La próxima cosecha de café en Brasil se limitará a 28,9 millones de sacos de 60 kilogramos, provocando una baja récord de existencias en el país, anunció hoy el Ministerio de Agricultura.
Las reservas estatales, que están en 7,8 millones de sacos, bajarán al volumen más bajo en cuatro décadas de la historia cafetera brasileña, señaló Roberto Abreu, coordinador del Departamento de Café.
Los 28,9 millones de sacos son una primera estimación para el año cafetero que comienza en julio próximo, anunciada por el ministro de Agricultura, Marcus Pratini de Moraes.
La cifra se basa en estudios de la Empresa Brasileña de Investigaciones Agropecuarias, encargada de medir la cosecha potencial. Con su estimación, el gobierno y el sector cafetero buscan evitar especulaciones interesadas que influyen en las cotizaciones internacionales del producto.
Con esa previsión se reconoce la extrema gravedad de la sequía en este semestre, que afectó la floración de los cafetales, especialmente en el área de mayor producción nacional, el sur del estado de Minas Gerais.
Anteriormente se preveía una cosecha de hasta 40 millones de sacos, como el primer año de efectiva recuperación y expansión de los cafetales brasileños, superando los efectos de las fuertes heladas de 1994.
Pero lo más probable es que la cifra divulgada este martes sufra reducciones hasta el inicio de la cosecha, por nuevas consecuencias de la sequía, según Abreu.
Como en el actual año cafetero la producción brasileña se limitó a 27,2 millones de sacos, por la estimación oficial, ya suman cinco años de cosecha inferior a la demanda. Las exportaciones oscilaron entre 15 millones y 21 millones de sacos, y el consumo interno aumentó a cerca de 13 millones.
Esto viene reduciendo las existencias oficiales, que el gobierno utiliza para remediar la escasez, con subastas regulares para abastecer la industria nacional de torrefacción y de café soluble.
La sequía de este año, iniciada en junio, fue más fuerte que la de 1986, cuando se registró un déficit de 170 milímetros en el índice pluviométrico en el sur de Minas Gerais. Ahora se llegó a 307 milímetros, comparó Hercilio Amaral, secretario general del Consejo Nacional del Café, organización de los caficultores.
El estado de Minas Gerais responde por la mitad de la producción nacional, 14 millones de sacos previstos para el próximo año.
Pese a las perspectivas pesimistas para Brasil, el mayor productor y exportador mundial, las cotizaciones internacionales del café se mantienen en baja, lamentó Amaral, quien sugirió que existe manipulación del mercado por parte de los importadores.
Como en la Bolsa de Nueva York se esperaba una previsión más baja, entre 25 y 27 millones de sacos, el anuncio del ministro Pratini de Moraes provocó una nueva rebaja de precios.
Brasil perdió participación en el mercado mundial de café desde la década pasada, a causa de sus problemas climáticos, que alternan heladas y sequías, y de la eliminación en 1989 del acuerdo internacional que establecía cuotas para los países exportadores.
En los últimos años, la Asociación de Países Productores de Café viene intentando regular las exportaciones. Para Brasil se estableció una cuota anual de 15 millones de sacos de café en grano, largamente superada en el ao concludo en junio pasado.
El producto, que era el principal rubro en las exportaciones del país, perdió importancia en los últimos 25 años. De enero a septiembre de este año, sus ingresos alcanzaron 1.689 millones de dólares, correspondiendo a una participación de sólo 4,8 por ciento en el total exportado.
Actualmente el café es superado por vehículos y piezas de automotores, mineral de hierro y el complejo soja, y próximamente podría serlo también por aviones, rubro de creciente importancia en el comercio exterior brasileño. (FIN/IPS/mo/ag/if/99