Los colombianos tendrán que afrontar un duro ajuste y más impuestos en los próximos tres años, tras la firma el lunes de un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) que según algunos analistas puede agudizar la recesión.
El acuerdo, firmado en Washington para acceder a un crédito de contingencia de 2.700 millones de dólares, compromete a Colombia a bajar el déficit fiscal (que será 6,3 por ciento del producto interno bruto al cierre de 1999) a 3,6 por ciento en el 2000, 2,5 por ciento en el 2001 y 1,5 por ciento en el 2002, informó el ministro de Hacienda colombiano, Juan Restrepo.
Para cumplir esa meta el Poder Ejecutivo presentará en febrero al Congreso un proyecto de reforma tributaria que aumentará los impuestos y aportaría al Estado nuevos ingresos por valor de unos 1.042 millones de dólares.
El acuerdo con el FMI también prevé bajar la inflación, que llegará a diez por ciento al cierre de 1999, a seis por ciento en el año 2002, e incluye una "cláusula de paz" que contempla la posibilidad de revisar las metas macroeconómicas fijadas.
En opinión de Restrepo, los compromisos de Colombia son similares a los asumidos este año con el FMI por Argentina, Bolivia, Brasil, Ecuador y México, con el ingrediente novedoso de la "cláusula de paz".
"El FMI admitió que Colombia es un país distinto a los que han acudido a tomar sus préstamos recientemente" y tuvo en cuenta los serios problemas de violencia para prever la posibilidad de aumento en el gasto social y "flexibilidad en el manejo fiscal para lo que tiene que ver con inversión", añadió.
Colombia podrá invertir durante los próximos tres años 300 millones de dólares anuales provenientes de créditos externos para proyectos de carácter social en las zonas afectadas por la violencia y para facilitar el proceso de negociación con la guerrilla.
La reducción prevista del gasto público, equivalente a 2,7 por ciento del producto interno bruto, implicará que más de la mitad de los 800.000 trabajadores del sector estatal no reciban aumentos de salario durante el año 2000.
El incremento salarial previsto para 37 por ciento de los empleados públicos será nueve por ciento, un punto porcentual menos que la inflación de 1999, en vez del 15 por ciento que habían solicitado los sindicatos.
Según el gobierno, el objetivo del acuerdo con el FMI es restablecer el crecimiento económico.
Se estima que el producto interno bruto del país habrá decrecido entre 3,5 y cinco por ciento al cierre de este año, lo cual representa el peor desempeño de la economía desde 1930, y se espera lograr un incremento de 3,8 por ciento en el 2001 y de 4,8 (el registrado en 1996) en el 2002.
En opinión de Luis Garzón, presidente de la Central Unitaria de Trabajadores (CUT), la más poderosa del país, el acuerdo con el FMI tendrá "altos costos sociales".
Garzón dijo a IPS que el congelamiento de salarios y el aumento de impuestos traerán deterioro en la calidad de vida de los trabajadores y estimularán la protesta social.
El sindicalista opinó también que "el principal factor que ocasiona el déficit (fiscal)" es el descenso de la recaudación del Estado, que sólo mejoraría si se aumentan las ventas, se desarrolla la producción y se supera la recesión, y comentó que el acuerdo no señala con claridad cómo se resolverá ese problema.
Jorge González, profesor de la estatal Universidad Nacional, señaló a su vez que el acuerdo con el FMI "no considera los problemas estructurales" del país y estimó que "es muy probable que en lugar de reactivar la economía termine agudizando la recesión".
González afirmó los problemas estructurales de la economía colombiana, que terminará 1999 con los resultados más negativos de los últimos 50 años, están relacionados con la pérdida de competitividad y de productividad de la industria y la agricultura.
El experto indicó que esos problemas comenzaron en la segunda mitad de los años 80 y se agudizaron con la apertura económica de los 90 y las medidas inadecuadas en materia de política monetaria.
González piensa que el FMI incurrió en un error de diagnóstico al atribuir el origen de todos los males de la economía al desequilibrio fiscal, y no tuvo en cuenta que la recaudación tributaria mejoraría si se sentaran las bases para superar la crisis del sector productivo. (FIN/IPS/yf-ie/mp/if ip/99