Miles de obreros de India empleados en las más de 150 industrias del "corredor dorado", una franja de 400 kilómetros de largo en el estado noroccidental de Gujarat, arriesgan su vida cada día cuando van a trabajar.
Esas industrias no respetan las normas de seguridad, pese a la realización de audiencias públicas especiales para supervisar los procesos productivos peligrosos, que fueron introducidas tras el desastre industrial ocurrido en 1984 en la planta Union Carbide, de Bhopal, en el estado central de Madhya Pradesh.
Pandit Govind, un obrero de la fábrica de productos químicos Hema, no sabía que estaba marcando un punto de inflexión en la historia cuando le asignaron una compensación mensual vitalicia porque la exposición permanente a ciertas sustancias en su lugar de trabajo le produjo una perforación del tabique nasal.
El Panel Médico Especial creado por la Ley de Protección Estatal a los Empleados, de 1948, no suele aceptar denuncias por daños laborales.
Un hombre cubierto de polvo amarillo y con las manos y el rostro decolorado, que trabaja en una fábrica de productos químicos, dijo resignado: "Con cada bocado de comida consumo un poco de veneno".
Las fábricas de productos químicos, tinta, pintura, pesticidas, plástico, pulpa de papel y papel de Gujarat son la única fuente de trabajo para los pobres que viven en las localidades rurales de los alrededores y en Estados cercanos.
En Gujarat se fabrican varios pesticidas declarados peligrosos para la salud humana y el ambiente por la Red de Acción contra los Pesticidas, incluyendo al DDT, la dieldrina y la aldrina.
Las fábricas de insecticidas del "corredor dorado" utilizan tecnología atrasada y maquinaria importada de países donde se prohibió su fabricación. La mayoría ni siquiera se ocupan de cumplir con las medidas mínimas de seguridad.
C.G. Pandya, un ingeniero que realizó un estudio sobre la salud y la seguridad de los trabajadores de esas industrias, advirtió que la mitad de los tanques de depósito de sustancias químicas se encuentran "en muy malas condiciones", y sólo 18 por ciento de las unidades cuentan con sistema de alarma.
"Calculamos que 80 por ciento de los obreros trabajan sin equipo de protección personal", señaló.
Los empleadores responsabilizaron a los trabajadores. N.K. Navadia, de la Asociación de Industrias Ankleshwar, aseguró que las fábricas brindan "todo el equipo de protección previsto por la ley, pero los obreros no se molestan en usarlo, o lo venden para ganar un poco de dinero".
Los trabajadores denunciaron, en cambio, que sus empleadores les dan guantes de baja calidad y botas y máscaras usadas que ya no sirven. "En una de las fábricas en las cuales trabajé, lo único que teníamos para protegernos del polvo y el humo eran nuestras propias toallas de mano", se quejó un obrero.
Sin embargo, pocos trabajadores se animan a protestar porque son muy pobres, no tienen sindicatos, inmigraron desde otros estados y necesitan sus empleos con desesperación.
Ram Kailash Saroj, un trabajador que estaba indignado e hizo declaraciones a la prensa, fue suspendido de inmediato. A Saroj debieron amputarle los dedos de un pie gangrenado, luego de sufrir quemaduras por la alta temperatura del piso de Hema Chemicals, la fábrica donde trabaja.
Los dueños de esa fábrica negaron toda responsabilidad en el asunto.
El gobierno de Gujarat es acusado de no hacerse responsable de la seguridad de los trabajadores, con el interés es convertir a ese Estado en el centro industrial del país, como parte de un proyecto de desarrollo llamado "Visión 2000".
Los médicos del Hospital General Sayaji declararon que aumentó la incidencia de enfermedades respiratorias y dermatológicas e incluso de cáncer entre los obreros, y admitieron que eso puede deberse a las condiciones de trabajo.
Los trabajadores presentan "enfermedades agudas como irritaciones de piel y de ojos, y crónicas como asma, problemas renales, úlceras nasales, perforación de tímpanos, cáncer y esterilidad", detallaron los médicos.
Los trabajadores que sufren problemas de salud a causa de su ocupación tienen derecho a una compensación, pero el proceso es muy largo y frustrante, ya que las víctimas deben probar que existe una relación entre su empleo y su enfermedad, explicó Jagdish Patel, del Grupo de Salud y Seguridad Laboral.
Las denuncias por enfermedades laborales son estudiadas por un Panel Médico Especial en Nueva Delhi. Hasta ahora fue ignorado el pedido de crear un panel médico para Gujarat, el segundo Estado más urbanizado de India.
La ley que proteje la salud y la seguridad de los trabajadores de India no se aplica de manera uniforme en todos los Estados, y tampoco es adecuada para las nuevas tecnologías.
Además, su "implementación depende de inspectores de industrias que, por regla, son corruptos", afirmó Pandya.
Pueden presentarse demandas por accidentes laborales al amparo de otras leyes, como la vinculada con el uso de explosivos, pero hay un sólo inspector para ocuparse de Gujarat y del aun mayor Estado vecino de Rajasthan, al Norte.
La escasez de controles permite que las compañías oculten los accidentes fatales, sobre todo en el caso de trabajadores inmigrantes.
Bhanubhai Parmar, un trabajador industrial, relató que un reactor estalló en una fábrica cercana a su casa y que la explosión dañó sus paredes. "Oímos que habían muerto nueve trabajadores, pero no se informó sobre el accidente".
"Como quienes murieron eran inmigrantes provenientes de Uttar Pradesh (un Estado centroseptentrional), ni siquiera hubo quien se diera cuenta de que no volvieron a sus casas, y mucho menos quien diera batalla para obtener una compensación", comentó.
Sólo en dos casos los empleados lograron que los dueños de las fábricas se hicieran responsables de prevenir accidentes.
Los empleados de Hema Chemicals consiguieron que esa firma dejara de volcar desechos peligrosos en las zonas residenciales de los alrededores, tras una campaña que duró dos años.
Los trabajadores de Ashok Organics descubrieron, a su vez, que un nuevo herbicida químico que estaban fabricando era muy peligroso, e iniciaron una huelga. La firma se vio obligada a suspender la producción de ese herbicida.
Estas dos pequeñas victorias son muy significativas si se considera la situación de los trabajadores del "corredor dorado". (FIN/IPS/tra-en/lm/an/ceb/mp/hd lb/99