La presión del gobierno de Afganistán sobre los secuestradores del avión de Indian Airlines estacionado en el aeropuerto de la ciudad afgana de Kandahar contribuyó a las negociaciones que éstos comenzaron hoy con representantes de India.
El régimen fundamentalista islámico de Afganistán advirtió a que lanzará sus fuerzas al asalto del avión en caso de que los secuestradores, también musulmanes, cumplieran su amenaza de comenzar a matar a los 155 rehenes retenidos desde el viernes.
El ministro de Asuntos Parlamentarios de India, Pramod Mahajan, declaró que el movimiento Talibán, que controla el gobierno de Afganistán, aseguró a Nueva Delhi que no permitirá el asesinato de pasajeros ni tripulantes del vuelo secuestrado.
"Si los secuestradores recurren a actos inhumanos, como el asesinato, atacaremos el avión para salvar algunas vidas", aseguró el canciller afgano Abdul Wakil Muttamwakil.
"Confío en que (los pasajeros y los tripulantes) volverán sanos y salvos", dijo Mahajan después de una reunión del gabinete de India.
El avión, que fue secuestrado en el trayecto de Katmandú a Nueva Delhi, está detenido en Kandahar, después de hacer escala en los aeropuertos de Amritsar, Lahoré y Dubai.
El comando que tomó el avión liberó a 28 cautivos en Dubai, a cambio de alimentos y combustible, pero también dio muerte a un pasajero, Rupin Katyal, de 25 años, que regresaba de un viaje de bodas. La esposa de Katyal, Rachna, continúa a bordo del aparato.
El canciller Muttamwakil realizó su declaración cuando los secuestradores presentaron un ultimátum y amenazaron con matar a otros rehenes si no era puesto en libertad el pakistaní Maulana Masood Azhar, encarcelado en India desde 1994.
India no aceptó aún liberar a Azhar, líder de Harkat-ul-Ansar, un grupo militante islámico que lucha por la separación de India del estado de Jammu y Cachemira.
El gobierno de India, alentado por las garantías otorgadas por el movimiento Talibán, envió al aeropuerto de Kandahar a un equipo de rescate de 52 miembros, que incluye a siete negociadores.
La misión, que está encabezada por Vivek Katju, secretario adjunto del Ministerio de Relaciones Exteriores, inició conversaciones por radio con los secuestradores, después de superar dificultades para lograr la autorización de Pakistán para atravesar su espacio aéreo.
Las autoridades indias reconocieron la colaboración obtenida del gobierno de Afganistán, con el que no mantienen relaciones diplomáticas.
Mullah Mohammed Omar, comandante de las milicias talibanes, exigió a los secuestradores su rendición incondicional o que abandonen Afganistán, informó la Prensa Islámica Afgana.
Los familiares de los pasajeros cautivos en el avión de Indian Airlines exigieron al gobierno de India para que negociara y aceptase la demanda de los secuestradores de poner en libertad a Azhar.
La policía antimotines intervino en Nueva Delhi para dispersar a los familiares de los rehenes que durante dos días permanecieron concentrados frente a las oficinas del primer ministro Atal Bihari Vajpaye.
Pero el gobierno logró el apoyo de los principales partidos de oposición para cualquier acción que decida tomar con el fin de resolver la crisis.
El líder del Partido del Congreso y ex canciller Natwar Singh puntualizó, sin embargo que, aunque se dio libertad de acción al gobierno, "la seguridad y protección de los pasajeros y de la tripulación y los intereses de toda la nación" deben ser prioritarios.
Singh se negó a hacer comentarios acerca de si el gobierno debería aceptar la liberación de Azhar.
Por su parte, el canciller Jaswant Singh informó que Pakistán pidió varias veces a India la libertad de Azhar, que procede de una influyente familia de terratenientes de Karachi.
El grupo pakistaní Harkat-ul-Ansar asesinó en 1995 a cinco turistas occidentales secuestrados en Cachemira cuando el gobierno de India se negó a canjearlos por Azhar.
Singh responzabilizó el domingo a servicios de inteligencia de Pakistán del secuestro del avión de Indian Airlines, pero fue desmentido de modo categórico por su par paquistaní Abdul Sattar.
Sattar acusó a India de "fabricar otro drama para calumniar a Pakistán", y de tener un "plan preconcebido" para la "puesta en escena del secuestro".
Afganistán es una "víctima inocente" del secuestro, aseguró Sattar, quien solicitó que se pidiera la colaboración de la Organización de las Naciones Unidas para resolver la crisis. Pakistán es uno de los tres países que han reconocido el gobierno de Talibán en Afganistán.
El movimiento Talibán está cada vez más aislado debido a una campaña liderada por Estados Unidos, que le exigió la entrega del saudí Osama Bin Laden, a quien Washington acusa de terrorismo internacional y que está refugiado en Afganistán.
El secuestro del aparato de Indian Airlines empeoró las relaciones entre India y Pakistán, cuyas fuerzas se enfrentaron este año en combate en la Línea de Control de Kargil, que separa a los dos países en Cachemira.
India y Pakistán libraron dos guerras por Cachemira, una región de mayoría musulmana que fue dividida entre los dos países cuando éstos nacieron a la vida independiente, en 1947. (FIN/IPS/tra- en/rdr/ceb-ff/ip/99