ESPAÑA: Constitución, unos piden reformarla y otros que se cumpla

La Constitución de España celebra hoy 21 años de existencia entre planteos de reforma, por un lado, y la exhortación de otros a que se cumpla, en especial en sus aspectos sociales.

En el acto conmemorativo celebrado en Madrid se apreció la ausencia de los representantes del nacionalismo moderado vasco y catalán, partidarios de la reforma, y la presencia del líder de Izquierda Unida (IU), Julio Anguita, que reclama su cumplimiento.

El Partido Nacionalista Vasco (PNV) se abstuvo en el referendo que con 85 por ciento de los votos aprobó la ley fundamental en 1978, y desde entonces sostiene que la acata pero no la apoya.

El PNV acentuó en los últimos meses su definición por la independencia del País Vasco, aunque sin denominarla de esa manera, pero recurriendo a fórmulas como el establecimiento de un nuevo marco jurídico" y "el respeto a la soberanía del pueblo vasco".

Por su parte, la coalición del nacionalismo moderado que gobierna Cataluña, Convergencia y Unión (CiU), plantea la reforma de la Cámara de Senadores para que éste recoja un modelo federal de organización del Estado.

En el acto oficial celebrado este lunes en la capital española llamó poderosamente la atención la ausencia del presidente del gobierno de Cataluña, Jordi Pujol (de CiU), quien se encuentra de viaje por la India.

Anguita, al ser consultado por la prensa sobre una eventual reforma de la Constitución, dijo que solo hay que cumplirla y citó su artículo 40, que establece que los poderes públicos deben promover "una distribución de la renta regional y personal más equitativa".

Anguita sostiene que en este país está pendiente una reforma social, que incluya una distribución más justa de la renta nacional.

También este lunes se divulgó un estudio del estatal Instituto Nacional de Estadística, el cual revela que 15 por ciento de la población española vive por debajo de la línea de pobreza.

Las declaraciones de Anguita no generaron polémica porque el gobierno considera que la paulatina disminución del desempleo y el crecimiento económica apuntan hacia una mayor equidad.

Pero los planteos del nacionalismo vasco motivaron una dura respuesta del presidente del gobierno español, José María Aznar, del centroderechista Partido Popular (PP).

Aznar declaró que no hay alternativa posible a la Constitución y acusó a los dirigentes del PNV de "querer que se acabe con Ermua antes que con ETA", la organización ilegal vasca.

El Foro de Ermua fue creado para protestar contra los atentados de ETA y exigir el cese definitivo de la violencia.

La referencia de Aznar se suma a pronunciamientos anteriores en los que acusó al PNV de ceder ante ETA y sus aliados políticos, al comprometerse a crear un foro para fijar fecha a la independencia del País Vasco.

Esa independencia o la adscripción del País Vasco a una España federal requeriría la modificación de la Constitución, algo poco probable si se tiene en cuenta que se oponen a ello el PP, IU y el Partido Socialista Obrero Español (PSOE).

El artículo 2 de la Constitución establece que "se fundamenta en la indisoluble unidad de la Nación española, patria común e indivisible de todos los españoles".

Aznar agregó que hay dos Europa, por un lado la del euro (moneda única), la estabilidad, la paz y el progreso, y por otro la de Kosovo, la región que motivó la guerra entre Yugoslavia y la Organización del Tratado del Atlántico Norte y que hoy está bajo administración de la Organización de las Naciones Unidas.

"Algunos están más cerca de Kosovo", afirmó Aznar, en alusión a los nacionalistas vascos.

Este lunes, mientras se desarrollaba en el interior del Palacio de las Cortes, sede del Congreso de los Diputados, la celebración oficial del aniversario de la Constitución, en el exterior otros ciudadanos hicieron oír su protesta.

La protesta fue convocada por los damnificados (familiares de fallecidos y enfermos de por vida) por la intoxicación con aceite de colza adulterado, a fines de los años 70, y que todavía no han recibido la indemnización que impuso la justicia al Estado español.

Un gran cartel sintetizó su opinión sobre los políticos reunidos en el interior: "Somos ignorantes, pobres y decentes y no somos políticos, ladrones ni asesinos". (FIN/IPS/td/dm/ip/99)

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