Guatemala ocupa el primer lugar en América Central en mortalidad infantil, según el último informe del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF).
El documento de la agencia internacional establece que en promedio mueren en este país antes de los cinco años de edad 52 de cada mil niños nacidos, contra 16 cada mil en Costa Rica, 34 en El Salvador, 44 en Honduras y 48 en Nicaragua.
En América Latina, Bolivia es la nación que presenta el peor índice (85 muertes cada mil nacidos vivos), y en el mundo ese lugar lo ocupa Sierra Leona (316 por mil).
En lo que concierne a Guatemala, este indicador se suma a otros igualmente graves, como que es el país del istmo con mayor proporción de niños con bajo peso al nacer (15 por ciento del total) y mayor mortalidad materna.
A su vez, la esperanza de vida al nacer es de 64 años, contra 78 en los países industrializados.
La tasa de mortalidad en los primeros cinco años de vida, en especial la infantil, está entre los indicadores en salud más utilizados para identificar las condiciones generales de vida de una población.
El conflicto armado interno que vivió el país entre 1960 y 1996, que causó más de 200.000 víctimas, es una de las razones que explican el retraso de Guatemala en este tema.
Según el sociólogo Edelberto Torres-Rivas, 18 por ciento de las víctimas del conflicto armado interno son niños, que en la mayoría de los casos no recibieron la atención necesaria.
"Los niños se incorporaron a la guerra como soldados, hubo niños asesinados, pero lo más grave son los sobrevivientes de esa tragedia, hijos o familiares directos de las víctimas, huérfanos o parientes de desaparecidos", señaló.
Helen Mack, directora de la fundación que lleva el nombre de su hermana Myrna, una antropóloga asesinada por militares en 1990, afirmó que "las atrocidades cometidas durante la guerra aún las están cosechando los niños".
Elizabeth Gibbons, representante de UNICEF para Guatemala, exhortó por su lado a los órganos gubernamentales y a la sociedad civil a conducir políticas adecuadas en relación a la infancia.
Aun si reconoció que con la firma de la paz y la ampliación de los niveles de cobertura en salud y educación se han logrado avances, Gibbons destacó que los esfuerzos en la materia han sido claramente insuficientes.
Subrayó, por ejemplo, que Guatemala presenta una de las tasas más elevadas de analfabetismo en el continente (casi 30 por ciento de la población).
Para Torres Rivas, además de aumentar la cobertura en salud hay que mejorar los servicios en la materia.
Ernesto Velásquez, director del Programa de Apoyo Materno Infantil del Ministerio de Salud Pública, señaló que los mayores problemas en salud de los niños guatemaltecos son la desnutrición, las infecciones respiratorias y la diarrea.
La Encuesta Nacional de Salud Materno Infantil de 1995 indica su vez que 50 por ciento de los niños menores de cinco años adolecerían de desnutrición crónica, lo que lleva a un retraso en el crecimiento en talla. (FIN/IPS/cz/dg/pr/99