Cerca de tres millones de los 60 millones de habitantes de Etiopía están infectados por el virus del sida, pero ese alto número de enfermos aumenta la conciencia pública sobre el peligro de la epidemia, que también ha dejado huérfanos a 700.000 niños.
Unos 1.500 funcionarios de salud y representantes de grupos religiosos se reunieron en Adis Abeba para diseñar una estrategia contra el sida (síndrome de inmunodeficiencia adquirida).
La Iglesia Ortodoxa de Etiopía, de posición conservadora en la campaña contra el sida, adoptó ahora un papel activo. Los miembros del clero imparten enseñanzas a la población sobre el peligro de la enfermedad.
Así mismo, hay reuniones en las capitales regionales para inducir a la población a tomar medidas preventivas. Miles de espectadores que asistían a un partido de fútbol en el sur recibieron folletos con recomendaciones para tener relaciones sexuales seguras.
Los musulmanes también participan en la campaña. El papel de los grupos religiosos en la campaña es decisivo, dado su poder e influencia sobre sus seguidores.
Dieciséis millones de víctimas se ha cobrado el sida en el mundo en las últimas dos décadas, y 2,6 millones en 1999, de acuerdo con estadísticas de la Organización de las Naciones Unidas difundidas con motivo del Día Internacional contra el Sida, que se celebra este miércoles.
El primer caso de VIH en Etiopía fue diagnosticado en 1984, según el Ministerio de Salud. Ahora, uno de cada 13 adultos es portador del virus y la proporción crece a uno de cada seis tratándose de los habitantes de Adis Abeba, que en total son 2,4 millones, informó la oficina de Salud de la ciudad.
Unos 100 adultos de la capital contraen el virus cada día, en 99 por ciento de los casos por vía sexual, de acuerdo con la misma fuente.
La conferencia de Adis Abeba se propuso "reorientar las políticas y programas nacionales e internacionales para hacer frente a las consecuencias de la epidemia de VIH y sida, a fin de que no sea un impedimento para el desarrollo humano y social de Etiopía", explicaron los organizadores.
Una de las recomendaciones fue reforzar la capacidad de los institutos de investigación para ampliar los estudios sobre el virus, la epidemia y su impacto social.
Cerca de 53.000 personas murieron de sida en Adis Abeba desde 1986, y la oficina de Salud calcula que morirán otros 554.000, por la misma causa, en los próximos 15 años.
La conferencia solicitó la colaboración de la comunidad internacional y pidió la creación de una oficina de prevención y control de la enfermedad y que se integre a los huérfanos por el sida en la comunidad.
Además, los participantes instaron a las autoridades a diseñar programas efectivos para crear conciencia entre los adolescentes y los jóvenes sobre los riesgos del sida, y a la sociedad, a romper el silencio, para que se organicen discusiones abiertas sobre la enfermedad.
"Hemos mostrado que el sida no es sólo un problema de salud, sino también una cuestión social y de desarrollo", señaló Seyoum Ayehunie, uno de los organizadores de la conferencia.
"Hemos recalcado lo grave que es el problema al dar cifras, y al explicar por qué sigue aumentando a gran velocidad el número de portadores del virus", dijo Ayehunie.
La actual campaña parece haber reducido los prejuicios contra el sida. Portadores del virus se atreven a expresar libremente sus opiniones acerca de modos de control de la epidemia. (FIN/IPS/tra- en/bt/lm/mn/ceb-ff/he/99