fearnside, tras 23 años de investigaciones.

"Las decisiones clave para el destino amazónico están aún por adoptarse", a diferencia de otras partes del mundo, ya desertizadas o degradadas de forma irreversible, declaró en entrevista con IPS Fearnside, del Departamento de Ecología del estatal Instituto Nacional de Investigación de la Amazonia, de Brasil.

El sobrecalentamiento de la Tierra, sumado al fenómeno de El Niño y a la acción humana, pueden llevar a la región al desastre ambiental, por eso los gobiernos, la sociedad y la comunidad internacional deben actuar pronto.

La perspectiva del desarrollo sustentable de la Amazonia está vinculada al reconocimiento de los "servicios ambientales" que esos bosques prestan a la humanidad, como la preservación de la biodiversidad y del clima, y que deben ser remunerados, afirmó Fearnside.

IPS: ¿El sobrecalentamiento de la Tierra puede ser devastador para la Amazonia?

FEARNSIDE: Sin duda, sumado a otros cambios. La región puede perder lluvias a causa del calentamiento global, pero también porque al deforestar se corta una fuente de agua para el aire, en la llamada evapotranspiración. Es el agua que sube por las hojas de los árboles.

Si se sustituye el bosque por pastizales para la ganadería, se interrumpe, sobre todo en la época menos húmeda, el pasaje del agua del suelo al aire, y se reducen las lluvias.

Está también El Niño, un fenómeno natural, aunque posiblemente agravado por la acción humana, que representa para la Amazonia una gran variación climática de un año para otro y genera sequías, como la de 1997-1998, que provocó incendios en Roraima (estado del norte de Brasil, en la frontera con Venezuela).

Sumados, esos efectos tienen potencial para provocar un desastre, con incendios que destruyen gran parte de los bosques remanentes.

IPS: Pero el aumento de la temperatura en la superficie del planeta, ¿no aumentará las lluvias?

FEARNSIDE: El calentamiento global tendrá impactos distintos en todo el mundo, incluso se temen algunos problemas que no hay seguridad de que ocurran. Provocará una evaporación mayor, pero no aumento, sino disminución de lluvias en la Amazonia. Cerca de la mitad de las lluvias en la región provienen de los bosques. En los años secos es mayor esa proporción.

Es la época seca, y no el promedio pluviométrico anual, lo que realmente cuenta como impacto sobre el bosque. Si se prolongan los meses críticos, los árboles entran en estrés al agotarse el agua almacenada en el suelo. Si llueve mucho el resto del año, mejora el promedio, pero quedan los daños.

La tala de árboles agrava la situación. La actividad maderera deja árboles y ramas muertas, es decir combustible para las llamas. La deforestación dispersa representa miles de oportunidades para el estallido de incendios, haciendo los bosques amazónicos mucho más vulnerables que hace cien años, por ejemplo.

Además, es importante notar que ya hubo, a lo largo de los últimos 2.000 años, cuatro fenómenos de El Niño mucho más fuertes que el del año pasado, "meganiños" que produjeron la quema generalizada en la Amazonia.

Y desde 1976 aumentó la frecuencia del fenómeno y nadie sabe exactamente por qué. Es posible que esté vinculado al comienzo de la elevación de la temperatura de los mares.

IPS: ¿También las agresiones humanas, como quemas, extracción de madera, ocupación agrícola, tienden a intensificarse?

FEARNSIDE: Aumentan todos los años. Pero no es algo fatal, sin solución. Gran parte de esos problemas depende de decisiones humanas. Son personas que eligen la vía del desarrollo e incluso pueden influir sobre los cambios climáticos, aunque parte ya esté hecho por los gases emitidos a la atmósfera.

IPS: ¿Qué actividad amenaza más el futuro de los bosques?

FEARNSIDE: Van juntas, pero lo que más ha provocado destrucción forestal en la Amazonia es la expansión de los pastizales, en las grandes y medianas haciendas, más para asegurar la propiedad de la tierra contra invasiones y evitar la expropiación para la reforma agraria que para producir carne.

Por eso es importante adoptar políticas que eliminen la posibilidad de ganar especulando con la tierra y de proteger la propiedad con la deforestación. Incentivos fiscales a la ganadería local fueron eliminados en 1991, pero se mantuvieron los viejos proyectos.

Una prueba de que la producción no interesa a los grandes propietarios es Manaos, la capital del estado de Amazonas. De la carne consumida en la ciudad, 75 por ciento viene de otros estados, pese al Distrito Agropecuario local, creado hace casi 20 años con muchos incentivos.

Los grandes predios beneficiados están hoy en su mayoría abandonados, sin pastizales, porque allí no hay amenazas a la propiedad ni madera de gran valor. Manaos es un gran mercado de dos millones de habitantes, a disposición de quienes quieran abastecerla en condiciones privilegiadas, porque no hay competencia sino a grandes distancias.

IPS: ¿La anunciada implantación de un centro de biotecnología en Manaos no ayuda a un desarrollo más sustentable?

FEARNSIDE: La considero una buena idea. Existe un valor considerable en el material genético y farmacéutico de la región y la tendencia es simplemente a llevar las plantas a otras ciudades, donde hay laboratorios y técnicos calificados, como Sao Paulo, o el exterior, para realizar la parte industrial e intelectual del proceso.

Pero es importante hacerlo en Manaos, para que la población y el gobierno locales tengan interés en conservar los bosques, cuya existencia pasa a ser fuente de ingresos y empleo.

No obstante, una sola alternativa sola no lo resuelve todo. Hay que recalcar que los bosques no ofrecen sólo productos para extraer, como los farmacéuticos, sino también servicios ambientales, que deben ser explotados.

Mantener la biodiversidad y el clima, el reciclaje del agua y la prevención del efecto invernadero son servicios que deben constituir la base del desarrollo local, en lugar de la destrucción de los bosques. (SIGUE/2-E

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