Al menos sesenta muertos, entre guerrilleros, policías y civiles dejó este fin de semana en Colombia la ofensiva de los grupos armados irregulares.
Los ataques de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y los paramilitares de derecha se llevaron a cabo entre el jueves y este lunes en los departamentos de Chocó y Antioquia (noroeste), Magdagena, Bolívar y César (norte), Valle (oeste), Santander (nordeste), y Risaralda y Tolima (centro).
Organismos de seguridad afirmaron que la escalada de las FARC es parte de una estrategia previa a la tregua unilateral que llevará a cabo esta agrupación a partir del próximo lunes.
También la otra organización armada de izquierda, el Ejército de Liberación Nacional (ELN), y las ultraderechistas Autodefensas Unidas de Colombia se aprestarían a decidir una medida de ese tipo.
Los servicios de inteligencia del Ejército informaron que interceptaron una comunicación en que responsables de las FARC daban órdenes de efectuar acciones militares en distintos puntos del país previas a la tregua que decretarán en sus frentes para fin de año.
El caso más grave se registró en la localidad de Juradó, del departamento de Chocó, en la frontera con Panamá, donde los combates que se desarrollaron entre el domingo y este lunes dejaron al menos 36 muertos (34 infantes de marina, un policía y un civil).
El infante de marina Mauricio Perdomo, uno de los sobrevivientes, manifestó que los rebeldes atacaron el puesto de vigilancia con armas no convencionales.
"Nos sacaron (los guerrilleros) de nuestras trincheras con bombas fabricadas con cilindros de gas, granadas, morteros", dijo Perdomo, quien fue conducido hasta un hospital de Bogotá, a la radiemisora Radionet.
En San Luis, en el departamento de Antioquia, las FARC atacaron el domingo un puesto de policía. En los combates murieron siete agentes, tres civiles y un guerrillero.
Alberto Builes, gobernador de Antioquia, dijo que la policia tenía conocimiento de que la localidad sería atacada y no tomó las medidas necesarias.
Builes indicó que los rebeldes destruyeron una antena repetidora de la Empresa de Teléfonos de Antioquia, dejando incomunicados a siete municipios del departamento, lo que no permitió conocer el hecho sino hasta este lunes.
El canal privado de RCN señaló este lunes en su telenoticiero que en el departamento de Cesar un presunto grupo de las AUC atacó el domingo varias localidades rurales con un saldo de al menos veinte campesinos muertos.
Ese mismo día, en un enfrentamiento entre las tropas regulares y el ELN, segundo grupo guerrillero en importancia, murieron dos insurgentes.
Alfredo Rangel, ex asesor de paz del gobierno, dijo a IPS que pese a que los grupos de la guerrilla y los paramilitares estén pensando en adoptar una tregua coyuntural y manifiesten su intención de negociar la paz, los colombianos van a temner que acostumbrarse a que "los ataques van a continuar".
"Ese es el costo de la guerra", agregó.
No obstante, para el vicefiscal Jaime Córdoba y el defensor del pueblo José Castro, ataques como el de Juradó, en el que se utilizaron armas no convencionales, son "una clara violación al Derecho Internacional Humanitario".
Según Córdoba, "el enfrentamiento armado ha llegado a un punto de degradación intolerable e insostenible".
Las FARC fueron acusadas de habet quemado vivos a dos agentes en el curso de un ataque a la estación de policía del municipio de Curillo (Antioquia), el viernes último.
Este lunes las centrales obreras y sectores del empresariado dieron a conocer un documento conjunto en el que pidieron a los grupos armados una tregua de 30 días que permita a los colombianos pasar una Navidad en paz y recibir al nuevo año sin el temor de ser víctimas de los ataques.
Julio Gómez, secretario general de la Confederación General de Trabajadores, hizo el anuncio tras repudiar los atentados de este fin de semana y afirmó que confía en que tanto la guerrilla como los paramilitares entiendan que una tregua es lo que claman todos los colombianos.
El presidente Andrés Pastrana propuso a finales de noviembre a los grupos armados una tregua, que tanto las FARC como el ELN anunciaron que aceptarían con la condición de que el gobierno adoptara medidas para solucionar varios problemas sociales y económicos.
Entre las medidas que pedían los insurgentes figuraban la aprobación de un salario mínimo superior al incremento de la inflación (15 por ciento), control al desempleo (que cerraría este año en los alrededores de 20 por ciento), y solución a problemas sectoriales de transportadores, educadores, trabajadores de la salud y otros.
El gobierno afirmó que no aceptaría condicionamientos para una tregua y los grupos guerrilleros, así como los paramilitares de la AUC, estudian ahora la posibilidad de decretar el cese unilateral del fuego para Navidad y fin de año. (FIN/IPS/yf/dg/ip/99