El diálogo entre el gobierno y las insurgentes Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) ingresará en enero en una nueva fase, con la participación activa de la sociedad civil mediante audiencias públicas.
Estas audiencias serán, en opinión de analistas, uno de los pasos más importantes en el proceso, porque abre un espacio de diálogo con los sectores ciudadanos hasta ahora excluidos del las conversaciones que buscan poner fin a la confrontación.
Las audiencias se desarrollarán en la zona del sudeste colombiano que el gobierno desmilitarizó para facilitar la negociación con las FARC, el grupo rebelde con más integrantes y el más antiguo de América Latina.
La coordinación corresponderá al Comité Temático integrado por representantes de organizaciones políticas, sociales, sindicales, económicas y académicas, una instancia consultiva de las negociaciones que instalaron oficialmente las FARC y el gobierno en octubre.
Según la metodología aprobada el sábado por representantes del gobierno y de las FARC en la mesa de negociación, la ciudadanía podrá participar a través del correo electrónico, el fax y líneas telefónicas gratuitas que se instalarán a tales efectos.
El ministro de Justicia y presidente del Comité Temático, Néstor Martínez, afirmó que en las audiencias se recogerán opiniones estrictamente relacionadas con los 12 puntos que integran la agenda de negociaciones.
Según Martínez, el objetivo de estas audiencias es crear un espacio para que los participantes "puedan persuadir a los negociadores con argumentos sólidos que tengan soporte científico e ideológico".
Después de cada audiencia, el Comité Temático consolidará las propuestas, sin hacerles ninguna valoración, y las presentará a los miembros de la mesa de negociaciones, que las utilizarán para enriquecer la discusión y buscar acuerdos.
Para el director del no gubernamental Centro de Educación y Cultura Popular (Cinep), Fernán González, las audiencias públicas previstas son uno de los signos más alentadores en el proceso de paz.
Las audiencias permitirán "ir abriendo las mentalidades y "creando las condiciones para un auténtico diálogo nacional sobre el país que anhelamos", dijo González a IPS.
El proceso de acercamiento que inició el gobierno con las FARC, que lleva ya cerca de un año, continúa avanzando "así sea lentamente", pese a manifestaciones que condujeron a un clima de escepticisno, agregó.
González consideró que la persistencia de los secuestros de civiles y los asesinatos de soldados a manos de la guerrilla, los ataques de paramilitares a la población y el aumento de los desplazados forzosos son signos desalentadores para el proceso de paz.
Unas 700 personas están retenidas por las FARC y el Ejército de Liberación Nacional (ELN), desde enero se registraron más de 200 masacres (asesinato de mas de cuatro personas en un mismo sitio) de civiles y hay cerca de dos millones de desplazados, según organizaciones de derechos humanos.
No obstante, para González, las expresiones de la sociedad civil, que ha comenzado a reclamar su espacio, es una señal positiva en el proceso.
La máxima expresión de sectores sociales se dio el 24 de octubre, el mismo día en que comenzaban las negociaciones entre el gobierno y las FARC, cuando se movilizaron en 400 municipios y 15 ciudades del exterior cerca de 12 millones de personas para exigir respeto al derecho internacional humanitario.
Para González, esa jornada mostró "cierta tendencia a la superación de la fragmentación y la falta de cohesión" que hasta ahora había caracterizado "los esfuerzos de la llamada sociedad civil".
No obstante, para algunos analistas, la metodología que se aplicará para la participación de los sectores sociales en las audiencias públicas deja la sensación de que no será decisiva para el proceso de negociación.
Según el esquema, se espera que "la sociedad civil se manifieste en torno de una agenda extensa y compleja" en la que estos sectores "se van limitar a hacer propuestas y no a participar en las discusiones", dijo a IPS un experto de la estatal Universidad Nacional que pidió el anonimato.
La misma fuente indicó que, de no mediar cambios, lo que se puede prever son "resultados políticos muy pobres", que llevarían al descontento popular y a que el gobierno intensifique la aplicación de soluciones militares. (FIN/IPS/yf/mj/ip/99