KAZAJSTAN-RUSIA: Tensión en aumento pese a declaraciones

La existencia de una supuesta conspiración rusa para establecer un estado independiente en el este de Kazajstán fue minimizada por las autoridades de los dos países, que aseguraron que no afectará los lazos bilaterales.

Sin embargo, analistas políticos señalaron que ambos gobiernos tienen una relación cada vez más difícil, en gran medida debido a la gran cantidad de rusos que aún viven en Kazajstán.

La ex república rusa tenía una población predominantemente eslava y de habla rusa. Pero desde su independencia en 1991, ha experimentado la constante emigración de cientos de miles de eslavos.

Los rusos abandonan Kazajstán debido a la falta de oportunidades económicas y de perspectivas educativas para los jóvenes. Mientras, y a pesar de la presencia de algunos eslavos en el gobierno, los rusos se sienten subrepresentados, ya que los kazajos son, de hecho, quienes hacen carrera.

Aunque las tensiones étnicas nunca salieron a la luz de manera abierta, algunos nacionalistas rusos en Moscú acusan al presidente kazajo Nursultan Nazarbayev de discriminación contra los eslavos en su país, que, afirman, se ven obligados a emigrar.

De hecho, las fronteras actuales de Kazajstán no son reales, ya que las regiones norte y este del país son históricamente parte de Rusia, argumentan.

La mayoría de los eslavos kazajos, un tercio de los 17 millones de habitantes del país, viven en el norte, a lo largo de la frontera de 7.000 kilómetros entre Kazajstán y el sur de Rusia.

Nazarbayev, por su parte, se cuidó de no utilizar la carta nacionalista.

De hecho, luego de que 22 personas fueran arrestadas el 22 de noviembre en la ciudad nororiental de Ust-Kamenogorsk por una supuesta conspiración para derrocar al gobierno local, Nazarbayev calificó rápidamente al incidente de "criminal" y le restó trascendencia política.

Además, dijo que los arrestos no afectarían las relaciones con Moscú, aunque 12 de los detenidos son ciudadanos rusos y a pesar de los alegatos del Comité de Seguridad Nacional (KNB) de Kazajstán de que los conspiradores pretendían crear un estado separado y mayoritariamente ruso en el este de la república.

"Hemos superado hasta ahora problemas mucho más graves con Rusia y también resolveremos éste", afirmó Nazarbayev.

El primer ministro ruso, Vladimir Putin, también restó importancia al incidente. De otro modo, las agencias de seguridad rusas habrían sido informadas con antelación por sus pares kazajas, señaló.

Algunos analistas dijeron que la referencia de Nazarbayev a "graves problemas con Rusia" es una prueba de que las relaciones entre los dos países no han sido buenas.

También señalaron que la caída prevista del número de transacciones comerciales entre los dos países, de 3.200 millones de dólares el año pasado a unos 2.500 millones de dólares este año, constituye otra prueba.

Las quejas recíprocas se han vuelto frecuentes. Las autoridades de Kazajstán, por ejemplo, dijeron que Rusia no pagó los 115 millones de dólares anuales por el arrendamiento de la pista de lanzamiento y aterrizaje de naves espaciales de Baikonur.

En los últimos meses, Kazajstán ha prohibido temporalmente en varias oportunidades los lanzamientos rusos, argumentando que los ocasionales choques de los vehículos espaciales son perjudiciales para el ambiente.

Mientras tanto, Rusia se quejó de que su frontera con Kazajstán está demasiado abierta a contrabandistas, en especial narcotraficantes. Esta es la razón citada por Moscú para el despliegue de cosacos, descendientes de una clase de guerreros eslavos, a lo largo de la frontera.

Esta medida evocó en Kazajstán los recuerdos de la colonización cosaca. La llegada de los cosacos a Kazajstán marcó el comienzo del violento movimiento del imperio zarista hacia el este.

Algunos analistas especulan que Nazarbayev podría estar simplemente agitando la amenaza de la "dominación rusa" para justificar su gobierno autocrático. Hay quienes, incluso, afirman que la conspiración rusa en Ust-Kamanogorsk es bastante "sospechosa".

Yury Bunakov, líder de la comunidad rusa en Ust-Kamanogorsk, dijo que hay motivos de recelo en la versión que Astana dio del incidente. "Nadie tocó a estos supuestos conspiradores durante más de dos meses. Cuando quedó claro que la provocación falló, fueron arrestados", observó.

De hecho, Nazarbayev, que obtuvo otro período presidencial de siete años en enero, siempre recalcó la estabilidad que hubo en Kazajstán bajo su gobierno, en comparación con los conflictos étnicos que afectan a algunos de los nuevos estados independientes de Asia Central.

Algunos observadores afirman que Nazarbayev ha cedido, sin embargo, a la tentación de notorios gestos nacionalistas, entre ellos la decisión de trasladar la capital de Alma Ata a Astana.

El traslado se completó en diciembre del año pasado e hizo de un antiguo pueblo de la estepa, situado a unos 1.000 kilómetros al noroeste de Alma Ata, la nueva capital de Kazajstán. El costo del traslado fue de unos 400 millones de dólares, casi equivalente al déficit presupuestario de Kazajstán en 1999.

La contaminación en Alma Ata, que está en un territorio donde suele haber terremotos, y la necesidad de trasladar la capital lejos de la frontera con China figuran entre las razones para la decisión.

Sin embargo, hay quienes insisten en que la verdadera razón es el deseo del gobierno de asegurar la región norte, cuya población es de mayoría eslava. (FIN/IPS/tra-en/sb/ccb/js/at/mj/ip/99

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