MANUEL ELKIN PATARROYO: El científico del nuevo mundo (3-E)

IPS: ¿Habrá alguna disciplina científica determinante en el futuro?

PATARROYO: Todo va hacia una mayor conceptualización, hacia la ciencia básica, hacia la física y las matemáticas, pasando, obviamente, por el campo de la química.

IPS: ¿Qué cosas lo sorprenden?

PATARROYO: Yo vivo sorprendiéndome a cada instante. Con los estudios voy descubriéndole paulatinamente las leyes a la naturaleza, su esencia, su sabiduría y la belleza.

IPS: ¿Usted es creyente?

PATARROYO: Sí, soy creyente, pero no piadoso. No de aquellos individuos a quienes la religión se les convierte en un fanatismo y en una limitación.

IPS: Atravesamos el fin de siglo bajo el signo de la globalización económica. ¿La globalización favorece a los países o aumenta la brecha entre los ricos y los pobres?

PATARROYO: Aumenta la brecha enormemente. Establece un abismo entre los países industrializados y los que no se han montado al tren del desarrollo científico y tecnológico. El gran mercado del próximo siglo va a ser el conocimiento, y fundamentalmente el conocimiento científico y tecnológico. Eso predeterminará el poder de las naciones. Así de simple.

Quienes hayan invertido desde temprano en el desarrollo científico tendrán futuro. Los que no, estamos quedados.

IPS: En Colombia, el presupuesto para investigación es muy bajo. En la América Latina sólo está por encima de Haití.

PATARROYO: Es del orden del 0,1 por ciento del producto interno bruto (PIB). Si uno mira eso y lo compara con Japón, que tiene un 3,5 por ciento del PIB, con Estados Unidos, donde es del 2,2 por ciento, o con el común denominador de Europa, que es el 1,3 por ciento, concluye que estamos 13 veces abajo.

Pero no es sólo 13 veces, sino 13 veces multiplicado por 13, por 13, por 13, en función logarítmica.

IPS: Africa es un continente cercano a usted. ¿Qué diferencias y similitudes tiene con América Latina?

PATARROYO: Hay una diferencia enorme. Han querido presentar a América Latina como el Tercer Mundo y eso no es cierto. Puede que América Latina sea el Tercer Mundo, pero entonces Africa tendría que ser el Cuarto o el Quinto.

No digo esto para establecer comparaciones odiosas, sino para que la ayuda vaya fundamentalmente a esas partes. Para que se entienda que hay otros más atrás que nosotros y toda la energía y el apoyo hay que ponérselos a ellos, porque todos tenemos igual derecho a llevar una vida digna.

Hablo del promedio, pues hay excepciones muy notables, por ejemplo Sudáfrica, con un desarrollo espectacular, o Egipto.

IPS: ¿Esa concepción de la solidaridad fue la que condujo a ceder los derechos de la vacuna Spf66 a la Organización Mundial de la Salud, aunque había empresas farmacéuticas que pujaban por obtenerla con ofertas económicamente muy tentadoras?

PATARROYO: Yo tengo muy marcado el concepto de la solidaridad humana. Hay que ser generosos por esencia y si no es por esencia, hasta por negocio es bueno ser generoso. No tiene sentido llenar las arcas a expensas de la desgracia humana. Todo lo que hagamos en el Instituto es para la humanidad. Todo, absolutamente todo, sin el ánimo de ganar dinero.

(Entonces recuerda que fue el 16 de mayo de 1993, a las tres de la tarde, en Ginebra, Suiza, durante la Asamblea Mundial de la Salud, cuando dijo:

"Quiero, en nombre del pueblo de Colombia, anunciar que es decisión de éste, el descubridor de la vacuna de la malaria, Manuel Elkin Patarroyo, y de su grupo de colaboradores del Instituto de Inmunología, donar la patente de la vacuna de la malaria a la humanidad a través de la Organización Mundial de la Salud").

IPS: Como colombiano, y desde su óptica, ¿cómo ve a este país?

PATARROYO: Soy optimista. Atravesamos un momento crucial en el que se conjugan todos los factores negativos. Están sucediendo cosas difíciles, lo que yo llamo "la destorcida". El país había entrado en una borrachera neoliberal y llegó el momento de limpiar la casa, recoger los vasos y sacar a los borrachos.

Como científico tengo que medir todas las variables: el nacotráfico, la guerrilla, la apertura neoliberal, la influencia de otras economías -Brasil, Venezuela, Ecuador, Panamá-, la ruptura del pacto cafetero y la caída de los precios con efecto desestabilizador.

Me molesta enormemente que mucha gente se vaya del país. Yo me quedo aquí. Asumo el compromiso de mi país, lo bueno y lo malo que acontezca.

IPS: Usted tiene nacionalidad española.

PATARROYO: Tengo triple nacionalidad, porque me van conceder la tanzana.

IPS: Se habla hasta de causas genéticas en la violencia colombiana.

PATARROYO: La violencia no es genética, es eminentemente educacional. Ismael Roldán Valencia, médico psiquiatra, amigo mío, tiene una tesis muy importante: la violencia en Colombia es consecuencia de la absoluta arbitrariedad que acontece desde el núcleo familiar.

Eso se expresa a todos los niveles: el padre que llega cuando le da la gana y le pega a la mujer cuando le da la gana, el policía que debe dar ejemplo, pero conduce en contravía, los que están presos hace 20 años por crímenes que no cometieron, los partidos políticos que no reconocen la labor del antecesor.

Los guerrilleros, ante las arbitrariedades de tiempo atrás, decidieron organizarse como un grupo armado campesino para defenderse, y de sus arbitrariedades surgieron los paramilitares, y de la arbitrariedad de una clase dirigente que no dejaba incursionar en los círculos económicos y sociales a una clase media pujante que estaba surgiendo en Medellín y Cali, salieron los narcotraficantes. Es una espiral.

Todo eso va generando paulatinamente un sentimiento de rabia, que desencadena la violencia. La frustración es el preámbulo de la violencia. No nos montemos nunca en el carrusel de la violencia, porque ésta genera más violencia. (FIN/IPS/mig/ff/he/99

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