Las Fuerzas Armadas, siempre reacias a involucrarse en el combate directo al narcotráfico, desataron una campaña masiva contra las plantaciones de marihuana en el noreste de Brasil.
La "operación Mandacarú" moviliza desde el lunes cerca de 1.200 militares, a los cuales se suman unos 400 policías, procuradores del Ministerio Público, autoridades fiscales, ambientales y de asistencia a los indígenas.
Helicópteros y vehículos militares apoyan la misión, cuya meta consiste en erradicar la producción de la droga en el llamado "polígono de la marihuana", compuesto por 20 municipios en el interior de los estados de Bahia y Pernambuco, una área semiárida escasamente poblada, de 450.000 habitantes.
Esta operación antidrogas dirigida por el general Gilberto Serra, del Gabinete de Seguridad Institucional de la Presidencia de la República, en sus dos primeros días eliminó cerca de 200.000 plantas, que fueron arrancadas y quemadas.
Su duración, de dos meses, es motivo de críticas incluso de algunos participantes. Las siembras se reanudarán tan pronto se vayan los soldados, admitió Jayme Lielson, vocero de la Policía Federal en Pernambuco.
Un combate efectivo exige persistencia, para evitar nuevas plantaciones y las cosechas, provocando pérdidas que hagan inviable la actividad en la región, según el comisario Francisco Martins, que comanda la Policía Federal en la "Operación Mandacarú".
También el gobernador de Pernambuco, Jarbas Vasconcelos, reclamó una acción permanente. "No sirve una operación espectacular aislada para aparecer en la televisión, sin que se detenga a los grandes traficantes", afirmó.
Más experientes en la represión, los policías critican también el gran alarde publicitario hecho al anunciar la ofensiva, permitiendo que grandes traficantes escaparan de la zona.
Además, consideran muy cara la operación, la que demandó los mayores recursos económicos de las emprendidas por el gobierno brasileño, con un costo estimado en 3,9 millones de dólares.
Con mucho menos recursos -unos 45.000 dólares- hace dos meses la Policía Federal erradicó 692.000 plantas de marihuana en 12 días y detuvo a 16 sospechosos, afirmó el comisario.
Una propuesta anterior, de represión policial permanente durante todo el año en el área, no fue aprobado por el Ministerio de Justicia, aunque costara 11 veces menos que la "Mandacarú", lamentó Martins.
Pero ahora se trata de una acción distinta, que busca erradicar la marihuana de la región por sustitución de cultivo, arguyó Serra.
La actual ofensiva fu precedida del proyecto Moxot-Paje, que ofrece crditos favorecidos a los pequeos agricultores locales para que puedan dedicarse a siembras legales, indicó el general.
Desde julio, el estatal Banco del Nordeste, de fomento regional, concede financiamiento a bajo interés a quienes se dedican a la agricultura en los 40.000 kilómetros cuadrados del "polígono de la marihuana", señaló Walter Maierovitch, titular de la Secretaria Nacional Antidrogas (Senad).
En los tres primeros meses se firmaron 1.516 contratos de crédito y otros 1.800 están en evaluación, con un monto total de 15,7 millones de dólares. El proyecto prevé invertir 230 millones de dólares hasta el 2004.
Con eso se espera beneficiar a 40.000 familias liberando prácticamente a toda la región y los agricultores de la dependencia económica en relación al cultivo de la marihuana.
La "Operación Mandacarú" se ejecuta dentro de ese contexto, y no de forma aislada, concretando una presencia del Estado que restablecerá la seguridad local, para que la población vuelva a la vida normal, según la Senad.
Además, las Fuerzas Armadas iniciaron este miércoles la Acción Cívico-social, prestando asistencia médica y odontológica a la población local, facilitando documentación personal y recuperando carreteras y escuelas.
Las autoridades esperan que todo esto reduzca la violencia local, que incluye numerosos asesinatos, asaltos en las carreteras y en las ciudades, además de amenazas constantes, que se multiplicaron desde que la marihuana dominó la región.
Pero otro problema radica en que la siembra de marihuana, ante la represión en el "polígono", se expandió a otros estados del noreste, especialmente Maranhao, advirtió la superintendencia de Policía Federal en Pernambuco. (FIN/IPS/mo/ag/ip/99