La calma volvió a la sureña región de Guasaule, en Honduras, al reducirse la presencia en la frontera de las tropas que movilizó Nicaragua al estallar la crisis diplomática bilateral.
El comercio se reanudó en las aduanas de la zona, pese al aumento de aranceles dispuesto por Nicaragua para los productos hondureños como represalia por la ratificación en Honduras de un tratado de límites con Colombia.
Habitantes de Guasaule consultados el fin de semana pasado por corresponsales de prensa extranjera que visitaron la frontera dijeron que día atrás se vio un cierto movimiento militar en territorio nicaragüense, pero poco a poco, eso "ha desaparecido".
Nicaragua acusó a Honduras de perjudicar su reivindicación del archipiélago de San Andrés, en el mar Caribe, al ratificar un tratado que reconoce la soberanía de Colombia sobre esas islas. El conflicto hondureño-nicaragüense fue trasladado a la órbita de la Organización de Estados Americanos (OEA).
Mientras, en la frontera, la población local busca la forma de reanudar el comercio y pide la solución de la crisis, que la afecta de modo directo.
Raúl Antonio Laínez, un transportista de frutas y verduras de Guasaule, mantiene paralizada si mercadería desde hace una semana en la frontera, debido al "impuesto patriótico" de 35 por ciento ordenado por Nicaragua contra la producción hondureña, el mismo que aplica a los bienes procedentes de Colombia.
El arancel "nos afecta, porque no tenemos dinero para pagarlo, y luego, las ganancias se reducen y tenemos que ver dónde colocamos esta mercancía antes de que se arruine", comentó Laínez.
La preocupación de Laínez radica en que sus productos son perecederos, mientras que camioneros que transportan electrodomésticos lograron el fin de semana evitar la aplicación del arancel. "Si las cosas siguen así, a lo mejor nosotros podemos obtener lo mismo", dijo.
Nelson Fiallos, otro transportista, señaló que a mediados de la semana pasada observó movimiento de tropas en suelo nicaragüense, pero ha cesado y "hoy casi no se ve a ningún soldado".
"De momento, aquí todo esta tranquilo y aunque se dicen muchas cosas, hasta ahora no hemos confirmado nada y la aduana esta operando como de costumbre. De haber efectivos militares nicaragüenses, creo que estarían ocultos en el monte o en sitios poco visibles, pero aquí cerquita de la aduana no hay nada", afirmó Fiallos.
Honduras y Nicaragua se acusaron mutuamente el fin de semana pasado de concentrar efectivos en la frontera común, cerca de las localidades hondureñas de Guasaule, Las Manos y Trojes.
Pero los dos gobiernos desminieron esas versiones y en las dos brigadas de infantería de Honduras acantonadas en la frontera sur el clima es de normalidad. Los soldados fueron visitados en los cuarteles por sus familiares, sin que se aplicaran medidas restrictivas.
"Nuestras instrucciones son de mantener una postura pacifista en la frontera", informó en Guasaule a los corresponsales extranjeros el portavoz de las Fuerzas Armadas, coronel Romeo Vásquez.
"Eso no significa que tengamos los ojos y oídos cerrados, cualquier movimiento raro, obviamente que lo analizaremos y comunicaremos al alto mando para que nos den las instrucciones del caso. Pero tengan la certeza de que no seremos los militares de Honduras quienes provoquemos actos bélicos en la frontera", dijo Vásquez.
El gobierno hondureño recibió informes de movimiento de tropas en el área fronteriza nicaragüense de Potosí e incluso de reactivación de los comités de defensa civil que operaron en los años 80, bajo el régimen sandinista.
El canciller nicaragüense Eduardo Montealegre desmintió esas versiones y este fin de semana, el presidente Arnoldo Alemán envió una nota al Vaticano para pedir la intervención del Papa Juan Pablo II en el conflicto que su gobierno mantiene con Honduras.
El tratado con Colombia adjudica a Honduras un espacio marítimo de 30.000 kilómetros cuadrados y le facilita futuras negociaciones de límites con otros países del Caribe.
Pero Nicaragua considera que ese protocolo lesiona sus derechos en la plataforma continental marítima, al fijar el paralelo 15 como límite entre Honduras y el archipiélago de San Andrés, en poder de Colombia desde 1928.
Nicaragua sostiene que la frontera se halla en el paralelo 17. El gobierno de Alemán sigue al respecto la posición de sus predecesores sandinistas, que en 1980 impugnaron el tratado de límites de 1928 con Colombia, arguyendo que su país lo firmó bajo presión de las tropas estadounidenses que entonces lo ocupaban.
La discusión se trasladó a la OEA, que convocó para el lunes su Consejo Permanente a un sesión extraordinaria.
Los comerciantes de la frontera y los pescadores que faenan en las aguas honduro-nicaraguenses pidieron una solución diplomática urgente. Temen que la crisis perjudique sus actividades y que provoque incluso escasez de alimentos en la zona.
Pescadores artesanales de los dos países se reunieron este fin de semana "para sellar un pacto de no agresión y buena fe", informó a IPS el hondureño Jorge Varela, del Comité para la Defensa de la Flora y Fauna del golfo de Fonseca, una zona limítrofe entre Honduras y Nicaragua sobre el océano Pacífico.
"Desde que surgió este conflicto, nuestros botes pesqueros no faenan en el mar y nos estamos quedando sin alimentos", advirtió Varela.
"Esto nos preocupa, porque la pesca artesanal no sólo es el sustento de los pueblos fronterizos, sino que es una forma de empleo, y si esto se paraliza, poque no sabemos de dónde podrían venir un día las balas, nos vamos a morir de hambre", agregó.
En la frontera de Guasaule, hondureños y nicaragüenses buscan la forma de "suavizar" las medidas de restricción del comercio impuestas por Nicaragua, para abastecerse de productos y reanudar la actividad normal. (FIN/IPS/tm/ff/ip/99