La década de 1990 ha sido la más caliente en el mundo desde el comienzo de las mediciones de las temperaturas con instrumentos en 1860, comunicó hoy la Organización Meteorológica Mundial (OMM).
La verificación de la OMM corroboró los anticipos formulados en los últimos años por científicos internacionales sobre el avance del proceso de calentamiento del planeta debido a la influencia de factores humanos.
Los mismos investigadores y las organizaciones ambientalistas observaron que los efectos del calentamiento se reflejan en diversas partes del mundo afectadas por olas de calor, inundaciones, sequías y episodios meteorológicos extremos, con perjuicios económicos y pérdidas de vidas humanas y de numerosas especies.
En el último milenio, el decenio de 1990 y el siglo XX han sido los más abrasadores, dijo la OMM con base en evidencias científicas recientes provenientes en su mayoría de lugares del hemisferio boreal y fundadas en datos climáticos indirectos de los períodos previos a las mediciones con instrumentos.
Los siete años más ardientes de la era instrumental corresponden a esta década que concluye, pero el record le sigue correspondiendo a 1998.
Otro rasgo: las temperaturas medias anuales del mundo al concluir el siglo XX son superiores en casi 0,7 grados a las que se registraron cuando acababa el siglo XIX.
Las mediciones de 1999, conseguidas en las superficies de la tierra y del mar, muestran que los registros superaron entre 0,3 y 0,4 grado a la temperatura normal del período 1961-1990. Con esos niveles, 1999 se convierte en el quinto año más caliente de los 140 últimos registrados.
El fenómeno del calentamiento había sido adelantado por el Grupo Intergubernamental sobre Cambio Climático (GICC), que en las actuales condiciones prevé un aumento de la temperatura para el 2100, que puede oscilar entre uno y 3,5 grados.
El grupo ecologista Greenpeace advirtió que ese fenómeno modificaría el planeta, con la transformación de las regiones templadas en tropicales, la fusión de los hielos polares que elevaría el nivel de los oceános entre 15 y 90 centímetros, causando inundaciones y la desaparición de estados insulares.
Los efectos adversos que se producirán en esas circunstancias fueron mencionados por el presidente del GICC, Robert Watson, en una exposición ante la quinta conferencia de las partes de la Convención Marco de la Organización de las Naciones Unidas para el Cambio Climático, realizada en Berlín en noviembre.
Watson dijo que en ese escenario se acentuarán los problemas de escasez de agua en las áreas de tierras áridas o semiáridas de 5frica, Oriente Medio y Europa meridional.
La producción agrícola de 5frica y América Latina disminuirá y en los países tropicales aumentará el efecto de las enfermedades transmitidas por vectores, como la malaria, estimó el investigador.
Otras consecuencias del calentamiento serán el desplazamiento de decenas de millones de personas por la elevación del nivel de las aguas en los estados insulares pequeños y de los deltas, y los cambios en estructuras y funcionamiento de los sistemas ecológicos críticos, como los arrecifes coralinos y los bosques.
Otra organización conservacionista, el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF), contempla la posibilidad de que el calentamiento del clima ocasione un incremento de la tasa de extinción de especies.
El WWF estimó que para detener el cambio climático las emisiones de dióxido de carbono deben reducirse en todo el mundo en un 50 por ciento para el año 2050. Los países ricos, aclaró, tienen que contraer las emisiones en 80 por ciento.
Sin embargo, son muy inferiores las metas fijadas por la comunidad internacional, en el Protocolo de Kyoto anexo a la Convención de la ONU sobre Cambio Climático, para reducir las emisiones de los gases que provocan el efecto invernadero, causante del calentamiento de la Tierra.
El Protocolo establece que entre los años 2008 y 2012 deberán disminuir las emisiones en 5,2 por ciento respecto a los niveles de emisión de 1990.
La aplicación del Protocolo de Kyoto se encuentra todavía en discusión entre los gobiernos, que deberían ratificarlo para que entre en vigor en el 2002, al cumplirse 10 años de la Cumbre de la Tierra realizada en Rio de Janeiro.
Las negociaciones para ultimar el Protocolo proseguirán hasta la próxima conferencia de las partes que se realizará en La Haya, en noviembre de 2000.
El director de política climática de Greenpeace, Bill Hare, ha prevenido que el Protocolo debe impedir "el empleo de artimañas por parte de algunos países, como Estados Unidos, que les permitirían comprar soluciones para abstenerse de la adopción de medidas internas".
La comercialización sin restricciones de las emisiones de dióxido de carbono podría permitir que países como Estados Unidos eviten la aplicación de restricciones internas con la compra de "creditos" a Rusia, cuyas emisiones se redujeron notoriamente respecto a 1990 debido a su derrumbe económico, ejemplificó Hare.
El informe de la WMO dijo que con las mediciones de 1999 se habrán registrado 21 años consecutivos de temperaturas de la superficie de la Tierra por encima de lo normal. También se anotó que los 10 años más calientes pertenecen al período que comienza en 1983.
Los cuatro años más calientes fueron 1998, con 0,58 grado por encima de lo normal, 1997 (0,44), 1995 (0,38) y 1990 (0,35 sobre lo habitual).
La alta temperatura de 1999 es más notoria debido a que se registró a pesar de la típica influencia de enfriamiento del fenómeno Pacífico tropical de La Niña, que persistió durante todo el año. (FIN/IPS/pc/dg/en/99