CHILE: Campaña de elección presidencial entra en fase decisiva

La campaña para la elección presidencial en Chile entra en su fase decisiva, cuando resta solo una semana para los comicios y persiste la incertidumbre sobre el triunfador en la pugna entre los dos principales candidatos.

El oficialista Ricardo Lagos y el abanderado de la oposición de derecha, Joaquín Lavín, se jugarán todas sus cartas en esta etapa final de la campaña para la elección del domingo 12, la más disputada desde el restablecimiento de la democracia en 1990.

Las encuestas dan indistintamente la victoria a Lagos o Lavín y predomina el diagnóstico de un triunfo de cualquiera de los dos por mayoría relativa, lo cual deja abierta la posibilidad de que la elección se dirima en la segunda vuelta del 16 de enero.

La realización o no del balotaje dependerá del apoyo que obtengan en esta primera vuelta los otros cuatro candidatos que, si bien no tienen posibilidades de triunfo, serán determinantes a la hora de los escrutinios.

Los otros postulantes son Gladys Marín, del Partido Comunista y otros grupos menores de izquierda, Tomás Hirsch, del Partido Humanista, la ecologista Sara Larraín, y Arturo Frei Bolívar, un disidente demócratacristiano apoyado por sectores de derecha.

Lagos y Lavín pondrán en esta última semana "toda la carne en la parrilla", señaló gráficamente este sábado el diario estatal La Nación a propósito de los actos finales de la campaña, marcados por masivas concentraciones en Santiago.

La Alianza por Chile, la coalición de dos partidos derechistas que postula a Lavín, convocó a sus adherentes para este martes en la céntrica alameda Bernardo O'Higgins esquina con Portugal, en las cercanías del tradicional cerro Santa Lucía.

La Concertación por la Democracia, la gobernante alianza de centroizquierda liderada por Lagos, hará su concentración final en la capital el jueves próximo en el mismo lugar, en un claro desafío de medición de fuerzas con la derecha.

Ambos comandos intentarán ganar el impacto de última hora, a través de fotos aéreas de sus respectivas concentraciones, tanto para reforzar el optimismo de los suyos como para captar a los indecisos e incluso quitar votos a los candidatos alternativos.

Las grandes manifestaciones callejeras fueron determinantes en el plebiscito presidencial de 1988, en que el entonces dictador Augusto Pinochet (1973-90) fue derrotado, pero a partir de ahí parecieron desechadas en las campañas electorales en Chile.

El hecho de que ahora se vuelva a recurrir a las concentraciones masivas es otro reflejo de la disputa voto a voto con que la derecha y el oficialismo buscan dirimir el "empate técnico" que se desprende de las encuestas electorales.

El recurso del "acarreo", con autobuses que trasladarán gratuitamente a los adherentes desde todos los puntos de Santiago hasta la alameda será utilizado por los dos candidatos que, además, atraerán al público con la actuación de artistas.

El plato fuerte de la manifestación de Lavín será la popular cantante Myriam Hernández, mientras la concentración laguista tendrá como principal invitado artístico al famoso grupo musical Inti Illimani, que dirige Horacio Salinas.

La semana final de la campaña incluirá también masivos actos en otras grandes ciudades de Chile, como Valparaíso y Concepción, así como un despliegue absoluto de la propaganda política en las calles, la prensa y las radioemisoras.

Los comandos quemarán igualmente sus últimos cartuchos en la propaganda televisiva, regulada a través de dos espacios diarios de 10 minutos simultáneos en todos los canales de señal abierta con tiempos equitativos para los seis candidatos.

En la elección del día 12 deben participar 8.084.476 personas inscritas en los registros electorales, de las cuales 4.208.086 son mujeres y 3.876.390 hombres, que votarán en 29.582 urnas distribuidas en todo este país de casi 15 millones de habitantes.

Según la ley que Pinochet expidió para el plebiscito de 1988, la inscripción electoral es voluntaria en Chile, pero votar es obligatorio para los inscritos, que pueden eximirse sólo por razones de fuerza mayor, como enfermedad grave o por estar a más de 300 kilómetros de su mesa de sufragio.

Esta modalidad, sumada a una creciente pérdida de prestigio de los partidos y a la decepción por el curso de la transición democrática, redunda en que alrededor de 1,5 millones de mayores de 18 años no estén inscritos en los registros electorales.

El tono despolitizado dado a esta campaña sobre todo por la candidatura de Lavín se refleja en un amplio margen de indecisos que, según algunas encuestas, llegaría a 11 por ciento del total de votantes.

Los esfuerzos finales de los candidatos apuntarán precisamente a captar a esa masa de casi un millón de electores que aún no resuelve por quien votar o que tomó ya la decisión de sufragar en blanco o anular su voto.

El otro vendaval de esta semana previa a la elección caerá sobre los candidatos menores, cuyos adherentes serán presionados por las candidaturas de Lagos y Lavín con exhortaciones al "voto útil" para resolver los comicios en la primera vuelta.

Los expertos indican que si los cuatro candidatos alternativos suman en conjunto menos de seis por ciento no habrá segunda vuelta, pero si obtienen de ocho por ciento hacia arriba forzarán la convocatoria a las urnas para el 16 de enero. (FIN/IPS/ggr/dm/ip/99

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