La frágil economía de Pakistán podría llegar al colapso en caso de implementarse el veredicto de la Corte Suprema de Justicia que, ciñéndose al Islam, declaró ilegales todas las formas de interés sobre préstamos y créditos.
Los economistas lanzaron el alerta a la vista de la decisión tomada la semana última por la Corte Suprema contra el cobro de intereses, una práctica que consideró en contradicción con la doctrina islámica.
Las leyes relativas al interés de los créditos serán nulas a partir del 30 de junio del 2001, según ordenó la Corte Suprema de Justicia.
Toda cantidad, grande o pequeña, que implique un aumento de la suma principal en un contrato o un crédito, es un "riba", es decir, interés en lengua árabe, y eso está prohibido por el Corán, más allá de que el préstamo se conceda para el consumo o la producción, de acuerdo con el veredicto del máximo órgano judicial.
La Corte Suprema ordenó al gobierno la creación de un comité, en el plazo de un mes, para cambiar el sistema financiero del país. El comité debe ser integrado por teólogos, economistas, banqueros y contadores, recomendó el tribunal.
El fallo de la Corte Suprema estalló como una bomba para el gobierno militar del general Pervez Musharraf, instalado el 12 de octubre, que intenta reflotar la economía, hundida bajo el peso de una importante deuda.
Fateh M. Chaudhry, asesor del Ministerio de Finanzas y ex funcionario del Banco Mundial, señaló a IPS que la Corte Suprema utilizó en el caso una interpretación muy estrecha de los textos islámicos.
"Es necesario pagar algún tipo de interés sobre la suma principal para resolver (el problema de) la inflación, que aumenta" en forma sostenida y desvaloriza el dinero prestado, advirtió Chaudhry.
"Estamos hablando de transformar un sistema con siglos de antigüedad para acabar con el pago de intereses. Es muy difícil hacer esa transición en el marco temporal estipulado", dijo Chaudhry, que duda de las posibilidades del gobierno de implementar la orden de la Corte.
El problema principal será con el exterior. "Nosotros pedimos dinero prestado para pagar nuestras deudas. ¿Cómo podremos cumplir con las obligaciones internacionales?", se preguntó.
La deuda externa de Pakistán asciende a 32.000 millones de dólares, según el Banco del Estado. El país paga 1.500 millones de dólares anuales de intereses, una suma mayor que sus reservas internacionales, situadas en los últimos tres años en 1.200 millones.
"Si no pagamos intereses, ¿quién invertirá en Pakistán?", preguntó el Sarfaraz Qureshi, ex director del Instituto de Economía para el Desarrollo.
El cobro de intereses fue declarado antiislámico por el Tribunal Islámico Federal de la Sharia (ley musulmana) en 1991. El gobierno de entonces, al mando de Nawaz Sharif, apeló ese fallo.
Sharif intentó en febrero retirar su apelación, pero no le fue permitido, y finalmente, la Corte Suprema de Justicia convalidó el dictamen del Tribunal Federal de la Sharia, que tiene el decidido apoyo de grupos fundamentalistas islámicos.
Varios empresarios y economistas manifestaron su sorpresa y disgusto ante la drástica resolución de la Corte Suprema.
El economista Akmal Hussain explicó que los bancos e instituciones financieras del país, que operan según un sistema bancario mundial, se desarrollan en base a los beneficios que obtienen del interés por los créditos otorgados.
"Con un sistema basado en la ausencia de intereses no podremos cumplir con nuestra obligación de pago de la deuda externa, y no sólo estaremos en falta con la comunidad internacional, sino que también nos encaminaremos hacia un aislamiento absoluto", indicó Hussain.
El presidente interino de la Cámara de Industria y Comercio de Lahoré, jeque Asif, declaró que aún es prematuro para hacer comentarios, pero dijo estar seguro de que los intereses no desaparecerán, aunque recibirán seguramente otro nombre.
"El sistema permanecerá igual, porque ¿cómo podría Pakistán hacerse cargo de un sistema bancario puesto ante un callejón sin salida?", destacó Asif. "Si no hay intereses, nadie dará créditos, y eso empeorará la economía", agregó.
Pakistán ya tiene en práctica una versión liberal de las disposición del Corán en materia de uso del dinero que obliga a los agentes financieros a utilizar eufemismos en lugar de la palabra "interés".
La implementación del veredicto de la Corte Suprema implica la participación del parlamento, que debe transformarla en ley.
Pero el Poder Legislativo fue disuelto por el general Musharraf, que suspendió las garantías constitucionales, salvo las que no contradicen sus órdenes, y prohibió a los tribunales de justicia aceptar apelaciones contra los decretos del gobierno. (FIN/IPS/tra-en/rdr/ceb-ff/if cr/99