CHILE: Ausencia y silencio político de Pinochet favorecen a Lavín

La forzada ausencia de Chile del ex dictador Augusto Pinochet favorece a Joaquín Lavín, el exitoso candidato presidencial de la derecha, que el 16 de enero dirimirá la elección en segunda vuelta con el oficialista Ricardo Lagos.

Lavín logró el domingo un virtual empate con Lagos, lo cual fue una desagradable sorpresa para la gobernante Concertación por la Democracia, de centroizquierda, que esperaba una cómoda ventaja de tres a cinco puntos porcentuales de su candidato.

Para Ricardo Israel, director del Instituto de Ciencias Políticas de la Universidad de Chile, el principal factor que cambió el cuadro político del país en favor de Lavín fue el arresto de Pinochet en Londres, el 16 de octubre de 1998.

"Con Pinochet fuera de Chile, la gente se olvidó del pasado", dijo Israel a la estatal Televisión Nacional, explicando así el hecho de que la derecha lograra desvincularse en esta elección de su identificación con el régimen dictatorial.

Pinochet, de 84 años, gobernó el país desde el cruento golpe de Estado del 11 de septiembre de 1973 hasta el 11 de marzo de 1990. En marzo de 1998 dejó el cargo de comandante en jefe del ejército para convertirse en senador vitalicio.

El 16 de enero, cuando se realice la segunda vuelta de las elecciones presidenciales, el ex dictador completará 15 meses de detención en Gran Bretaña, donde enfrenta desde octubre de este año un juicio de extradición a España.

Pinochet siguió atentamente las alternativas de la jornada electoral del domingo a través de la señal internacional de la televisión chilena e Internet desde su arresto domiciliario en una residencia del distrito londinense de Virginia Waters.

Ni el ex dictador, ni sus familiares ni colaboradores más cercanos han formulado comentarios sobre el resultado electoral, aunque es evidente que deben estar satisfechos con la elevada votación alcanzada por Lavín.

El candidato derechista fue asesor del Ministerio de Planificación durante la dictadura y participó en la fundación de la Unión Demócrata Independiente (UDI), el partido político más identificado con Pinochet.

El diario La Tercera señaló este martes que "el círculo más estrecho" de Pinochet estima que el caso del ex dictador debe mantenerse "aún más sumergido" hasta la decisiva votación del 16 de enero.

El proceso judicial en Londres está virtualmente paralizado, luego de que la Corte Superior de Londres programara para marzo los alegatos por la apelación que los abogados de Pinochet presentaron al fallo que autoriza su extradición a España.

La única novedad sustantiva que podría acontecer en las próximas semanas pasa por los exámenes médicos al ex dictador que ordenó el ministro británico del Interior, Jack Straw, para analizar su liberación por razones de clemencia.

El repliegue del caso Pinochet de la actualidad informativa y, más aún, el alejamiento físico del senador vitalicio de Chile, permitieron a Lavín levantar un discurso de campaña orientado al futuro, que deja atrás "un pasado que divide".

El juez español Baltasar Garzón, quien emitió la orden internacional de captura que permitió el arresto de Pinochet en Londres, es vilipendiado por la derecha chilena, pese a que, paradójicamente, es hoy el mejor agente electoral de Lavín.

El alejamiento del ex dictador relegó a los derechos humanos como tema de la campaña presidencial y permitió al abanderado derechista presentarse con una propuesta "no confrontacional", bien recibida por amplios sectores del electorado.

Lavín, un economista de 46 años que se proyectó a la política como un dinámico alcalde "hacedor de cosas" desde el rico municipio santiaguino de Las Condes, remontó así la imagen que el país forjó de una derecha autoritaria y conservadora.

Su propuesta de gobierno, contenida en un compendio de 60 soluciones a igual número de problemas "que realmente interesan a la gente", constituye según sus detractores una plataforma demagógica de estilo populista.

Para algunos cientistas sociales, la figura de Lavín se suma precisamente al variado espectro de líderes neopopulistas surgido en América Latina en las últimas décadas con exponentes como el argentino Carlos Menem y el peruano Alberto Fujimori.

Se trata de liderazgos construidos a contrapelo de las definiciones políticas e ideológicas, cuyo carisma se fundamenta en el pragmatismo y en la eficiencia de medidas que apuntan a fortalecer la economía de mercado.

Como "el hombre justo en el momento preciso", Lavín encontró en esta campaña un campo abonado para sus propuestas por el impacto de la crisis internacional en Chile, que interrumpió una década de constante y alto crecimiento económico.

La caída del producto interno bruto, estimada en uno por ciento para este año, y una tasa de desocupación de 11,5 por ciento, una de las más altas de la historia del país, se sumaron a la lejanía de Pinochet para favorecer al candidato derechista. (FIN/IPS/ggr/ag/ip/99

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