El camino para que Honduras acceda al alivio de su deuda externa multilateral comenzó a despejarse tras la decisión del Fondo Monetario Internacional (FMI) de incluir al país entre los beneficiarios de la Iniciativa para Países Pobres Fuertemente Endeudados (PPFE).
El 15 de diciembre el directorio del Banco Mundial discutirá la misma cuestión y todo indica que habrá un dictamen favorable a Honduras, declaró el ministro hondureño de Cooperación Internacional, Moisés Starkman.
De prosperar este proceso, iniciado tras los devastadores daños provocados por el huracán Mitch en octubre de 1998, Honduras obtendrá una reducción de su deuda externa multilateral que podría llegar a unos 1.200 millones de dólares, según estimaciones del área de finanzas del gobierno.
El mes pasado la deuda externa total de Honduras era de 3.824 millones de dólares, de los cuales 2.403 millones correspondían a deuda multilateral, 1.308 millones a deuda bilateral y 23 millones a deuda privada, informó la Dirección de Crédito Público del ministerio de Finanzas.
El presidente Carlos Flores declaró que la decisión del FMI y la que se espera del Banco Mundial representan un reconocimiento y un total respaldo a la política del gobierno hondureño en materia financiera.
Honduras deberá cumplir con los compromisos establecidos en una Carta de Intención con el FMI de marzo de 1998, cuyos términos fueron alterados por el desastre provocado por el huracán Mitch, pero "el país puede cumplir en cuanto al control de las variables macroeconómicas", señaló Flores.
Esos compromisos incluyen un vigoroso impulso al proceso de privatización de empresas estatales de telecomunicaciones, energía eléctrica, agua potable, puertos y aeropuertos.
Los expertos del gobierno indicaron que Honduras podrá tener alivios transitorios desde el 2000, pero que los verdaderos beneficios de la iniciativa para los PPFE se verán en los próximos tres años.
Tras el huracán Mitch, Honduras logró un acuerdo para reestructurar y condonar su deuda externa bilateral con los países industrializados, que representa 67 por ciento de sus compromisos.
En la inclusión de Honduras entre los PPFE jugó un papel importante el arzobispo católico de Tegucigalpa, Oscar Andrés Rodríguez, quien hasta hace unos meses fue secretario ejecutivo del Consejo Episcopal Latinoamericano.
Rodríguez impulsó el perdón de la deuda a países severamente endeudados, entre ellos Bolivia, Honduras y Nicaragua.
Flores dijo que la iniciativa del religioso comenzó a dar frutos para Honduras.
"Los beneficios probablemente no se vean en mi administración, sino en las futuras, pero ello beneficia el combate a la pobreza", señaló.
El mandato de Flores concluirá el 27 de enero del 2002, pero el gobernante Partido Liberal y el opositor Partido Nacional ya realizan campañas proselitistas para sus elecciones primarias de noviembre del 2000 y las generales del 2001.
Los acreedores de la deuda multilateral de Honduras son el FMI, el Banco Mundial, el Banco Interamericano de Desarrollo y el Banco Centroamericano de Integración Económica.
El país destina al pago de esa deuda unos 200 millones de dólares anuales, que en el marco de la iniciativa para los PPFE deberían ser reinvertidos en proyectos de educación, salud y cultura, para reducir la vulnerabilidad ecológica y social.
El reto es mayúsculo, ya que 70 por ciento de los seis millones de habitantes del país vive en situaciones de pobreza y extrema pobreza.
También se prevé ejecutar agresivos proyectos para reducir la vulnerabilidad ambiental, mediante reforestación masiva y protección de cuencas y microcuencas. (FIN/IPS/jrd/mp/if dv/99