Un jurado conformado por activistas humanitarios, artistas plásticos y críticos de arte eligió 16 esculturas para ser colocadas en el Parque de la Memoria, que será construido en la capital de Argentina en homenaje a las víctimas de la última dictadura militar (1976-1983).
"El criterio del jurado podría resumirse en la frase de un estadista revolucionario europeo de comienzos del siglo XX, que dijo 'la ética es la estética del futuro"', dijo el crítico argentino Fabián Lebenglick, integrante del equipo que seleccionó las obras entre casi 700 presentadas.
El proyecto del Parque de la Memoria fue aprobado por la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires a iniciativa de 10 organizaciones de derechos humanos, la mayoría integradas por familiares de los asesinados o desaparecidos por el terrorismo de Estado.
La legisladora Gabriela Alegre, coordinadora de la Comisión Pro Monumento, explicó a IPS que el parque estará listo en diciembre del 2001, aunque habrá secciones que podrán ser visitadas antes de esa fecha.
Durante la dictadura instaurada en Argentina luego del golpe de Estado perpetrado por las Fuerzas Armadas en 1976, considerada una de las más cruentas de América Latina, unas 30.000 personas fueron secuestradas, torturadas y desaparecidas, según estiman las organizaciones humanitarias.
La represión ilegal desatada en los siete años de gobierno militar incluyó la instalación de más de 400 centros clandestinos de detención, y sobrevivientes aseguran que muchos detenidos fueron arrojados vivos al Río de la Plata.
El Parque de la Memoria se erigirá precisamente en la rivera de ese río, al que Buenos Aires le "da la espalda", como señalan expertos en urbanismo.
El terreno tiene 14 hectáreas de extensión y es limítrofe con otras 26 hectáreas que rodean la llamada Ciudad Universitaria, donde están ubicadas varias facultades de la estatal Universidad de Buenos Aires.
Previo a la construcción del parque se requerirá un importante mejoramiento del área, donde en la actualidad se acumulan basura y desechos que colaboran con la contaminación del río.
El jurado que eligió las 16 esculturas estuvo integrado, entre otros, por Estela Carloto, presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo, creada en 1977 a partir de Madres de Plaza de Mayo y teniendo como objetivo la recuperación de 500 niños secuestrados o nacidos durante el cautiverio de sus padres.
También intervino en la selección de las obras el Premio Nobel de la Paz de 1980 Adolfo Pérez Esquivel, además de cuatro artistas y críticos argentinos, entre ellos Carlos Alonso.
Del exterior fueron convocado el brasileño Paulo Herkenhoss, director del Museo de Arte Moderno de Nueva York, el inglés David Elliott, director del Museo de Arte Moderno de Estocolmo, y la cubana Lillian Llanes, directora de la Bienal de Arte de La Habana.
"Todos fueron llamados a integrar el jurado por su compromiso con el arte latinoamericano y con el tema concreto del arte por la memoria, que se constituyó en una corriente artística independiente", remarcó Alegre.
El Jurado anunció a fines de noviembre a los ocho seleccionados sobre los casi 700 trabajos enviados desde 44 países. "La tarea fue dificilísima, porque hubo trabajos realmente increíbles", comentó a Carloto a IPS.
Entre las ocho obras escogidas se encuentra la del colombiano Germán Botero, que presentó una huaca, monumento de tradición precolombina que representaba a los que estaban a un mismo tiempo presentes y ausentes.
Otra de las esculturas seleccionadas es la de la argentina Claudia Fontes, quien propuso un homenaje al desaparecido más joven, Pablo Miguens, de 14 años. La obra es una silueta de un joven en lo alto portando un megáfono, con la idea de que se lo vea como parado sobre el río.
El escultor brasileño Nuno planteó una construcción vidriada que representa el centro clandestino de detención conocido como "El Olimpo", aunque el artista invirtió su sentido real al mostrarlo con las paredes de vidrio y las puertas y ventanas opacas.
Las ocho obras elegidas estarán acompañadas por otras ocho de artistas afamados que tuvieron un fuerte compromiso con los Derechos Humanos, como el argentino Leo Vinci, la polaca Magdalena Abacanowicz y la estadounidense Jenny Holzer.
Asimismo, el jurado recomendó las esculturas de otros cuatro artistas y pidió que se intente colocar también sus trabajos, debido a su gran calidad. Entre ellas está el trabajo del hijo de un desaparecido por la dictadura, el escultor argentino Nicolás Guagnini.
El Parque de la Memoria tendrá también un camino de piedra en el que se grabarán los nombres de los detenidos-desaparecidos, que desembocará en una abertura en la tierra, una especie de "herida abierta", según Legenblik, que termina adentro de una colina.
Allí, bajo el suelo, se construirá una sala para proyección de vídeos y se presentarán exposiciones itinerantes.
"Los que compartimos la tarea de evaluar, seleccionar y premiar, trabajamos con una mezcla de utopía y presente que es característica del arte, pero que también resume la lucha de los destinatarios del homenaje y la de las organizaciones humanitarias", afirmó Legenblik.
Agregó que esa identificación entre ética y estética, que guió la elección de las obras, dejará de ser utópica cuando el Parque de la Memoria sea finalmente inaugurado. (FIN/IPS/mv/dm/hd cr/99)