Cuatro de los seis candidatos que competirán el domingo en las elecciones presidenciales de Chile no tienen posibilidades de triunfo, pero más que comparsas pueden ser convidados de piedra para los dos que disputan la victoria.
Las encuestas muestran una estrecha pugna entre el oficialista Ricardo Lagos y Joaquín Lavín, de la oposición de derecha, y al mismo tiempo indican que lo más probable es que la elección se dirima en la segunda vuelta prevista para el 16 de enero.
Los cuatro candidatos menores tienen un papel clave en este escenario, ya sea para impedir que Lagos o Lavín logren mayoría absoluta el domingo o en la resolución final en favor de uno u otro en el balotaje.
Gladys Marín, la aguerrida secretaria general del Partido Comunista (PC), encabeza este elenco de postulantes alternativos a la Presidencia de Chile y es quien podría adquirir un mayor protagonismo en el cuadro político que se abriría tras la primera elección.
Los comunistas, aliados con otros grupos marxistas menores en estos comicios, podrían captar votos que Lagos, un socialista moderado, necesitaría en enero para derrotar a Lavín en una eventual segunda vuelta.
Otro de los candidatos "chicos" es primo del actual presidente Eduardo Frei, Arturo Frei Bolívar, un ex senador disidente del Partido Demócrata Cristiano (PDC) que desde 1998 se acercó al ex dictador Augusto Pinochet (1973-90).
Frei Bolívar es otra de las incógnitas, pues si bien se postula con el apoyo de la Unión de Centro-Centro, un pequeño partido de derecha, busca adherentes tanto en los núcleos más conservadores del PDC como en el llamado pinochetismo duro.
Así, esta candidatura podría restar, por el lado del PDC, votos a Lagos, y del mismo modo despojar a Lavín del respaldo de militares retirados y otros sectores molestos por el alejamiento del pinochetismo que hace el candidato principal de la derecha.
El tercer protagonista en el universo de los postulantes marginales es Tomás Hirsch, del Partido Humanista, colectividad que tuvo su matriz en los años 60 en el movimiento del pensador argentino Mario Luis Rodríguez Cobos, más conocido como Silo.
Los humanistas chilenos, fusionados con el Partido Verde, estuvieron entre los fundadores de la Concertación por la Democracia, coalición del PDC y los partidos Socialista, Por la Democracia y Radical Socialdemócrata que tiene como candidato a Lagos.
Hirsch representa a un sector disidente de la Concertación, crítico de la transición democrática conducida hasta ahora por dos presidentes de las filas del PDC: Patricio Aylwin (1990-94) y Frei, cuyo mandato finaliza el 11 de marzo del 2000.
Con escasa influencia electoral, los humanistas son un referente que compite dentro del espectro progresista y que puede afectar relativamente tanto al PC en la captación del voto de protesta como a Lagos en la búsqueda del apoyo de la izquierda.
El elenco de candidatos alternativos se completa con la ecologista Sara Larraín, apoyada por un grupo de personalidades críticas del modelo de desarrollo neoliberal en que convergen ambientalistas, indígenas, ex socialistas y disidentes del PC.
Estos sectores tuvieron un promisorio debut político en las elecciones presidenciales de diciembre de 1993, cuando su candidato, el Nobel Alternativo de Economía Manfred Max-Neef, obtuvo casi seis por ciento de los votos.
Hoy, Max-Neef respalda a Lagos y la postulación de Larraín cobra un carácter testimonial, sin posibilidades de repetir la marca de 1993, ya que la mayoría de sus adherentes potenciales opta por el "voto útil" en favor del candidato oficialista.
La candidata ecologista se declara satisfecha con alcanzar uno por ciento de la votación el domingo, pero algunas encuestas le otorgan menos de ese porcentaje, mientras otras le atribuyen más de 1,5 por ciento.
Es que una de las características de estas elecciones está en lo difuso y variado de los datos acerca de los candidatos menores y de los votantes indecisos, en sondeos de opinión que contribuyen así a aumentar la incógnita ante los resultados.
Así, según de qué encuesta se trate, Marín podría obtener entre tres y seis por ciento, aunque la candidata del PC insiste en que podrá llegar a ocho por ciento, aunque esa meta es amenazada por el "voto útil" para Lagos.
Frei Bolívar, siempre según los extremos en los sondeos, está entre 1,5 y seis por ciento, mientras los resultados para Hirsch fluctúan entre 1,5 y tres por ciento, mientras los márgenes de indecisos van de seis a 11 por ciento.
Los votos nulos o en blanco, que corresponderían a los indecisos, no influirán en los cálculos de los porcentajes para cada candidato, ya que no se consideran sufragios válidamente emitidos según la ley electoral.
Los expertos anticipan que si los candidatos menores suman más de ocho por ciento no habrá posibilidades de que Lagos o Lavín logren mayoría absoluta en las elecciones del domingo y, por lo tanto, tendrían que enfrentarse en la segunda vuelta de enero.
Lagos anticipó que no negociará con el PC para obtener los votos de Marín en una segunda vuelta, confiado al parecer en que predominará en el electorado de izquierda marxista el rechazo a un posible triunfo de Lavín. (FIN/IPS/ggr/dm/ip/99