América Latina y el Caribe exhiben al terminar el siglo XX claroscuros en la situación de sus 190 millones de niños y adolescentes, con notas bajas en Guatemala, Haití, Honduras y Nicaragua, indica el informe sobre el Estado Mundial de la Infancia 2000, divulgado esta semana por Unicef.
En los mapas y gráficos del informe, que a diferencia de otros aNteriores y similares no dedica capítulos especiales a las regiones del mundo, resaltan en notas rojas algunos países latinoamericanos, pero resultan muy pocos si se los compara con los de Africa.
En ese continente, donde la mayoría de países tienen 50 por ciento o más de su población por debajo de los 18 años, los niños y adolescentes enfrentan severos problemas en educación y salud, corta esperanza de vida y viven situciones de gran riesgo, como guerras y otros conflictos.
El informe, que según Unicef (Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia) es un "llamado a los líderes de los países tanto industrializados como en desarrollo para que reafirmen su compromiso en pro de los niños", ubica a América Latina en un nivel medio en materia de respeto de los derechos de los menores.
Es necesario que "todos plasmemos un nuevo mundo en el paso de una sola generación: que adoptemos entre todos una visión del futuro en que niños y mujeres estén libres de la pobreza y la discriminación, liberados de violencia y enfermedad", según el informe de Unicef dado a conocer el lunes.
En Haití, el país con mayores problemas en América Latina, al igual que en casi todos los países de Africa subsahariana, de cada 1.000 niños menores de cinco años, 100 o más mueren cada año, indica el cuadro sobre "esperanza de vida".
Además, en el mismo cuadro se indica que en Ecuador, Guatemala, Haití y Honduras 30 por ciento o más de los menores de cinco años padecen un retraso en su crecimiento grave o moderado.
Guatemala y Nicaragua, con una población mayoritariamente menor de 18 años, aparecen junto a Haití como los países con los más bajos niveles educativos de América Latina. En éstos, sólo de 50 a 74 por ciento de los niños está matriculado en una escuela o acuden a ella.
Haití es el único país de la región que aparece marcado en el mapa sobre niños en "situaciones especiales de riesgo", índice que combina tasa de mortalidad, niños que no asisten a la escuela, porcentaje de niños con peso menor al normal, riesgo de conflicto armado y prevalencia de sida.
Varios países de América Latina son señalados en el mapa sobre "entornos inestables", donde se consideran los conflictos armados, desastres naturales y presencia de minas terrestres.
México aparece indicado por los desastres naturales, igual que casi todos los países de América Central, donde además destaca la presencia de minas terrestres. Perú y Colombia son señalados por los conflictos armados.
Colombia es el único país de América Latina al que el informe Estado Mundial de la Infancia 2000 dedica un capítulo especial, debido al conflicto armado interno.
Unicef recuerda que en la última década un millón de colombianos abandonaron sus hogares para huir de la guerra, más de 70 por ciento de ellos mujeres y niños.
"Los niños (colombianos) son las víctimas principales de la guerra y figuran entre los principales perpetradores de la violencia, dado que más de 2.000 de ellos, menores de 15 años, han sido reclutados por grupos guerrilleros y paramilitares", apunta el informe.
En la última década, la etapa en la que ha estado vigente la Convención Internacional sobre los Derechos del Niño, más de dos millones de menores fueron asesinados en el mundo y más de seis millones sufrieron lesiones o quedaron discapacitados como consecuencia de los conflictos armados, indicó Unicef.
"Este no es momento de demorarse con los logros del pasado. Millones de niños siguen soportando la atroz indignidad de la pobreza, centenares de miles sufren los efectos de conflictos y caos ecónomicos", señala el secretario general de las Naciones Unidas (ONU), Kofi Annan, en el prefacio del informe de Unicef.
"El Estado Mundial de la Infancia 2000 empieza y termina con la premisa de que la fuente del progreso humano reside en la vigencia de los derechos del niño (…) el problema como ocurre con frecuencia estriba en la puesta en práctica de las buenas intenciones", apunta Annan.
"Recurramos a nuestra valentía y nuestro compromiso para transformarlas en realidad, porque un niño en peligro es un niño que no puede esperar", concluye el secretario general de la ONU. (FIN/IPS/dc/ag/hd/99