Los cancilleres de América Central se reunieron hoy durante cuatro horas en El Salvador sin alcanzar una solución al conflicto limítrofe entre Honduras y Nicaragua, que se ha agravado por una guerra de palabras entre ambos países.
El ministro de Relaciones Exteriores de Costa Rica, Roberto Rojas, declaró tras la reunión en el aeropuerto internacional de Comalapa que ve con buenos ojos el inicio del diálogo centroamericano alrededor del problema surgido el martes porque "abre las posibilidades para la solución del conflicto".
El parlamento hondureño aprobó el martes un tratado limítrofe con Colombia que, según Nicaragua, lesiona sus intereses y le quita 130.000 kilómetros cuadrados de territorio marítimo.
El Secretario General del Sistema de Integración Centroamericana (SICA), el nicaragüense Ernesto Leal, declaró que, si bien la reunión terminó sin acuerdos, "hay voluntad de seguir reuniéndonos para buscar una solución a la crisis".
A la cita asistieron también los cancilleres de Honduras, Roberto Flores, de Nicaragua, Eduardo Montealegre, de Guatemala, Eduardo Stein, y de El Salvador, María Brizuela.
Leal aseguró que se prevén futuras reuniones de cancilleres, pero no anticipó fechas. En la reunión fueron planteadas ideas sobre cómo continuar el diálogo entre Nicaragua y Honduras para encontrar una salida al conflicto, pero serán esos países los que deban considerarlas, explicó.
Declaraciones del presidente de Nicaragua, Arnoldo Alemán, y del líder opositor, Daniel Ortega, contribuyeron en Managua a aumentar la tensión entre ambos países mientras se desarrollaba la reunión de cancilleres en El Salvador.
Alemán aseguró que el ejército nicaragüense está alerta ante la necesidad de "defender, en cualquier momento, una pulgada del territorio nacional que intenten avasallar".
Según Alemán, los efectivos del ejército "están listos y está preparada la logística" para eventuales acciones militares, pero se abstuvo de dar detalles "por razones de seguridad".
El mandatario reconoció que ha sostenido conversaciones telefónicas con el presidente hondureño, Carlos Flores, que "han sido bien tensas". "Una cosa es la amistad y ser correligionarios y otra la agresión que hemos recibido de parte de Honduras", dijo.
Mientras, el ex presidente nicaragüense Ortega emitió un comunicado a nombre de su partido, el izquierdista Frente Sandinista de Liberación Nacional, en el cual acusó a Honduras de asestar una "doble puñalada" a Nicaragua y al istmo en general con la ratificación del tratado con Colombia.
Ortega le pidió a Alemán actuar con mayor energía frente a la decisión de Honduras.
El líder sandinista aseguró que el actual gobierno hondureño ignoró un compromiso adquirido con la administración de Violeta Chamorro (1990-1997) por el cual Nicaragua retiró una denuncia ante la Corte Internacional de Justicia de La Haya a cambio de no ratificar ese tratado con Colombia.
"Honduras hoy vuelve con una doble puñalada contra Nicaragua y Centroamérica, como si su complicidad con la política imperialista de los años 80 no fue suficiente", manifestó.
La declaración de Ortega hacía referencia al apoyo que los gobiernos hondureños le dieron a la "contra" nicaragüense, movimiento que, con la asistencia de Estados Unidos, intentó en la década del 80 derrocar al gobierno sandinista.
Ortega manifestó que se debe buscar una salida negociada al conflicto, pero aun así, dijo, Nicaragua debe prepararse para cualquier eventualidad, "porque se debe defender el país en cualquier terreno".
Mientras, el ex canciller hondureño Carlos López aseguró que Nicaragua mantiene un doble juego, pues a veces da por bueno el tratado de 1928, que concede a Colombia soberanía sobre el área que hoy reclama, y en otras ocasiones se basan en la reforma constitucional de 1980 para perjudicar a Honduras.
"Tenemos pruebas históricas fehacientes que comprueban que nuestro límite marítimo con Nicaragua es el paralelo 15 y no el 17, como ellos ahora quieren alegar", dijo López, por lo que, agregó, Honduras no teme recurrir a la Corte Internacional de Justicia, con sede en la Haya.
El problema de Managua radica en que si reconociera que el límite marítimo con Honduras es el paralelo 15, no podría sostener su reclamación del archipiélago de San Andrés, ocupado por Colombia desde 1928, explicó. (FIN/IPS/mso/mj/ip/99