HONDURAS: La deuda con un siglo

Honduras finaliza el siglo XX con más deudas que ganancias y a las demandas insatisfechas se agrega la ausencia de una élite política y económica con un proyecto nacional de desarrollo, según los comentaristas.

"Iniciamos este siglo escindidos por luchas fraticidas encabezadas por caciques sanguinarios, que no miraban más allá de sus narices", dijo a IPS la analista Isolda Arita.

"Ahora somos una nación igualmente dilapidada y repartida a manos llenas entre los herederos políticos e ideológicos de aquellos caudillos que, astutamente, supieron sembrar la semilla de un sistema político bipartidista y autoritario", señaló Arita.

El siglo que termina dibuja un país que ha defendido intereses ajenos en nombre de un sistema político que "nunca fue el nuestro", agregó, en alusión al papel desempeñado por Honduras a favor de su aliado Estados Unidos.

"Podemos afirmar que uno de nuestros grandes pecados como Estado y como nación es no haber contado con una élite política y económica con un proyecto propio, que nos diera algún perfil de autonomía ante la comunidad internacional", sostuvo Arita.

Honduras intenta insertarse en la globalización, suscribe acuerdos comerciales, promueve el uso del correo electrónico y de Internet, mientras en las zonas rurales y urbano marginales, la población no logra superar el analfabetismo.

Faltan vías de comunicación y centros de salud, la maquila emplea los métodos más atrasados de producción y las culturas locales han sido arrolladas por la lógica de mercados injustos, que no reconocen diferencias y formas de vida autóctonas y locales, advirtió la analista.

Por su parte, la socióloga Julieta Castellanos destacó que todo balance de fin de siglo en Honduras debe considerar el fenómeno de la corrupción, el surgimiento de en las últimas tres décadas por caminos dudosos de nuevos ricos que "hoy inciden e incluso deciden las nuevas formas de gobierno".

"Yo creo que este siglo lo terminamos con una deuda para nosotros mismos y el mundo en general, pero siendo justos podemos decir que en las últimas dos décadas hemos tenido avances sustanciales en materia de derechos humanos y algunas formas de democracia", afirmó.

Castellanos destacó la superación de la época de los regímenes militares dictatoriales, el aumento de la conciencia ciudadana sobre la importancia de la defensa de los derechos humanos, y la presencia de nuevos actores, que han ocupado el escenario nacional deslegitimando supuestos valores y "haciéndonos ver que nuestro país tiene muchos colores y rostros".

Seguramente, "pudimos haber llegado más lejos, pero estamos en deuda con este siglo y con el nuevo milenio. No obstante, en este país a medio hacer, aún queda mucho por ver y nuevos mundos por descubrir", agregó.

Los analistas señalaron la necesidad de reorganizar los sistemas de salud y educación, una tarea que debió encararse tras el destructor paso en 1998 del huracán Mitch y cuya postergación impide el desarrollo.

Jorge Sanguinetti, presidente de DevTech System, de Washington, que promovió la semana pasada un debate sobre la educación en Honduras, dijo que el país enfrenta los desafíos de la globalización y la competitividad, pero "sin una identificación abierta y valiente, y sin una discusión honesta".

Honduras difícilmente podrá recuperarse de la catátrofe causada por el Mitch si no aprovecha la coyuntura para introducir mejoras sustantivas en su economía y su educación, advirtió Sanguinetti.

"Esta no es hora de ocultar lo desagradable bajo un lenguaje diplomático y escapista. Está en juego el bienestar de los hombres y las mujeres que habitan hoy en Honduras. La verdadera crisis es la pobreza, que se va acrecentando", indicó.

"No hay voces de alarma sobre la gran crisis de la pobreza, como si la pobreza tuviera que ser una cadena perpetua, como si no existiera el drama silencioso y tranquilo de la misma", afirmó el experto, invitado por la embajada de Estados Unidos a disertar sobre los desafíos económicos y educativos de Honduras de cara al nuevo siglo.

Ocho de cada diez hondureños son pobres y el analfabetismo afecta a 34 por ciento de la población, de acuerdo con estadísticas oficiales. Además, gran parte de los alumnos desertan de la educación primaria en cuanto aprenden a leer y a escribir su nombre. (FIN/IPS/tm/ff/dv/99

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