EEUU: Reducción de aportes a la ONU será complicada, según Annan

El secretario general de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), Kofi Annan, dijo que Estados Unidos tendrá dificultades para negociar la reducción de sus aportes al foro mundial.

"Será un gran desafío para la diplomacia estadounidense", dijo Annan a los periodistas el martes, durante su conferencia de prensa de fin de año. Agregó que se tendrían que negociar muchos "temas y condiciones" entre Washington y los otros 187 estados miembro.

"Deberán realizarse muchas consultas y negociaciones. Pero no puedo decir si tendrán éxito", señaló.

El gobierno de Estados Unidos también pidió a la ONU que acepte las rigurosas condiciones que exige el Congreso a cambio de que Washington pague unos 1.300 millones de dólares que debe a la organización.

Washington procura reducir de 25 a 20 por ciento su contribución al presupuesto habitual de la ONU, y de 31 a 25 por ciento sus aportes al presupuesto para operaciones de pacificación.

Veinticinco por ciento es el máximo aporte que se espera que haga un país y 0,001 por ciento el mínimo, cifra pagada por la mayoría de las naciones en desarrollo.

El presupuesto anual habitual de la ONU es de aproximadamente 1.200 millones de dólares, y el de operaciones de pacificación varía según el número de las mismas.

Estados Unidos pretende, además de la reducción de sus contribuciones, que los otros estados aumenten las suyas, una estipulación a la que se oponen la mayoría de los miembros.

El embajador Samuel Insanally de Guyana habló en nombre de los 133 países en desarrollo del Grupo de los 77 y dijo que las contribuciones se basan en la "capacidad de pago", que sigue siendo el criterio para distribuir los gastos de la ONU.

"El Grupo de los 77 y China no pueden aceptar ninguna variación de este principio", declaró.

Agregó que debe modificarse el tope de pago teniendo en cuenta que no debe ser arbitrario para no afectar la relación entre la capacidad de pago de un país y la tasa aplicable al mismo.

"El tope actual de 25 por ciento, el máximo que se puede fijar para un país, se aparta del principio de la capacidad de pago y en consecuencia no vemos cómo podría ser reducido aún más" en el caso de Estados Unidos, afirmó.

Insanally dijo que la crisis financiera crónica de la organización no se relaciona con la metodología de la escala de evaluación sino con la falta de voluntad política de parte de algunos de los estados miembro para pagar sus aportes "en fecha y sin condiciones".

"Cualquier intento unilateral de cambiar la escala aprobada de contribuciones violaría las disposiciones de la Carta de la ONU y en consecuencia sería inaceptable", advirtió.

Luego de un acuerdo alcanzado en el Congreso estadounidense, el principal responsable por lo retención del pago a la ONU por razones políticas, Washington anunció el mes pasado que pagará unos 926 millones de dólares al foro mundial en tres pagos de 100 millones, 582 millones y 244 millones de dólares respectivamente.

Según las condiciones establecidas por el Congreso, Washington pagará los primeros 100 millones de dólares sólo cuando la secretaria de Estado (canciller) Madeleine Albright certifique que la ONU "no tomó ninguna medida" contra la Constitución o las leyes del país y que "no amenaza la soberanía" del mismo.

Además, Albright deberá certificar que la ONU no tiene autoridad externa para pedir dinero o fijar impuestos a los ciudadanos estadounidenses.

El Congreso también quiere garantías de que la ONU no cobrará intereses sobre los pagos atrasados y también respetará los derechos de propiedad.

La condición final es que Albright certifique que la ONU "no tomó medidas para crear un ejército permanente".

Todas las condiciones se cumplieron o se cumplirán a fin de año.

Para recibir el segundo desembolso, de 582 millones de dólares, Albright deberá certificar que Estados Unidos pagará solamente 22 por ciento del presupuesto habitual y 25 por ciento del presupuesto de las operaciones de pacificación.

El tercer pago, de 244 millones de dólares, tiene por lo menos nueve condiciones, que incluyen el acceso de la Oficina de Contabilidad General, un organismo supervisor del Congreso, a los datos financieros de la ONU.

El Congreso exigió cambios en el sistema de personal de la ONU, entre ellos las designaciones basadas en los méritos, un sistema de evaluación del personal, auditorías de la nómina de sueldos y un estudio estadounidense de las pensiones de la ONU.

Otras condiciones fijadas por el Congreso incluyen el aumento nominal cero de los presupuestos de las agencias de la ONU como la Organización Internacional del Trabajo, la Organización Mundial de la Salud y la Organización para la Agricultura y la Alimentación.

El Congreso también pidió la designación de tres inspectores generales para investigar el gasto excesivo y la mala administración en las tres agencias, junto con nuevos procedimientos presupuestarios. (FIN/IPS/tra-en/td/mk/at/aq/ip/99

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