Más de ocho millones de votantes de Chile están convocados este domingo a las urnas para definir en una reñida elección presidencial no sólo el futuro gobierno sino también el modelo con que este país ingresará al nuevo milenio.
Aunque compiten seis candidatos, la pugna se circunscribe al "crecimiento con igualdad" que promete el centroizquierdista Ricardo Lagos, candidato del oficialismo, y las "60 propuestas de cambio" de Joaquín Lavín, abanderado de la oposición de derecha.
En vísperas de los comicios, Lagos reiteró su confianza en que triunfará este domingo por mayoría absoluta, en tanto Lavín aseguró que será el triunfador por un margen relativo, obligando así a que se realice una segunda vuelta en enero.
La Constitución chilena establece que el presidente debe ser elegido por la mayoría absoluta de los sufragios válidos, es decir, sin tener en cuenta los votos nulos y en blanco.
En el comando del candidato oficialista se espera que Lagos logre entre 51 y 52 por ciento de los sufragios, mientras Lavín afirmó que ganará por una diferencia de 100.000 votos.
Algunas encuestas conocidas esta semana mostraron amplia ventaja de Lagos entre los consultados (entre cinco y siete puntos porcentuales), otras informaron sobre un "empate técnico" (ventaja de un candidato menor que el margen de error), y una difundida el viernes mostró tres puntos porcentuales de ventaja para Lavín.
Pese a la diversidad de resultados, todos los sondeos finales coincidieron en que será necesaria una segunda vuelta para dirimir la pugna entre Concertación por la Democracia, la coalición que postula a Lagos, y la Alianza por Chile de Lavín.
Gladys Marín, candidata del Partido Comunista (PC) y otras fuerzas menores de izquierda, afirmó que su sector saldrá fortalecido este domingo, consolidado como una tercera fuerza con el apoyo de entre siete y ocho por ciento del electorado.
La candidata sostuvo que su votación será determinante para forzar la segunda vuelta en enero entre Lagos y Lavín, quienes tendrán que disputarse los votos que obtengan los cuatro aspirantes menores en esta primera elección.
Además de Marín, los otros candidatos son Arturo Frei Bolívar, un disidente de la Democracia Cristiana apoyado por pequeños grupos de derecha, Tomás Hirsch, del Partido Humanista, y la ecologista Sara Larraín.
La confianza del oficialismo en lograr la mayoría absoluta este domingo se fortaleció tras la concentración de cierre de la campaña de Lagos en Santiago el jueves, que según cálculos policiales reunió a 160.000 personas.
Lavín, quien se negó a aceptar el desafío de Lagos de comparar la asistencia a los actos finales de ambos, concentró en el mismo lugar a 84.000 adherentes el martes, también según estimaciones de la policía.
La derecha restó importancia a esta diferencia, arguyendo que el acto en apoyo a Lavín movilizó sólo a habitantes de la capital, y que en cambio Lagos trasladó miles de adherentes en autobuses y trenes desde otras ciudades del país.
Esta es la tercera elección presidencial desde los comicios de diciembre de 1989, previos al fin de la dictadura del general Augusto Pinochet, iniciada con el cruento derrocamiento del socialista Salvador Allende el 11 de septiembre de 1973.
La Concertación por la Democracia, alianza de los partidos Demócrata Cristiano (PDC), Socialista (PS), Por la Democracia (PPD) y Radical Socialdemócrata (PRSD), triunfó por mayoría absoluta en 1989 con la candidatura de Patricio Aylwin, y en 1993 con la de Eduardo Frei, ambos del PDC.
La coalición gobernante busca ahora prolongar su gestión hasta marzo del 2006 con Lagos, líder del bloque PS-PPD, derrotando una vez más al pacto derechista de los partidos Unión Demócrata Independiente (UDI) y Renovación Nacional (PRN).
Lavín, militante de la UDI, encarna la aspiración de la derecha de ganar su primera elección presidencial desde que en 1958 triunfara con la candidatura del conservador Jorge Alessandri, y recuperar el poder que ejerció detrás de Pinochet durante la dictadura.
La campaña propagandística terminó en la medianoche del jueves y este viernes las Fuerzas Armadas se hicieron cargo, como establece la ley, de la custodia de los locales en que funcionarán las 29.582 mesas receptoras de sufragios.
El registro electoral incluye a 8.084.476 votantes, 4.208.086 mujeres y 3.876.390 hombres, chilenos mayores de 18 años y extranjeros con más de cinco años de residencia en el país.
La inscripción en los registros es voluntaria, pero el ejercicio del voto es obligatorio para los inscritos según la ley de 1989, que no otorgó derecho al sufragio a casi un millón de chilenos residentes en otros países.
Desde la medianoche de este sábado se impondrá la prohibición de vender bebidas alcohólicas, y este domingo no habrá espectáculos públicos hasta cuatro horas después del fin de la votación.
Será posible votar durante un período de nueve horas y las mesas receptoras podrán constituirse desde las 11 horas GMT (7 horas locales). Se espera que la mayoría de ellas finalice sus tareas a partir de las 21 GMT para dar inicio a los escrutinios.
La experiencia de las anteriores elecciones presidenciales indica que cerca de las 21 horas locales (1 GMT) debería contarse con 50 por ciento de los cómputos, y que los resultados definitivos estarían disponibles dos o tres horas después. (FIN/IPS/ggr/mp/ip/99